{37} Interponer

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[ Domingo 26 de Julio, 2015 ]

Luego de una larga semana de trabajo, habíamos decido volver a Londres

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Luego de una larga semana de trabajo, habíamos decido volver a Londres. No negaría que era extraño hacerlo luego de lo sucedido. Sin embargo, ya de mi herida quedaba solo pequeños rasguños y no podía dejar que una experiencia así definiría mi relación con una ciudad que era tan importante para mi novio.

En nuestra última visita habíamos dejado varias cosas pendientes, siendo una de ellas el que conociera por fin Fanssbender Foundation. Aquella extensión de FassbenderCorp por la cual Sebastián había trabajo tan duro hace seis años y que, por lo compartido, me tenía bastante impresionada.

Siendo escoltados por James, entramos a la infraestructura de seis pisos. Sus terminaciones son tan sofisticadas y hermosas como las de FassbenderCorp, manteniendo incluso los colores dorados y verdes como la combinación perfecta.

Sebastián sostiene mi mano con fuerza entre la suya mientras comenzamos nuestro tour, dándome un poco más de detalles sobre el trabajo de las dos ramas, hasta ahora, que la empresa tiene: la fundación de Medicina y la fundación de Familia. Todos los fondos de cada división iban, en el caso de medicina, a hospitales y clínicas afiliadas, y en el caso de familia, patrocinaba a organizaciones encargadas de ayudar a familias de bajos recursos no solo en Inglaterra, sino también en los Estados Unidos y en Alemania. No había duda, por su manera tan apasionada de expresarse, que era un trabajo muy importante para Sebastián.

Pasan varios minutos cuando nos encontramos en el sexto piso, donde se encuentran dos oficinas y un par de salas de reuniones. Por ser domingo, no se encuentran las dos secretarias que puedo imaginar encabezan la impecable recepción del lugar. Quien, si se encuentra, es Thomas, la cara visible la mayor parte del tiempo del lugar cuando Sebastián no se encuentra. Es amable y apropiadamente inglés y cuando pensé nos acompañaría a ver más del lugar, él lamenta no hacerlo por compromisos que lo esperan.

Sebastián y Thomas comparten unos minutos antes de irse este último, cosas meramente de trabajo, tiempo que aprovecho para escabullirme al tocador. James guía mi camino y me muestra donde debo ir, indicándome que se encontraría cerca por si algo necesitara y no me queda más que agradecerle con la amable sonrisa que siempre tengo para él. Sin embargo, cuando termino lo que debo y salgo del baño, él no se encuentra cerca como había dicho.

La situación me resulta curiosa, no obstante, me alivia un poco. James había tomado su papel como guardaespaldas muy en serio, todo bajo las órdenes de Sebastián, y a momentos me resultaba realmente intenso que estuviera pendiente de cada uno de mis movimientos. Entonces, con la breve libertad que sé tengo en ese momento, camino lentamente por el pasillo observando más detalles de aquel lugar nuevo para mí.

—Vienen en camino...— escucho claramente al acercarme a la recepción, entrecerrando mi mirada y viendo como James se cruza en mi vista.

El hombre se detiene frente a la puerta más cercana a la recepción. Aquí, James no está solo, el hombre, que reconozco como parte de la seguridad ubicada en el primer piso, le acompaña, siendo su voz la que nuevamente se escucha, esta vez, a través del comunicador que sostiene cerca de su hombro.

{ II } SUEÑOS SALVAJESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora