{15} Nosotros

4.4K 278 32
                                    

[ Sábado 6 de Junio, 2015 ]

Nueva York




¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.






Con clara impresión, mi mirada deambula por la imponente estructura, doblando el papel con la dirección con un nerviosismo que poco a poco parecía incrementar.

Respiro y veo a través del ventanal. Un poco más allá se encuentra la entrada al rascacielos y aun con maleta en mano, dudo en seguir. ¿Era esto acaso indicación de estar perdiendo la cabeza? Enseguida, las palabras nada alentadoras de Elise cruzan mi mente. Ella no entendía mi decisión y siendo sincera, yo tampoco lo hacía del todo. ¿Qué era lo que realmente me atraía de todo esto?

—Señorita Perret.— la voz de James es un alivio para mí y no puedo evitar regalarle una pequeña sonrisa.

—James. Que gusto verte.— él solo asiente con la eterna amabilidad que siempre ha mostrado conmigo, acercándose después para hacer ademán de tomar mi maleta. —¿Estabas esperándome?

—Claro. Las instrucciones del Señor Fassbender han sido muy claras.— la insinuación de su persona me genera un nerviosismo más profundo, casi adolescente.

—¿Dónde está?

—En el pent-house. Esperando por usted.— dice de manera tremendamente ejecutiva, indicándome, justo después de quitarme mi maleta, el camino que debo seguir.

En los minutos que el ascensor demora en llevarnos, mi mente es una mezcla de palabras, frases y oraciones que me confunden. ¿Qué debía decirle? ¿Qué no debía decir? ¿Esperaba él escuchar algo de mí? Cuando las puertas del ascensor se abren, James me ofrece avanzar. Me indica caminar en dirección recta para después simplemente desaparecer, dejándome ansiosa y rodeada de sepulcral silencio.

Unos segundos me demoro en continuar. Mis pasos son cortos y seguros y mientras más avanzo el nerviosismo que siento es opacado por la elegancia bellísima del lugar. Todo brilla de una manera singular bajo los rayos de sol que entran a través de los grandes ventanales, dándole un toque casi angelical a cada rincón.

—Estás aquí.— su voz rompe toda impresión, acelerando todo en mi interior.

Volteo y me encuentro con la más deslumbrante versión de su persona. Dentro de esa habitación que brillaba como si estuviera bañada en oro, nada brillaba con tanta fuerza como él lo hacía ante mi mirada. Él era una ilusión exquisita que arrebataba mi respiración, latidos y conciencia.

{ II } SUEÑOS SALVAJESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora