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-El gerente dijo que te tomaras dos días libres -la miré-. Me permitió llevarte hasta tu departamento y quedarme un rato contigo, ya sabes, para que estés un poco más tranquila. -Touka me colocó uno de sus jersey en los hombros y tomó mis manos.

Desvíe la mirada y asentí con la cabeza. Observé el gran moretón en mi antebrazo acompañado de los casi invisibles rasguños y como si fuera un reflejo, toqué el que tenía una gota de sangre asomándose.

Un extraño sonido apareció de la nada. Miré a Touka e hice un intento de sonrisa.

-¿Tienes hambre? -ella se sobresaltó y negó varias veces con la cabeza-. Tu estómago dice lo contrario.

Ella sonrió y se levantó.

-Vámonos.

Salimos del edificio y retomamos camino hacia mi departamento. Tomamos un taxi y en menos de veinticinco minutos, ya estábamos frente a la puerta de mi hogar.

-¿Tienes las llaves?

-No, me sacó repentinamente de aquí. -Dije mientras golpeaba con los nudillos la madera esperando que mi novio estuviese adentro.

Pasaron alrededor de dos minutos y por fin Ashton apareció frente a la puerta, estaba sin camisa y con un semblante neutral.

-¡Oh, linda! Estaba a punto de ir a buscarte.

-¡Maldito idiota! ¿Cómo se te ocurre dejarla en la calle a mitad de la noche?! -Touka habló molesta, yo sólo callé.

-Pero venga, que está bien. No le ha pasado nada malo, ¿crees que la pondría en riesgo? -Ashton sonrió.

-¿Ash? -una voz desconocida apareció- ¿qué sucede, cariño? -Miré a Touka y ella sólo frunció el ceño, casi podía ver cómo sus nudillos se tornaban blancos de tanta fuerza al cerrar sus puños.

-¿Ashton, con quién estas? -Hablé por fin.

Antes de que lograra responder, una chica rubia de mediana estatura y ojos avellana apareció a sus espaldas, con sólo una camisa de mi novio puesta.

-¿Ahs? -Mi voz se cortó- ¿qué esta pasando?

-Oh, hola, soy Sasha, novia de Ashton. -Habló la rubia sonriente mientras me extendía la mano.

-Yo soy su novia. -No pude evitar que mis ojos se humedecieran al instante.

-¿Perdón? -Habló ella.

-Eh, no, ¡no! Sasha, esto es un malentendido, seguro ella está confundida, mira, vístete y espérame en tu departamento, ¿vale? -Ella asintió con la cabeza y rápidamente se colocó unos shorts. Una vez que estaba vestida, salió del departamento dándole un beso en la mejilla a Ashton.

Cuando por fin se fue, quería hablar, susurrar, gritar, pero el nudo en mi garganta me lo impedía.
Sentía que mis manos temblaban y sin ya poder retener más mis lágrimas, estas recorrieron mis mejillas hasta empaparlas por completo.

-¿Porqué...? -

-_____-me llamó Touka-, regresa a Anteiku, ve a mi habitación y espera a que llegue; tengo algo pendiente con el.

-P-Pero...

-Pofavor.

-Vale. -Susurré resignada. Sentí que me abrazaba con fuerza a la par que daba caricias a mi cabello, me aferre unos segundos más a ella y por fin me separé; di una última mirada a Ashton y di media vuelta en dirección a la salida.

TOUKA**

-Te lo advertí. -Lo quité del camino y entré al departamento, cerré la puerta y fui con el.

-Oh, vamos, planeaba decírselo más adelante. -Sonrió.

-Se lo que pretendías. Querías deshacerte de ella por un rato, así que la dejaste en la calle, a mitad de la noche, sin dinero, sin celular, en un lugar completamente desconocido, ¡pudo haber muerto!

-No exageres, además, ya me tenía harto con sus estúpidas historias.

-Ah, cierto, ¿tu no crees en los ghouls? -Sonreí.

-¿Qué pregunta es esa? Sólo un idiota se tragaría eso, no me vengas con cuentos. -Mi sonrisa aumentó a medida que me acercaba a el.

-¿Seguro?

-Puff..., deja de actuar así, ya di lo que querías decir, no tengo todo el día. -Rodó los ojos y bufó.

-¿Recuerdas lo que te dije? Si ella llegaba a derramar una sóla lágrima por tu culpa, no sería tan justa.

-Oh, ¿y que harás? -sonrió-. Tu no eres nada a mi lado, soy más fuerte, así que mejor no te desgastes.

Reí.

-¿De verdad no crees en los ghouls? -Mis ojos comenzaban a cambiar.

El frunció el ceño y yo comencé a dar pasos juguetones hacia el.
El iris se volvió rojo, y alrededor de el, un tono negro apareció y de mi espalda comenzó a brotar un kagune.

El, comenzó a retroceder. Sonreí.

-¿Sigues creyendo que ella miente?

Parecía aterrado, sus ojos estaban completamente abiertos, sus manos temblaban y su pecho subía y bajaba desenfrenadamente.

Hacia tiempo que no veía esa expresión.
Me gustaba.

-¿Q-Que... Qué eres? -Reí.

-Eres realmente estúpido.

Me abalancé sobre el, y lo puse contra el suelo.

Tenía hambre.

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BLOOD [Touka x reader]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora