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El llanto me deprimía aún más, los jadeos y suspiros me atormentaban, mientras que el silencio era un placer del que justo ahora me gustaría disfrutar.
Quería estar en la habitación de Touka, abrazada a ella, sin decir nada, sólo embriagándome con su aroma a chocolate amargo y sintiendo el placer de sus caricias sobre mi piel. Pero no, por más destrozada que esté, debo asistir al funeral de mi mejor amiga.

Su familia decidió que el féretro no sería abierto, puesto que el cuerpo de mi amiga había quedado demasiado herido, llegando a los límites de irreconocible. Yo estaba sentada en una de las esquinas de la grande habitación, en silencio, sólo atormentando mi mente con sus recuerdos. Todos vestían de negro, al igual que yo, jamás entendí el porque. ¿Porqué un color tan deprimente? Eso sólo hacía el ambiente más pesado y sentimental de lo que ya era.

Touka decidió no acompañarme, puesto que era algo más personal y no quería estorbar, así que vendrá a recogerme a las 6:30, justo en diez minutos. El tiempo se pasó volando, y por más que intentaba, no lograba acercarme al féretro, por más que mi corazón quisiera pasar unos minutos junto al cuerpo de mi mejor amiga antes de que los gusanos devorarán lo que quedaba de el, mis piernas no respondían. Era como si las lágrimas hicieran que el nudo de mi garganta se agrandará aún más y la orden no llegase a mis pies, pues estos no se movían.

Suspiré y cerré los ojos, volviendo a recordar involuntariamente al cuerpo de Jenn completamente destrozado, por lo que solté un sollozo y me uní al grupo de personas que hacían su llanto evidente. Cubrí mi boca con la palma de mi mano y sentí como dejaba que los sollozos se escaparan de mis labios libremente.

Ya que más daba.

6:30 en punto, limpié mis lágrimas y me levanté, no me despedí de nadie, en realidad no quería ver más despedidas tontas. Salí la casa de Jenn y frente a mi estaban de nuevo esos dos investigadores de la CCG.

Traté de evadirlos, pero el mayor tomó mi brazo e hizo que me detuviera.

-Ya les dije todo lo que ví, sólo quiero ir a casa. -Hablé sin darme la vuelta.

-Y lo entendemos, sólo queremos decirte que tal vez el atacante de tu amiga fue el mismo que nos describiste, black rabbit.

-¿Y eso que? -Dije sin ganas.

-Mire, tal vez sonará extraño, pero haz sido víctima de varios ataques ghoul, directa o indirectamente, pero sigues aquí, sana y salva.

-¿A qué se refiere? -Por fin di la vuelta y los miré.

-Lo que queremos decir es que es difícil para un civil sobrevivir a un ghoul, pero usted ya pasó por muchos ataques, así que tenemos la teoría que de quizá usted tenga a alguien cuidándole, quizá un amigo, familiar o alguien que sea capaz de enfrentarlos sin que usted lo sepa.

-¿Un ghoul? -Shinohara asintió- Es una locura, lo sabría si fuese así. Confío plenamente en la gente que me rodea.

-Sólo ten cuidado.

Suspiré y asentí, si mis ojos ya estaban rojos, no me imagino como me veré ahora.

-Toma. -Habló finalmente Juuzou entregándome tímidamente una paleta de caramelo rojo, yo la tomé y sonreí por primera vez en el día.

-Gracias. -El desvío la mirada y asintió.

Di media vuelta y comencé a caminar en dirección a Touka, quién estaba recargada en la esquina de la calle mientras me miraba. Me pregunto cuanto tiempo habrá estado ahí.

Tomó mi mano y retomamos camino hacia la cafetería.

Y ahí estábamos las dos, justo como quería, recostadas en el colchón, sin decir nada, sólo disfrutando de la compañía de la otra.

-¿Qué te dijeron los investigadores? -Preguntó.

-Nada relevante, piensan que quizá quien mató a Jenn fue el mismo que describí. Tiene lógica, no logró asesinarme y ahora se venga con mi amiga. Es un hijo de perra. -Hablé con rencor en mi voz.

-Entiendo...-Comenzó a acariciar mis cabellos.

-Estoy harta, lo único que escucho últimamente son ghouls, ghouls, ghouls... Ya me cansé.

-Pero quizá no todos sean así. -Habló tranquilamente.

-Lo dudo, pareciese que todos son iguales, sólo son un montón de monstruos sin sentimientos que para sobrevivir tienen que destruir la vida de los demás. -Ella paró en seco pero segundos después continuó acariciando mi cabeza.

-Sólo lo hacen para sobrevivir, ellos no pidieron ser así. -No entiendo porque su voz se cortó, así que di la vuelta y la miré.

-¿Qué sucede? -Sus ojos se cristalizaron.

-¿Recuerdas que te dije que estaría contigo a pesar de lo que sucediera? -asentí-. Bueno, quizá después de un tiempo ya no quieras saber nada de mi.

-¿D-De que hablas?

-Sólo tengo miedo.

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BLOOD [Touka x reader]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora