4-. Astrid Frost.

7.9K 584 41
                                    

Está libre, señorita Winter—Avisó Brian, un Yeti que era su empleado, abriendo la celda—. Trate de no hacer enfadar a su madre tan prontamente.

Es difícil cuando ella lo único que hace es decirme que no sirvo para nada—Winter rodó los ojos fastidiada—. No puedo creerme que me haya encerrado por una semana sin comida en una celda, ¿Qué clase de madre hace éso?

—No discuta mucho, señorita, no queremos verla de nuevo en las celdas—Brian se inclinó levemente en forma de reverencia—

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

No discuta mucho, señorita, no queremos verla de nuevo en las celdas—Brian se inclinó levemente en forma de reverencia—. Donna se estaba volviendo loca sin usted.

Winter se encontraba en el palacio de su madre, todo completamente hecho de hielo y nieve. Hace cinco años estaba aquí y se había acostumbrado a todo lo que se encontraba en aquel tétrico y frío lugar; Desde los Yetis, hasta los "guerreros" de su madre, que entrenaban día y noche, sin mucho descanso, para complacer los caprichos de la diosa que quería el mejor ejército que hubiesen visto en sus vidas. Uno que pudiese competir contra los olímpicos y los semidioses, uno que fuese de temer en su totalidad.

Brian guió a Winter por las escaleras del castillo y la ayudó a subir hasta su habitación, el último piso del castillo, en la torre, ¿Clásico de un cuento, no? Pero a ella le encantaba. Tenía una vista perfecta de todo el terreno de su madre y podía ver nieve por todos lados y muy, pero muy a lo lejos, un poco de vida: árboles verdes, algunas motas de color, pero todo era opacado por la vista blanca que poseía siempre. Una vista que a su madre le gustaba, que podría verlo toda su vida sin cansarse, porque era su estilo.

Entró a su baño y se duchó quitándose toda la mugre y suciedad que había adquirido esa semana en las celdas. Había sido su peor semana, pero al fin había acabado y esperaba no volver pronto ahí, aunque, podía ser un poco complicado. Se puso un vestido rosado con amarillo que poseía. Era típico de una princesa, pero todas sus vestimentas eran así desde que llegó.

A veces extrañaba mucho el negro, había sido su sello por años y ahora no podía usarlo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

A veces extrañaba mucho el negro, había sido su sello por años y ahora no podía usarlo. Todo tenía que ser blanco o en tonos claros, rara vez uno oscuro, ya que a su madre le gustaba que combinarán sus vestimentas con el lugar y su blancura. Se acercó a la ventana mientras pensaba de forma seria cuando fue la última vez que había sido feliz. Feliz realmente. Se preguntaba cuando había sido la vez que realmente había hecho a su corazón saltar de alegría.

Cross Roads [Percy Jackson].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora