{9} Decide

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[   viernes 29 - sábado 30 de mayo, 2015   ]



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Detengo mis manos, dejando caer el cuchillo a un lado. Observo mi dedo y la pequeña cortadura que me había causado. Maldiciendo por lo bajo, camino hasta el baño, encontrándome con el rostro de Elise asomado en el marco de su habitación antes de ingresar.

Gruño de mala gana que todo está bien y obviamente, ella aparece enseguida. Reviso la cortadura y agradezco que no haya sido algo profundo, mientras veo como el agua lava todo rastro.

—No te preocupes.— dice mi hermana, regalándome una leve sonrisa en cuanto nuestras miradas conectan. —Terminaré la cena.— ella desaparece antes de que pueda responderle de alguna manera, conteniendo así únicamente mi pesar.

Luego de lo sucedido con Sebastián mi mente había perdido completa serenidad. La culpa y la jamás terminada incertidumbre carcomían cada rincón de mi ser. Sabía que había cometido un error garrafal, no teniendo idea alguna de lo que debía hacer ahora. Yo solo sabía que el esperaba por mí y que si no me comunicaba pronto sería capaz de aparecer en la puerta de mi departamento.

—Sabe muy bien.— anuncia Elise cuando me ve por sobre su hombro a mi regreso a la cocina.

—Huele muy bien, también.— agrego con una sonrisa a medias, mostrándose mi hermana entusiasmada por ambas.

Solo para entrar en conversación y obviar mis inquietantes pensamientos, pregunto sobre su día y ella me mantiene entretenida con detalles por varios minutos, hasta que pregunta por el mío. Soy muy breve y es que en el estado que me encontraba prefería escuchar que decir la más mínima palabra.

—Sé que algo sucede. Puedes decírmelo.— ambas nos observamos directamente cuando ella toma la copa de vino que acabo de servirle. —¿Se trata de Sebastián? ¿Te ha molestado otra vez?— pregunta inmediatamente y me aterro ante la idea de que ella se enterara de lo sucedido hace dos días.

Había jugado con fuego de una manera tremendamente descarada y osada, no pensando en las miles de consecuencias que toda esta situación podría desatar. Eso era lo que él siempre había significado en mi vida y lo había olvidado ante el roce de sus labios y las caricias de sus manos.

—No...no es...— comienzo, sin embargo, inmediatamente guardo silencio.

No podía mentirle. Al menos, no completamente.

—Si. Es sobre él. Creo que...estoy...confundida.

—¿Confundida? ¿Sobre qué?

—Sobre lo que debo hacer ahora.— digo. —Él se mantiene muy fiel a lo dicho ese día en mi oficina. Yo...no sé que hacer.— confieso lo único que posiblemente contiene total y absoluta verdad.

{ II } SUEÑOS SALVAJESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora