—¡Rápido, Astrid!—Medio gritó el hijo de Poseidón hacia la chica que buscaba y buscaba algo en un baúl y hacía más ruidos de los necesarios—. Astrid, ¿no puedes hacerlo más rápido?
—Podría si es que tú dejaras de hablar, idiota—La chica fruncía el ceño, pero el azabache no lo notaba ya que vigilaba la puerta—. Aparte, aún no encuentro mis cosas, no me iré sin ellas, ¿entendido, Fish Man?
—Sólo apúrate, Cold Girl—Le dice Percy mientras estaba abriendo la puerta con su espada con cuidado de no hacer ruido tan fuerte.
—¡La encontré!—Gritó Astrid emocionada y además abasteciendose de más armas de las que Percy hubiese pensado—. Cuando abras ésa puerta, tendremos exactamente 13,6 segundos para escapar antes de que noten que no estamos. Es poco tiempo, pero será suficiente para escondernos en alguna otra parte de éste misero lugar hasta otro descabellado plan, ¿entendido?
—¿Qué?—Dijo Percy mientras ya había abierto la puerta, quitándoles 5 segundos de su escape.
Astrid agarró a Percy del brazo y lo jaló hacia afuera con una cara de pocos amigos. Ella, mentalmente, estaba asesinando a Percy de diversas maneras por hacerle perder preciados segundos y por no haberla escuchado como se lo había pedido bastantes veces antes de ejecutar el plan que tenía en mente. Por ese motivo ella trabajaba sola, porque siempre que trabajaba en equipo alguien más arruinaba las cosas. Sí, podías estar acompañado y tenías cierto apoyo, pero era más probable fracasar estando con alguien más.
Por su lado, Percy se encontraba siguiendo a Astrid a una velocidad rápida e intentando seguirle el paso. La chica era bastante ágil, como las Cazadoras de Artemisa, pensó el hijo de Poseidón. Pero claro que lo era, la chica era cazadora desde cría y le habían enseñado todos los trucos que pudiesen salvarla de alguna clase de problemas y, quisiera o no admitirlo, su madre también le había enseñado otros trucos para cuando realizaba misiones pequeñas para ella.
—Muévete, Percy, ahora viene lo interesante—Le dice Astrid a Percy con una sonrisa que el hijo de Poseidón no pudo apreciar, pero sí pudo percibir el tono de su voz siendo divertido. Éso significa problemas, pensó.
—¿De qué hablas?—Preguntó Percy con dificultad, mientras corrían escaleras arriba sin detenerse para tomar un respiro.
—Somos las presas, Percy—Dijo Astrid con una mueca y frunciendo el ceño al escuchar los diversos pasos de un grupo por las escaleras, unos escalones o pisos más arriba—. Y la primera regla del cazador es siempre capturar a la presa.
Percy se quedó callado pensando las palabras de la chica. Ella tenía razón, por muy poco ético y extraño que parezca, ellos eran las presas, y no iban a detenerse por nada. Ningún cazador se detenía, y las presas debían correr por sus vidas si no querían salir heridos. Eran las presas de un grupo de animales con sed de sangre, que no pararían hasta verlos heridos y suplicando piedad. Y ni siquiera éso. Los animales no esperaban una reacción, simplemente atacaban a muerte.
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Cross Roads [Percy Jackson].
FanfictionPercy Jackson siempre creyó que ser semidiós era lo único extraño, y de cierta forma "mágico", que había en el mundo... Bueno, hasta que conoció a los Cazadores de Sombras. ¿Qué pasaría si todas las misiones que han hecho los semidioses trajeran rep...