Ya no había vuelta atrás. Ya estaba hecho.
Aquel investigador me había dejado sola, caminando por toda la habitación como león enjaulado, tenía la mirada fija en el suelo y mi mano cubriendo parte de mi rostro. Trataba de buscar una solución, una manera de alertar a Touka sobre todo esto, pero ya no había nada que hacer.
Iba a acabar mal, eso era seguro.Estaba caminando de un lado a otro y comenzaba a desesperarme. Faltaban tan sólo unos minutos para que ella llegara, y rogaba con todo mi ser que no viniera.
La puerta volvió a abrirse, esta vez dejando a la vista a una chica de cabellos rubios que me miraba con seriedad. Cerró la puerta a sus espaldas y pasó de largo sentándose en la silla, cruzó las piernas y levantó la mirada hasta que sus orbes quedaran fijas en las mías.
—Ya hemos enviado los mensajes, ella no tardará en llegar. —Informó cruzada de brazos.
—Esto no tiene sentido.
—Lo tiene, al menos el suficiente como para que ella insistiera en venir en cuanto le mandamos el primer mensaje, pero era mejor hacerla esperar, que comenzara a desesperarse y que cometiera cualquier estupidez sin que lo piense mucho.
Me quedé callada, simplemente mirándola como si fuera la culpable de todo, aunque sabía a la perfección que la responsabilidad de todo esto recaía en mí. Suspiré pasando algunos dedos por entre mi cabello, sabía que no debía armar un escándalo o sería más que obvio que escondo algo que no quiero que descubran. Mucho no podía hacer.
Miró su reloj y se levantó.
—Hay que comenzar por algo. —Sus tacones comenzaron a resonar, caminó hacia mí y soltó un puñetazo en mi rostro. Perdí el equilibrio y antes de que cayera me tomó por el cabello y tiró hacia adelante para que mis rodillas fueran las que impactaran contra el suelo.
—¿¡Qué haces?! —Bramé tomando entre mis manos mi nariz. Creo que está sangrando.
—Sólo la hago enojar.
—Suéltame.
—Apenas está comenzando —la puerta se abrió, y ahí estaba ella, con la respiración agitada y un rostro lleno de confusión—. No te acerques. —Ordenó la mujer quien sujetó mi nuca y plantó un golpe con su rodilla en mis labios. Sentí un ardor en la zona, y paulatinamente la sensación de calor aumentó, me había roto el labio inferior así que pronto pude sentir aquel sabor metálico en mi boca.
Reprimí un gemido tratando de que Touka no cometiera alguna locura, pero el mirarla parada frente a nosotras, completamente paralizada y con miedo en su cara sólo me hacía pensar que reaccionaría mal.
Aquella rubia se detuvo y la miró esperando que Touka reaccionara, pero ella sólo tenía lo ojos fijos en mi. Aproveché que la mujer no me estaba observando para negar con la cabeza esperanzada por que captara el mensaje y no se preocupara por mi.
Parecía desesperarse al notar que la peli-violeta no hacía nada, así que soltó mis cabellos y con un puntapié en el costado me hizo estrellar la espalda en el piso, se colocó sobre mi y comenzó a repartir golpes a lo largo de mi rostro.
Dolía, pero me preocupaba mas ella en cuanto comenzó a caminar hacia nosotras, con indecisión y completamente preocupada.
—No te muevas. —La contraria habló y sacó de su maletín un quinque. Touka se detuvo en seco y bajó la mirada hasta donde se encontraba la investigadora.
—Por favor... —habló con la voz cortada—, detente.
Sus manos comenzaron a temblar y sólo unos segundos bastaron para que sus lágrimas empaparan su rostro. Mi corazón se rompió al verla así.
—Vamos —la mujer sonrió—, sé que quieres ayudarla, y no te cuesta nada utilizar tu kagune para evitar que en los siguientes segundos le haga mierda la cara, ¿no es así?
—Ella no es ghoul. —Susurré lo suficientemente alto para que me oyera.
La investigadora giró la cabeza hacia mi y levantó las cejas en un gesto despreocupado.
—No tienes permitido hablar, así que cierra la boca y quédate quieta.
Levantó su puño de nueva cuenta, realmente dolía, ardía. El calor ya estaba posado sobre mis mallugaduras, parecía que quemaban. Fijé los ojos en el blanco techo y pronto mi visión se tornó borrosa por las amenazantes lágrimas que no desistían. Quería gritar que se detuviera, que no tenía sentido, que no dejaría que la atraparan, pero la constante presión en mi garganta hacía que me quedara sin voz. No quería sollozar, no pretendía hacer que Touka se desesperara más de lo que ya estaba.
Un nuevo impacto llegó a mi mejilla, dejando mi rostro de lado y con una nueva sensación de cosquilleo. Evitaba a toda costa establecer contacto visual con ella, tenía miedo de lo que podía pasar.
—¡Oh, vamos! —la investigadora se levantó notablemente desesperada—, ¿realmente no tienes ni un poco de compasión por tu novia? sólo mírala, ya no se ve tan linda llena de sangre y a punto de llorar, ¿cierto?
Sus puños se cerraron y bajó la cabeza, desde mi posición podía notar como un destello rojizo comenzaba a aparecer en sus ojos. No...
Traté de levantarme e ir hacia ella para detenerla, pero el quinque de la investigadora se interpuso en mi camino.
—¿A caso quieres más motivación? —la mujer, al estar levantada seguramente aún no notaba lo que Touka estaba por hacer—, bien... —Me sujetó por la camisa e hizo que me levantara para presionar mi espalda contra la pared. Jadee.
Le dio la espalda a Touka y siguió con lo suyo. Casi no podía mantener los parpados abiertos, pero en lo que lograba observar, ella levantó la cabeza ya con sus ojos completamente oscuros y aún con el rostro empapado sacó su kagune. Su mirada..., estaba seria, el miedo se había marchado de sus facciones y ahora un fuerte enojo reinó en ella.
Dio el primer paso..., estaba decidida.
No... no, ¡no, maldita sea!
•••••••••
ESTÁS LEYENDO
BLOOD [Touka x reader]
Fanfic"Hace tiempo que esa chica apareció, y aún no consigo sacármela de la cabeza, ¡maldición!". NOTA: Esta es una historia yuri de Touka x reader. Si no te gusta este tipo de contenido, ¡no leas!. xXProhibido todo tipo de plagioXx Historia dedicada a aq...