Astrid Frost se encontraba a las afueras del Instituto de Shadowhunters junto a su padre y hermano, aunque, si era honesta, ella no entendía qué hacían en aquel lugar, ya que su padre odiaba a los Shadowhunters desde toda su vida y lo decía constantemente, junto a varios insultos en contra de ellos por distintas razones. Siempre había oído que eran arrogantes, poco fiables, demasiado egocéntricos y sobre todo, insufribles. Al menos, eso es lo que él, su padre, decía una y otra vez desde que sus hijos eran pequeños y entendían el mundo en el que estaban obligados a entrar.
Su padre, Greg Frost, era un hombre guapo de veintinueve años, casi treinta. Tenía cabello negro como el carbón, ojos azules penetrantes y sonrisa torcida, que prometía problemas y diversión, en ese mismo orden. Siempre había llamado la atención de las mujeres a dónde sea que iba. Y ¿Cómo no? Greg Frost poseía todas las cualidades por las que el género femenino caía: Misterioso, rebelde y problemático. Aunque, aquello no le hacía ser mal padre, todo lo contrario, él siempre velaba por el bien de sus dos hijos, a los que tuvo a temprana edad.
Su hermano mayor, Wade Frost, tenía diez años y poseía una cabellera castaña oscura, como su madre, y ojos azules profundos como su padre. La gran diferencia que se podía apreciar recaía en que Wade se parecía más a su madre en personalidad que a su padre. Él era un niño amable, dulce y atento con la gente que él quería y le importaba, pero muy desconfiado con los que no conocía y no tenían relación con él. Su padre siempre decía que la personalidad de Wade era de una persona buena, su alma se reflejaba en él, a diferencia de Astrid y él.
Astrid Frost, por su lado, tenía ocho años. Su padre siempre, desde que tenía uso de razón, le había dicho que se parecía más a su madre que a él, por distintos motivos, ya sea físicamente como en personalidad. Astrid poseía cabello casi negro, ojos color pardo, que era una mezcla entre los ojos de su padre y su madre según contaban algunos que habían tenido la mala suerte de conocerlos, tez pálida y fría en cualquier momento del año, junto a unos labios carnosos en tono rojizo natural. Muy guapa para sus ocho años, pero escondía algo dentro de ella.
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Cross Roads [Percy Jackson].
FanfictionPercy Jackson siempre creyó que ser semidiós era lo único extraño, y de cierta forma "mágico", que había en el mundo... Bueno, hasta que conoció a los Cazadores de Sombras. ¿Qué pasaría si todas las misiones que han hecho los semidioses trajeran rep...