Capitulo 3: Noticia.

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Este ya es el tercer Capítulo, ahora estamos en época de exámenes donde toca estrujarnos el cerebro como una pasa para poder conseguir buena nota, la vida dura del estudiante, no creéis?, pero el esfuerzo será recompensado. Cuando acaben los exámenes quizás subo un capítulo extra :)
Espero que lo disfrutéis y me sigáis comentando para ir viendo que os parece!

Atentamente, J. S

Volví a poner mi atención en la clase.

Muy bien chicos hoy vamos a dar mujeres que cambiaron la historia, ¿Cuales conocéis vosotros?- preguntó la profesora apuntándolo en la pizarra.

Una chica levanto la mano con entusiasmo, Tenía el pelo corto rizado y de color marrón oscuro, sus gafas hacía que le resaltarán sus brillantes ojos verdes, podía notar un lunar arriba en su labio y su piel color canela hacía que pareciese una chica muy mona.

-Hedy Lamarr, fue una chica muy importante en la historia- habló segura.

-Muy bien Veronica, Hedy Lamarr inventó el mecanismo básico donde hoy en día pudieron derivarlo haciendo el Wifi y el Bluethooth, básicamente las dos cosas en la que consiste vuestra -

No me pude creer lo rápido que paso el tiempo, antes de que me diera cuenta ya había terminado la clase, me levante y fui a dirección como me había dicho el profesor Smith. Estaba lleno de estudiantes, me senté en una de las sillas de espera. La chica morena que levantó la mano en clase de historia se sentó a mi lado, Empezó a revisar unos papeles y a suspirar e inspirar rápidamente. Parecía muy nerviosa.

-Oye ¿Estás bien?-

La chica me miró tímidamente y bajo la mirada al suelo asintiendo.

-Me llamo Kevin Clark-

Me presente con una sonrisa intentando encontrar sus ojos.

-Ya lo sé, yo me llamo... Veronica Steel - dijo en un susurro.

Había olvidado que me había presentado delante de toda la clase hace apenas una hora. Así que era obvio que supiera mi nombre.

-¿Por que estás tan nerviosa?-

Pude notar como movía las manos y jugueteaba con sus dedos.

-Oye, si no quieres decírmelo está bien-

Intenté arreglarlo de una manera penosa. Por el silencio que se formó entre nosotros, Mire mi reloj incómodo, las 9:30 de la mañana. Se supone que deberían haberme cogido a las nueve y sigo esperando.

-Eh... yo trabajo en el periódico escolar y pues... tengo que entregar las noticias de esta semana... y estoy preocupada-

Veronica rompió el silencio. Su palabras se entrecortaban y su labio inferior temblaba.

-Seguro que les gusta, no te preocupes por eso-

Suspiré, y me acomodé en mi silla. Ella solo asintió y se re colocó las gafas.
Un profesor se puso en frente nuestra.

-Veronica pase a mí despecho-

-Si...-

Se levanto y agarro sus papeles con fuerza apretándolos contra su pecho. Gesticule con mi boca un ~Suerte~ que ella supo leer y me devolvió una tierna sonrisa.

Por fin me cogieron y me explicaron absolutamente todo, sobre las instalaciones, horarios...y la clave para abrir mi nueva taquilla. Y por fin salí. Pude ir a las siguientes clases sin problemas.

Llego la hora de comer, busque la cafetería y por fin la encontré. Cogí una bandeja y desgraciadamente me sirvieron un buen plato de albóndigas, junto con una salsa misteriosa. Seguro que si las tiraba al suelo, se rompía antes las baldosas que la albóndiga en sí. La comida de las cafeterías podría ser el mejor material del mundo para que se encontraran nuevos elementos indestructibles.

Me senté en una mesa apartada ya que casi todas estaban ocupadas. Bady me vio y se dirigió a mi con su bandeja llena de comida. El chico que le hizo la zancadilla en la clase de historia paso por su lado chocándose aposta con la bandeja y las albóndigas cayeran por su camiseta.

Una chica corrió rápidamente hacia el.

-¿Pero de que vas Tyler?- dijo con el ceño fruncido.

-Es que Soy muy patoso- contestó el chico llevándose las manos a los bolsillos con un tono gracioso.

Ella solo le fulminó con la mirada y le dio servilletas a Bady para que se limpiara.
Después se dirigió a mi mesa.

-¿Quieres mis albóndigas?, no las quiero- dije

-No gracias, al menos he evitado morir de una intoxicación de estomago- habló con humor.

Ese chico me impresionaba, no se podía ver nada de odio en su mirada. Era demasiado bueno y amable.

La chica que se sentaba al fondo y me observó toda la clase, se posicionó a mi lado y empezó a comer. Bady la miró extrañado.

-¿Tu eres...?- preguntó.

La chica se impresionó y sus ojos se abrieron como dos lunas. Tardó en reaccionar un poco pero contesto casi de inmediato.

-Oh... Lo siento, Me llamó Emma Brooks-

-Yo soy Bady Jones-

-Bueno seguro que ya sabréis, quién soy, me presenté ya en clase de historia hace unas horas-

-¿Así? No me acuerdo- habló Emma pensativa.

Puse los ojos en blanco, Estaba tan cansado de decir mi nombre a todo el mundo que creía que me lo iba a gastar.

-Kevin Clark-

Vi a Veronica al fondo sola, y levante el brazo para saludarla y viniera con nosotros. Ella dudó un poco pero se acercó.

-Hola...-

Es lo único que se atrevió a decir.

-No seas tan tímida Veronica- dijo Emma dando un mordisco a su manzana.

Ella la miró curiosa. Antes de que pudiera decir una palabra Emma volvió a hablar.

-Por cierto ya que supongo que no me conoces, yo soy Emma Brooks, soy otra chica nueva-

Bady se limitó a comer su bollo de chocolate.

Coco, entro a la cafetería. Con paso seguro se dirigió a la mesa de los "populares".

Se iba a sentar pero una chica se lo impidió.

-Lo siento está ocupado- mintió tapando los huecos que claramente sobraban con una falsa sonrisa.

-Que pena, así que será mejor que te vayas- contestó la otra chica cruzando sus piernas y dándole la espalda.

Ella les lanzó una mirada de asco y se marchó de la cafetería.

No podía evitar sentir un poco de lastima. Yo creía que las pijas se juntaban con las pijas y me resultaba irónico imaginar que hasta hay algunas que se llevaban mal entre si.

El otro chico nuevo estaba en una mesa, rodeado de chicas y conversando con ellas. Estaba claro que era todo un Casanova. Y las mujeres le sobraban.

-Oye chicos, hay una noticia muy interesante que se está haciendo popular por todo el instituto- habló Emma.

Veronica asintió.

SEIS LÁGRIMAS DE ACERO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora