Capitulo 43: La sexta y última lagrima de acero.

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NARRA EMMA BROOKS

Ya ha llegado la hora, esto a durado demasiado, ha sido bonito, pero tengo que decirles toda la verdad. Empiezo a andar por el pasillo del instituto, todos el grupo estaban dirigiéndose a la cafetería, era mi oportunidad me repetía una y otra vez, aumento un poco la velocidad y agarro de la muñeca a Kevin haciendo que se pare, Veronica no se atrevía a mirarme, le causaba cierto miedo.

-oh Emma, justo ahora íbamos a entrar para tomar algo, ¿Te apuntas?- dice Kevin con su tono amistoso de siempre.

-No, tenéis que venir conmigo al polideportivo ahora- mi voz sonó mucho más seria y desesperada de lo que tenia planeado, mis palabras hicieron que todos se pusieran tensos y el ambiente relajado que había se desvaneciese, trago y me pongo firme. -Por favor- es lo único que salió de mis labios.

Él asintió y me acompaño, Verónica dudo, se notaba a leguas que no quería acercarse a mi, pero al final se unió a los demás, eso era duro para mi, hacia tiempo que no pisaba el polideportivo desde que pasó eso, cada vez me iba hundiendo más en mis recuerdos y en todo lo que hizo que ahora estuviera así, o mejor dicho todo lo que hice... sentí como alguien me sacudía ligeramente, haciendo que volviera al tiempo presente.

-Ya estamos aquí- Max abrió una de las enormes puertas, dejando ver su interior, todo estaba decorado con globos y serpentinas, había unas cuantas mesas montadas, estaba todo preparado para el baile de mañana, el dolor volvió, todos empezaron a entrar, tome aire repetidas veces y entré, ya nada más malo podía pasar.

Se empezaron a sentar en las gradas, yo no quería sentarme así que simplemente me apoye en la valla, dando la espalda al deportivo y viéndolos a todos ellos de frente, no se que es peor si decirle esto a la cara o ver el lugar donde mas he sufrido en toda mi existencia.

-Voy a comenzar a contar mi historia, ya que todos lo habéis hecho y es hora de que yo haga lo mismo- afirmo.

Todos estaban mucho más serios de lo normal, nunca los había visto así y ninguna palabra salía de su boca. 

-Yo antes era muy popular en este instituto, se podría decir que era una de esas niñas pijas que siempre conseguían lo que quería a pesar de todo el sufrimiento que causaba, amigas falsas y todos los chicos que quería los tenia, eran mis juguetes, ¿impresionante verdad?,  no me veis capaz de tal cosa, y bueno, ya no lo soy, pero si lo era- Bady iba a abrir la boca pero le paro antes de que pudiera seguir. -No digas nada, se que ya tienes muchas preguntas, pero las aclararé todas mientras voy contando esto- parece que se conformo con mi respuesta y no dijo nada. -Entonces, como conseguía todo lo que quería y siempre siempre salía ganando nada era imposible para mi, podría haber sido perfectamente de la SUT sin si quiera dudarlo, pero esto es solo la introducción ya que ahora que sabéis mas o menos como era, es hora de que vayamos a la historia. Sobre estas fechas todo el mundo estaba ilusionado por el baile, las chicas con sus vestidos, los chicos con sus ligues y yo no era menos, yo tenia un vestido precioso que me sentaba de maravilla y tenia una larga lista de chicos que querían ir conmigo al baile, no me faltaba nada, pero estaba aburrida, quería algo grandioso para acabar el curso, así que tuve una idea, " ¿y si le gasto una broma en el baila de primavera a esos frikis que están coladitos por mis huesos?", esas fueron las palabras exactas que les dije a mis amigas, obviamente ellas no eran mejores que yo así que me apoyaron a mas no poder , "oh si, que buena idea", "será super divertido", eso fue lo que me contestaron. Yo, llena de suficiencia y seguridad al día siguiente fui a clases y empece a hablar con esas personas que consideraba ratas, poco a poco me fueron adorando mas y mas, era muy fácil jugar con ellos hasta que el día anterior al baile llegó, uno de ellos tuvo el valor de pedirme que fuera con él al baile, creía que le iba a rechazar, pero no lo hice, porque esa era la parte divertida del plan, verlos ilusionados y llenos de esperanza, "la chica mas guapa del instituto va a ir conmigo al baile" ese era su sueño, pobres de ellos, se creyeron importantes. Al día siguiente yo estaba preparada y hermosa, me baje del coche y ahí estaba el chico, bien arreglado con un ramo de flores, una sonrisa malvada se reflejo en mi rostro, baje y fui con el, le agarre del brazo y le bese la mejilla, estaba rendido a mis pies y esa sensación me encantaba, como era de esperar todo el mundo nos iba mirando mientras nos hacíamos paso entre la multitud, los rumores y los cuchicheos empezaron a aumentar y ya estaba cansada de esta farsa y no podía dejar que se manchara mi perfecta reputación, así que cuando ya estábamos en El Centro, rodeados de todas las personas, el chico me agarro de las manos y se disponía a besarme, pero yo me aleje rápidamente y le tire la copa de ponche en la cara, no podía aguantar la risa así que me empece a reír a carcajadas de el, todo el mundo se centro en nosotros y aproveche para decir las palabras de las que mas me arrepiento en este mundo "¿por que esa cara?, ¿te creías importante acaso?, oh pobrecito, eres un poco tonto ¿no crees?, de verdad pensabas que alguien como yo podría estar con alguien como tú, no me hagas reír mas, eso nunca pasara" eso le dije, le humille públicamente, todavía recuerdos sus lagrimas caer por su rostro y como salió corriendo, después de eso, la fiesta no paro, seguimos bebiendo y divirtiéndonos, el arrepentimiento no estaba en mi vocabulario, pasaron las horas y era de madrugada, no recuerdo muy bien lo que paso, estaba demasiado borrachas, oí un montón de gritos, no me estaba dando cuenta de lo que pasaba, pero solo me acuerdo de una cosa, de como el chico que había humillado horas atrás me apuntaba con una escopeta, pum, es lo ultimo que oí. Al día siguiente desperté en el polideportivo, había un montón de policías y no sabia que estaba pasando, me acerque a uno y le pregunte, nada, no me hacia caso, le grite, ya despertada le intenté agarrar el brazo, pero no pude, le traspasaba, no le podía tocar, no me podía escuchar, y ahí fue cuando caí en la cuenta, un 20 de mayo del 2014, morí, por un disparo en la tripa en el polideportivo de mi instituto-

Max, Kevin y Coco se empezaron a reír.

-Ay Emma, que graciosa eres, MENUDA HISTORIA DE MIEDO, me la había creído por un momento- empieza a decir Max con tono gracioso.

-YO TAMBIÉN, pero a nosotros no nos engañas, así que puedes contarnos ya la verdadera historia después de este calentamiento- comenta Coco.

-ya ves- habla Kevin descolocaos.

-Es cierto- Veronica se levantó y sacó un anuario de su mochila que contenía muchos post-its de colores marcadas en algunas páginas- se lo tira a Kevin que él pilla al vuelo. -Página 115- Kevin lo abr por esa página y aparece las fotos de graduación del año 2014 y justo al final de la página, está pegada la noticia con mi foto y la de mis dos amigas, diciendo que había fallecido, él se frotó varias veces los ojos, no se podía creer que estaba viendo, Coco y Max fueron rápidamente a por el anuario.

-Esto tiene que ser falso- dice desesperado con la mano en la boca.

-No lo es, esta el sello del director, mira- Bady señala la marca azul que estaba en la página.

Yo solo podía estar en silencio, no me atrevía a decir nada.

-NO ME JODAS EMMA, ESTO NO PUEDE SER CIERTO- dice Coco tirando el anuario al suelo, se acerca a mi y empieza a sacudirme. -Es imposible que estés muerta, si no, cómo puedo verte y tocarte- lágrimas empiezan a resbalarse por sus mejillas, haciendo que me encoja y tenga el corazón en la garganta.

-Me podéis ver porque vosotros habéis hecho algo muy malo, pero luego os habéis arrepentido tanto después, que podéis verme ya que yo tengo el mismo pesar, por eso no puedo irme de este mundo y empezar en otra vida, estoy pagando lo que hice y es quedarme en el limbo y lo de tocarme, es porque vosotros me habéis hecho real, habéis hecho que parezca que este viva-

-Emma, cómo has podido ocultarnos esto- Kevin se acerca a mi y me mira a los ojos.

Las palabras no salían de mi boca, no podía decir nada, Kevin aparta la mirada rendido y Todos se fueron alejando en silencio sin decir ni una palabra más.

Un montón de lagrimas salieron de mis mejillas, no sabía porque lloraba si ya estaba muerta, pero está sensación, dolía más, que cualquier disparo.

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