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Acomodé mi ropa de forma que ya estaba más presentable. Salí de la habitación y ahí me estaba esperando Touka, cuando me vio, extendió su brazo hacia mi, y lo pasó por debajo de mis hombros con cuidado de no tocar la herida que tenía.

-Si no quieres que te cargue, por lo menos te ayudaré a caminar.

-Puedo hacerlo a la perfección. -protesté.

-Puedes hacerlo, pero no debes. Llamé al médico y dijo que podrías hacerlo hasta mañana. Así que no te quejes y camina, que ya nos están esperando abajo.

Hice lo que dijo sin rechistar. Me guió a lo largo de unos cuantos pasillos. Todos eran exactamente iguales, puertas, pinturas, todo. Llegamos hasta unas escaleras completamente oscuras, casi no se veían los escalones, así que ella prendió un foco que parpadeó por unos instantes hasta que por fin iluminó por completo el lugar.

Ahí fue donde me sujetó con fuerza y me pegó más a su costado, supongo que para no lastimarme.

Bajamos con lentitud hasta quedar frente a otra puerta, pero a diferencia de las demás, esta tenía un pequeño letrero que colgaba de la perilla; "cerrado" decía en letras cursivas.

-¿Lista? -se separó de mi y alzó las cejas mientras sonreía lascivamente.

-Eso creo. -me relamí los labios y fije mi vista en aquel letrero. Esa era mi oportunidad de conseguir trabajo en algo que tal vez aporte en mis estudios. Quizá si junto lo necesario pueda comprar un boleto de vuelta a mi país.

Ella asintió con la cabeza y abrió la puerta. La luz era abundante, y poco a poco logre ver el lugar a detalle.
Se trataba de una cafetería como todas, con un ventanal al frente, mesas alrededor del establecimiento y un lugar para preparar los pedidos. Estaba pintada de un color crema con café en la parte inferior.

Logré ver a un chico de cabello castaño con gafas que bebía tranquilamente una taza de café en una mesa del fondo. Este desvío su atención de aquel líquido y la enfocó en mi. Sus ojos color avellana se posaron en mi hombro, específicamente, en la porción de vendas con pequeñas manchas de sangre que se asomaba de mi blusa. Frunció el ceño y humedeció su labio inferior con la lengua.

A mi parecer, era un empleado, puesto que tenía una camisa blanca de botones, un chaleco color zafiro y un delantal. Típico uniforme de cafetería a mi parecer.

-Señor, es ella. -le habló Touka a un hombre de edad avanzada que estaba atrás de la barra. El me miró y sonrió.

-Así que tu eres ____. -dijo el.

-Si, señor. Yo soy quién quiere tener la oportunidad de trabajar aquí. -al fondo se escuchó la risa de el chico anterior, lo miré y el sólo aumentó más el tono de sus carcajadas.

¿Qué sucede? ¿Dije algo mal? Diablos, seguro es por mi condición. Tal vez si les explico que no es nada grave, pueda convencerlos. Argh, maldición, me estoy poniendo nerviosa.

-Nishiki...-El hombre dijo en tono de advertencia.

¿Así que Nishiki, no? Bueno, por lo menos ya se su nombre. El chico miró al hombre y levantó las manos en señal de rendición al momento de que se callaba.

-¿Crees que puedas hacerlo? Hace unos días vi salir un médico de la habitación de Touka.

-Porsupuesto. No fue nada grave, puede estar seguro de que si me da el empleo, trabajaré con esmero. -Vaya, sonó más convincente en mi mente.

-Estoy seguro de eso. -Uff, bueno, voy por buen camino. -Creo que me has convencido, comenzarás a trabajar mañana.

Una enorme sonrisa se dibujó en mi rostro, pero no duró mucho, ya que me sobresalté al escuchar a Nishiki escupir su café.

-¿¡Qué?! -reclamó- ¿así cómo así? Estoy seguro de que no tiene la menor idea de como trabajar de mesera. - se levantó de golpe y fue caminando a pasos rápidos hacia mi.

-Pero podrá aprender. Yo misma le enseñaré. -Touka intervino mientras fulminaba con la mira al chico.

-Estoy deacuerdo, por cierto, mi nombre es Yoshimura, gerente del edificio. -me ofreció la mano, la acepté y sonreí.

-Si no haces nada con esas heridas, no me haré responsable de lo que suceda. -Nishiki pasó a mi lado y se dispuso a salir.

-N-No mancharé nada, las vendare bien. -supuse que se refería a eso, pero lo único que conseguí fue que soltara una carcajada mientras cruzaba la puerta.

-No hagas caso, así es el -intervino el gerente- abriremos en cinco minutos, así que Touka podrá mostrarte lo que tendrás que hacer mañana.

-Si, señor. -el dio media vuelta y fue atrás de la barra. Una vez que estaba lo suficientemente alejado, me acerque a Touka y susurré:

-Gracias. -Ella sólo sonrió y me tomó de la mano. Me llevó hasta una mesa al centro del lugar e hizo que me sentara.

-Cuando llegue el primer cliente, observarás como atenderlo, y después, te enseñare a preparar café, ¿te parece?- asentí con la cabeza y sonreí.

Bien, todo a salido a la perfección, ahora sólo debo centrarme en ella y tratar de hacerlo bien mañana. Pan comido...bueno, eso espero.

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Lamento la demora.

BLOOD [Touka x reader]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora