¡QUIERO VER A KURT!

153 14 17
                                    

Narra Blaine Anderson:

En un abrir y cerrar de ojos, me encuentro en una habitación que se me hace muy familiar, ¿Donde estoy? Yo estaba en el hospital, ¿Qué es lo que ocurre? Este lugar parece...parece...parece mi cuarto de cuando tenía ocho años.

¿Quién es ese niño?...esperen...soy yo.

Puedo notar que mi yo de ocho años está leyendo un libro, parece muy consentrado en la lectura.

¡Blaine! ¡BLAINE! Ash, es verdad, nadie me puede escuchar.

-¡Blainey! ¡Baja que es hora de ir a la escuela! Grita mi madre.

-¡Ya bajo mamá!-Dice un inocente pequeño Blaine Anderson.

Cuando empieza a bajar las escaleras, empiezo a seguirlo, debo saber si Blaine es distinto, si vive o vivió las mismas cosas que yo viví cuando estaba en esa época.

-Bien hijo, ya desayunaste, estás vestido y tienes todo, vamos.-Dice mi madre y se queda observandole la cara al pequeño Blaine.-¿Estás bien? Pareces desanimado.

-Estoy bien mamá, ¿Por qué estaría mal? Mejor vamos a la escuela.-Dice Blaine mintiendo.

Todo el viaje los acompañé, no podía parar de ver lo que era mi vida, volver a vivir lo que ya viví, era muy extraño en verdad.

Al llegar a la escuela, Blaine se despide de mamá y baja del auto. Nos dirigimos a la clase y un niño se lo queda mirando.

-¿Algún problema?-Pregunto...o bueno, pregunta Blaine con una sonrisa.

-¿Qué haces en esta escuela? ¿No sabes que gays como tú no son bienvenidos?

-¿Disculpa? ¿Por qué dices eso?

-Porque es la verdad idiota, te preferimos muerto a que estés viniendo a esta escuela, ¡GAY IDIOTA!-Grita el niño.

-Por favor, no me digas así, en serio.-Pedía.

-¿Crees que si me dices eso te haré caso? ¡CLARO QUE NO!

-Solo déjame ir a clase.

¡HEY! ¡DEJENLO! ¡DEMONIOS! No pueden oírme.

-¡Jamás!-Se acerca más al pequeño Blaine y le pega, justo en el ojo...aún recuerdo el dolor.

Quiero despertar, saber que aún no estoy muerto, necesito a Kurt cerca mío.

¡QUIERO VER A KURT! ¡POR FAVOR!

Al parecer solo gritaba para nada.

Siento que alguien me toca el hombro, el lugar era distinto, otra vez parece que cambie de sitio. Al sentir el toque de una persona llamándome, me doy vuelta y lo que veo no lo podía creer.

Mirada (KLAINE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora