024

166 24 1
                                    

-¿Qué? Jenn, cálmate, ¿quién es el? -Pregunté tratando de sonar lo más tranquila posible, pero mi respiración me delataba.

-N-No se, el lleva una máscara -susurra-. En cuanto entró a la casa me escondí en el armario de mi habitación. -En mi mente logré imaginarla sentada entre prendas de ropa y completa oscuridad.

-¿¡Porqué diablos no hablas a la policía?! -Dije desesperada, pero Touka tocó mi hombro, cerré los ojos y suspiré. Estando alterada no lograría ayudarla.

-N-No lo se, fuiste el primer número que se me vino a la mente. -Hablaba cada vez más bajo.

-Bien, Jenn, colgaré y llamaré a la policía, ¿vale? Estarás bien, lo prometo.

-¡N-No me dejes! -sollozó- Porfavor... -sabía que estaba aterrada, su voz tendía de un hilo y parecía que cada dos por tres limpiaba sus lágrimas. Hubo silencio, dejó de hablar y lo único que me aseguraba que seguía ahí, era su respiración.

-¿Jenn? -Hablé temerosa.

El sonido de su celular resbalandose su palma y estrellandose contra el suelo me alarmó. Fruncí el ceño preocupada al escuchar un sonoro grito opacado por un golpe seco, mi piel se erizó y los continuos gritos y súplicas invadieron mi mente atormentandome a cada segundo.

Sollocé.

La llamada se cortó y quedé paralizada unos segundos con el celular pegado a mi oído, con la falsa esperanza de que ella llamara de nuevo diciéndome que era otra de sus bromas, que sólo me había hecho pasar un mal rato, que ella estaba bien. Pero todo quedó en silencio.

Dejé el celular sobre la cama y me levanté con suma rapidez llegando hasta la puerta y comenzando a correr hacia la salida, "¡Hey!" Dijo Touka parándose a la par que trataba de detenerme, salí del edificio y comencé a correr a todo lo que mis piernas me permitían, no tomaría un taxi, puesto que la casa de Jenn estaba relativamente cerca, además de que el tráfico sólo me retardaría más y más.
Inhalaba por la boca, así que mi garganta comenzó a arder, trague saliva y doblé en la esquina; sólo sentí dos brazos rodearme e impidiendo que siguiera con lo camino.

-¡Eh! Tranquila, ¿que sucede? -Me susurró.

-Es s-sólo que Jenn me llamó... Estaba muy alterada y dijo que había alguien en su casa. Co-comenzó a gritar y colgó. -Sus brazos me ciñeron más a ella y suspiró.

-Vamos. -Tomó mi mano y retomamos el camino.

Mi condición física no era la mejor, pero decidí ignorar mi cansancio y seguir, seguir hasta llegar con Jenn.

Llegamos hasta la entrada de su casa, la puerta estaba abierta, sin rastros de haber sido forcejeada, con sólo poner un pie dentro un mal presentimiento me erizó la piel.
Dejé de sujetar la mano de Touka y corrí por las escaleras, desesperada por dar respuesta a todas mis preguntas, subí los peldaños dos a dos y cuando por fin estuve en la segunda planta fui directamente a la habitación de mi amiga, parecía que la puerta estaba dañada pero sólo eso, por más que quisiera, no me atrevía a tomar aquel pomo y enfrentar lo que sea que me esperase tras la puerta. Decidida, aspiré hondo y entre; todo estaba en orden, ropa, cajones, hasta la cama estaba perfectamente hecha, lo cual era extraño en Jenn. Di los primeros pasos, y un fresco olor metálico inundó mis fosas nasales.

Mordí mi labio inferior, y sin poder evitarlo, mis mejillas se empaparon al instante, ella estaba tirada, siendo rodeada por un enorme charco de sangre; eran tantas las heridas que no pude identificar de donde es que se derramó tanto líquido carmesí. Sus ojos aún abiertos, estaban sin rastro de vida, su cuerpo estaba completamente destrozado: era completamente indescriptible el como le desfiguró el rostro, como dos de sus extremidades fueron arrancadas, y como sus órganos yacían fuera de su lugar. La horrible imagen se quedó grabada en mi mente, seguramente por mucho tiempo. En realidad, no sabia como reaccionar, era todo tan precipitado que llegué a pensar que todo esto era sólo un sueño del que pronto despertaría tarde o temprano.

Pero lo que daría porque fuese sólo un sueño.

Trague saliva y un nudo se formó en mi garganta, un dolor en el pecho me regresó a la realidad de golpe, aturdiendo-me por completo, no dejaba de llorar en silencio. Sentía mi pecho subir y bajar incapaz por poducir sonido alguno, lo cual sólo logró frustrarme aún mas.

Sentí los brazos de Touka tomarme por lo hombros y darme la vuelta, mis ojos estaban perdidos, mirando un punto fijo, por lo que hacia a mi mente vagar aún más. Pero ella me tomó de la mejilla y la acarició; sus caricias me robaron el aliento.

-Mírame -lo hice-. Borra esa escena de tu mente y enfócate en mi, ¿vale? -asentí- No es bueno para ti seguir aquí, no en esta situación. Regresemos, te prepararé un chocolate caliente y descansarás.

-No me quiero ir. -Susurré.

-Vamos, todo est-

-¿Qué pasará con ella?

-Seguramente la CCG vendrá en unos minutos, ¿acaso quieres pasar más de una hora respondiendo preguntas idiotas? Yo se que sientes tantas cosas en este preciso momento que tus emociones te dominan. Podrás desahogarte en mi habitación.

La miré por unos segundos para después bajar la cabeza y asentir, dejé que sus brazos me rodearan la cintura, en verdad necesitaba de ella.

Lo más probable es que en cuanto lleguemos me derrumbe en sus brazos como siempre lo he hecho tan patéticamente.

-Prometo hacerte sentir mejor, sólo déjamelo a mi. -Me sujetó de las mejillas y depositó un beso en la punta de mi nariz.

••••••••••

BLOOD [Touka x reader]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora