Capitulo 14: Hoguera.

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Bueno, hoy he subido el capítulo un sábado!!! Espero q igualmente lo disfrutéis mucho. Besos :3

J.S

-Max, te voy a descuartizar vivo y luego le daré de comer a los perros-

Valla, que maja es Coco. Está de muy buen humor hoy.

-Estoy intentado averiguar que está pasando en el coche. Se supone que el tanque de gasolina estaba lleno- justificó.

Mire a mí alrededor y no había nada. Solo una larga carretera con una de esas plantas rodadoras del desierto que aparecen en las películas del oeste. El sol no nos daba ni un descanso y mi piel está cogiendo un hermoso color rojo quemado.

-¿Max Que vamos a hacer?- pregunto Verónica preocupada.

-No lo sé la verdad..., voy a intentar enviar mensajes a mi padre para que envíe una grúa y nos pueda llevar-

-¡Genial! La verdad son unas vacaciones fantásticas- hablo Bady irónico a la vez que se cruzaba de brazos.

No había ninguna gasolinera ni un árbol que pueda darnos una sombra donde descansar. Estábamos en medio de la nada con un calor que nos puede dejar como una momia en un par de horas si no hay agua suficiente.

-Coco, ¿Tienes agua?- preguntó Emma.

-Si, tengo una botella de un litro- confirmó.

-Perfecto, suministremos ese agua entre todos-

-Está bien-

-Deberíamos andar y encontrar una gasolinera- hablo Max serio.

-Tienes razón, pero va a ser un poco complicado con este calor- dijo Bady

-Ya pero no podemos quedarnos aquí sin hacer nada- comentó verónica.

-Está bien, andaremos-

Bady se quitó la camiseta y se la ató a la cabeza, ya que no teníamos gorra. Max y yo hicimos lo mismo. Las chicas se pusieron un pañuelo que había sacado Coco de su "mochila" que parecía más bien el bolsillo de doraemon y nos pusimos en marcha.

¿Alguna vez habéis sentido que no podéis ni andar porque ya no sentís vuestros pies?Porque yo creo sinceramente que se me van a caer en cualquier momento. El asfalto de la carretera ardía. Como si no tuvieras zapatos. Se podía poner un huevo y se freiría sin problemas.

-Max...¿Ves algo?- hablo Veronica cansada.

-No veo nada todavía...-

-Coco, dame un poco de agua- volvió a decir Veronica.

-Aquí tienes-

Verónica Le dio un pequeño trago y se la dio a Coco para que la guardara otra vez.

Emma no estaba muy cansada, pero  iba encorvada. Se nota que su integridad física está mucho mejor que la nuestra. Me volví a fijar en el camino y en mis amigos que iban delante de mi. Pero no pude ver a Bady. ¿Dónde estaba?. Empecé a mirar a mi alrededor y no lo encontraba.

-¿Chicos y Bady?- hable preocupado.

-¿Me habéis llamado?-

Una voz desde una pequeña colina se oyó.

-Bady, baja de ahí, es peligroso- dijo Emma elevando la voz.

-Chicos, no os preocupéis, creo que he encontrado algo que os va a gustar. Así que venir aquí- confirmó.

-No tenemos nada mejor, veamos que hay en la colina- comente.

Todos asintieron y seguimos andando hacia dónde estaba Bady. Al llegar, él alargó el brazo y señaló un lago que se encontraba detrás suya. Iba a llorar de alegría y felicidad. Pero no sabíamos muy bien si eso era potable o si había algún bicho raro que podía pasarnos una enfermedad. Y como dije, nos importó bien que hubiera algo ahí dentro. Solo esperaba que no fuera un espejismo.
Nos quitamos la ropa a toda velocidad y lo único que llevábamos puesto era la ropa interior. Nos lanzamos al agua sin dudarlo y por fin el frío lleno todo mi cuerpo. Estaba helada. Pero estaba en la gloria.

-Bady te daba un morreo ahora mismo que ni te lo imaginas- comentó Max nadando en el agua hacia él.

Bady se iba alejando y Le miró con una cara de asco que no podía aguantarse

Hundí mi cabeza en ese agua. Era mucho más profunda de lo que creía. Me intimidaba un poco lo que pudiera haber en el fondo. Pero era un lago en media de la nada. ¿Que podía pasar?.
Al salir pude ver cómo Coco gritaba y salía corriendo del lago haciendo visibles los diferentes seres negros chupa sangre esparcidos por todas sus piernas. LAS SANGUIJUELAS. Sentí como algo me picaba y se pegaba a mi espalda. Yo salí igual que Coco. Empecé a revolverme en el suelo de la orilla para intentar quitármelas. Pero no sé despegaban de ninguna manera. Bady salió corriendo y fue a por su ropa y saco una navaja de su bolsillo. Fue rápidamente...hacia...¿Coco?.

-¿Hola? Seres chupa sangre me están quitando mi energía vital también ¿sabes?- hable indignado.

-Las damas en peligro siempre se salvan las primeras- contestó.

Puse los ojos en blanco y mis manos se fueron a mi cara. Me alegraba saber que le importaba bien poco a Bady. Mi vista se dirigió a ellos y Bady Empezó a sacar ágilmente las sanguijuelas con la navaja. Parecía que estaba muy acostumbrado a esos seres. Termino en muy poco tiempo. Pero estaba empezando a marearme y mi cuerpo estaba entumecido. Bady se dio cuenta enseguida y vino corriendo hacia mi. Empezó a quitarme todas las sanguijuelas del cuerpo. Pero mis ojos me traicionaron y no pude evitar cerrarlos.

Al fin conseguí despertarme. Estaba anocheciendo y el color naranja adornaba todo el lugar. Pero por desgracia no era mi casa. Seguíamos en medio de la nada. Al levantarme mi cabeza me empezó a doler. Seguramente era por la sangre que perdí y por la caballerosidad de Bady hacia Coco.
Max intentaba encender una hoguera y Emma estaba hecha una bolita. Abrazando sus piernas. Verónica movía el móvil de un lado a otro para coger señal. Bady y Coco permanecían sentados en un tipo de manta. Me dio la sensación de que estábamos en un camping.
En menos que canta un gallo ya era de noche y todas las estrellas estaban perfectamente colocadas en el cielo iluminando junto con la hoguera toda la estancia.

-Oye Coco , ¿No te gustaría hablar de lo que ocurrió?- comentó Emma rompiendo el profundo silencio.

-No te sientas obligada. Pero nos gustaría conocerte más- siguió diciendo Bady

Yo creo sinceramente que me estoy volviendo loco. ¿Bady? ¿Interesado en la vida de otra persona?. Imposible.

Max y Verónica se mantenían al margen, mirando la llama. Coco no dejaba de mover sus manos nerviosamente. Emma le puso una mano en el hombro y la sonrío dulcemente.

-Solo confía en nosotros...-

Un suspiro pesado y rendido salió de la boca de Coco.

-Está bien, poneros cómodos y callar la boca sin decir nada hasta que acabe de contar la historia- dijo al fin.

Todos asentimos a la vez. La verdad no sabía muy bien lo que nos iba a contar. Aún que la curiosidad mato al gato.

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SEIS LÁGRIMAS DE ACERO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora