Capitulo 9: Cerveza.

28 5 5
                                    

Aquí está otro capítulo, espero q lo disfrutéis. :3

Podía ver cómo Bady dudaba si ir a nuestra mesa o esquivarnos.

Ninguno de nosotros estábamos enfadados con él. Tenía sus razones para que no nos lo quisiera contar y lo respetábamos. Pero teníamos una proposición que no iba a poder rechazar.

-No quiero- dijo Bady de forma seca.

-Espera, ¿Qué?- dije asombrado.

Se supone que no podía rechazarla, era perfecta.

-No quiero hacer una súper venganza con vosotros, miraos, no estáis capacitados, ¡pero si ni siquiera tenéis un plan decente!- volvió a decir.

-Y si te proponemos una cosa muy tentadora- habló Emma entrando  en la conversación.

Menos mal, necesitaba apoyo, además era su plan, que ella intentará convencerlo.

Bady arqueo una ceja y le dio un buen mordisco a su bollo de chocolate que comía a todas horas.

-Si haces esta venganza con nosotros solo una vez, te dejaremos tranquilo con todo este tema  y te prometemos que no diremos nada sobre tu secreto- continuó diciendo Emma

Bady colocó su mano en su barbilla y cerró los ojos. Estaba analizando la situación con mucho detalle. Después de unos segundos abrió sus enormes ojos marrones y nos miró serio.

-Está bien, pero no quiero que habléis de esto nunca más, cuando terminemos nos olvidaremos de todo- dijo al fin.

No pude evitar reírme por dentro ante su respuesta. Que ingenuo es, por creer que eso va a acabar ahí.

Las pupilas de Emma, reflejaban felicidad. Miró a Veronica que se encontraba a su lado tomando tranquilamente un café. Ella se asustó al notar a Emma tan cerca y casi se le derrama el líquido por todo el suelo. Controló el vaso que se tambaleaba de un lado a otro y suspiro aliviada. Después le devolvió una amable sonrisa.

-Vamos a mi casa, aquí no podemos planear el plan, hay demasiada gente-susurró Bady.

Todos asentimos a su dirección. Cogimos nuestras mochilas y salimos de la cafetería.

Al llegar, Bady abrió la puerta de su casa y entramos a su recibidor. Sus padres no estaban porque si no la madre de Bady ya nos hubiera recibido. Me fijé que a los lados había muebles decorados con numerosas fotos. En una aprecia él con sus padres y otro niño pequeño que no supe reconocer, era clavado a Bady, así que seguramente era su hermano pequeño. Lo que más me impresionó es que estaban ¿Flacos?, no estaban tan gordos como ahora.

-Vamos Kevin- gritó Bady desde las escaleras.

Conseguí salir de mis pensamientos y seguí a Bady.

En la planta de arriba, había un largo pasillo donde se encontraban tres puertas blancas. Entramos en la primera. Todo estaba muy ordenado, con sus cuadernos apilados en su mesa. Su cama con sábanas azules totalmente estirada y cojines bien puestos. Unos pocos pósters de grupos musicales perfectamente colocados que conjuntaban con sus paredes grises.

-Lo siento esta un poco desordenada- habló Bady a la vez que dejaba su mochila en el suelo.

Mis ojos se abrieron como platos. Si Bady entraba en mi habitación le iba a dar algo. Llevo ya casi una semana en mi habitación y no veo el suelo por toda la ropa sucia acumulada.
Nota mental: recoger mi habitación.

SEIS LÁGRIMAS DE ACERO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora