Astrid Frost estaba en la cama con su padre después de unas pesadilla de la noche anterior que la había alterado nuevamente. Se sentía como una niña pequeña a la que todos cuidaban, sin embargo, no se quejaba porque necesitaba de los demás y sus cuidados, ella no podía cuidarse de sí misma ahora. Las pesadilla habían aumentado los últimos meses y hace mucho no lloraba como ahora sin encontrar consuelo en nadie ni nada. Ver a Kai en sus sueños le perturbaba el alma, en especial si lo veía muerto.
Quería decirle a su padre que no necesitaba protección las veinticuatro horas del día, sin embargo, había tomado el miedo de que si hacía cualquier cosa lo iba a arruinar todo como todo lo demás en su vida. No era capaz ni de comer sola sin pensar que arruinaría la comida que le habían preparado con tanto cariño, aunque, por lo general, no se encontraba con ánimos de comer absolutamente nada.
Percy y Jace estaban preocupados por la actitud reciente de Astrid. Parecía tan frágil y tan fácil de romper que no creía que cuando la conoció parecía una asesina profesional dispuesta a entregarlo a la diosa para que lo lastimaran. No se parecía en absoluto a la chica a la que Percy había conocido meses atrás y a la que le tuvo miedo en algún momento, a su vez, Jace pensaba que era cosa de tiempo, pero mientras más tiempo le daban a su luto peor era su reacción.
¿Cómo era posible que alguien cambiara tanto en tan pocos meses?
— ¿Quieres algo de comer, princesa? — Preguntó Greg besando la cabeza de la chica con cariño. Astrid negó acariciando la mano de su padre como defensa para sí misma —. Cariño, sé que duele, pero no puedes echarte a morir.
Cariño... Aquella palabra le dolía mucho más, le hacía sentir más indefensa y torpe de lo que ya estaba actuando.
Quizás nadie lo había notado, pero todos habían comenzado a llamarla cariño, desde Greg hasta Nico, y todos usaban el mismo tono de voz para decirlo: bajito, cauteloso y con su voz cargada de preocupación. Procuraban no lastimar a la chica con sus palabras, pero ella había comenzado a odiar la simple palabra que usaban para ella, porque sabía el motivo por el cual lo hacían.
— Cariño, ¿quieres hablar? No has dicho una sola palabra desde que despertaste — Greg insistió. No sabía cómo reaccionar, ni qué hacer. No había criado a Astrid y la estaba aprendiendo a conocer, pero ella no estaba dando mucho de su parte para esa acción.
La chica volvió a negar, y sus ojos se inundaron de lágrimas otra vez, pero ya no sabía si lloraba por la pérdida de Kai o por el hecho de que su madre la odiaba y había intentado matarla muchas veces. O, quizás, por todas las cosas malas que le habían pasado en el último tiempo y que podrían ocurrir en el futuro si no se cuidaba lo suficiente, ya no era solo ella.
En todos sus años encerrada, jamás se había sentido tan sola como en ese momento. Nunca había tenido la sensación de que hacía todo mal y que arruinaba todo lo que tocaba, no le gustaba aquella sensación, pero era lo único certero que seguía manteniendo en su vida y no quería que su bebé tuviese la misma suerte que ella.
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Cross Roads [Percy Jackson].
FanfictionPercy Jackson siempre creyó que ser semidiós era lo único extraño, y de cierta forma "mágico", que había en el mundo... Bueno, hasta que conoció a los Cazadores de Sombras. ¿Qué pasaría si todas las misiones que han hecho los semidioses trajeran rep...