Capitulo 39: California.

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-Dale al acelerador- grita Verónica.

Abrí los ojos y todavía estaba oscuro, me tape la cara pero había un brazo, me lo quite y era el de Emma, estaba encima suya.

- ¿Que ha pasado?, ¿Y que hay debajo mía?- digo moviéndome incómodo.

-Estoy yo, ASÍ QUE QUITA DE ENCIMA- él se quita de golpe y al fin mi culo toca el asiento.

-Emma te ha salvado la vida Kevin, Bady no había desechó el nudo a tiempo , entonces Emma tiro de ti y rápidamente cierra la puerta de golpe. La bala no te alcanzó- me explica Coco.

-Menos mal que metí el pie que tenía fuera y me hice una bola- Suspira Bady.

Miró por el retrovisor y un montón de coches policía rodean el restaurante.

-¿Quien ha llamado a la policía?- Miró extrañado.

-La camarera, la vi hablando con unos agentes cuñado ya estábamos en carretera- contesta Max.

***
Y bueno, después de nuestra aventura en Texas, todo fue con normalidad, Max se cago en todos los muertos del tío porque tenía la marca de una bala en su puerta, Emma siguió cantando canciones felizmente, Coco estuvo bastante callada todo el viaje, Verónica hacía fotos y bueno había una foto que nos hizo en el coche que me llamó la atención y era en modo selfie, Verónica salía sonriendo mientras que Max tenía el ceño fruncido mirando a la carretera, yo estaba atrás agarrado por Emma y Bady debajo mía hecho una bola y Coco atrás del todo, mirando por la ventana súper preocupada. Me hacía gracia, porque plasmaba la situación en la que nos encontrábamos.

Vimos como el cartel reluciente que ponía California pasaba velozmente por mi campo de visión.

-YA HEMOS LLEGADO- Gritó Emma mirando por la ventanilla.

Coco se despertó de su siesta y empezó a mirar a todos lados.

-Verónica, busca a mi madre en Facebook haber si hay algo de información de donde se encuentra exactamente-manda rápidamente Coco.

Verónica asiente y empieza a teclear su móvil rápidamente.

Pasa una media hora y Verónica dice de repente.

-LO TENGO, Está en Cañon Drive de Beverly Hills, tiene un restaurante que se llama Amber-

Coco frunció ligeramente el ceño.

-Entendido, ahí vamos- dice Max apretando el volante.

Debo decir que los Ángeles es muy bonito, tal y como lo recordaba, aquí no hace tanto frío como en Misuri, es un ambiente más agradable, sus playas y atardeceres, es algo que deberían ver todos alguna vez en su vida. Me quedé un buen rato mirando a la ventanilla escuchando música, hasta que el coche se para.

-Ya hemos llegado- Max se baja del coche y nosotros detrás de él. -Que Buen Día hace-

Las palmeras estaban colocadas a los extremos de las calles, chicas con bolsos muy caros paseaban con sus chihuahuas. Coco no se paró a observar lo que había a su alrededor, fue directa a buscar el restaurante y nosotros la seguimos. Era raro que no se parara en cada tienda observando y babeando por la ropa y bolsos caros, si no que iba flechada a su objetivo. Después de andar y recorrer toda la calle de arriba abajo paramos en un restaurante pequeñito, pero muy mono que ponía arribacon letras doradas AMBER. Coco abrió la puerta rápidamente y se fue al Metre.

-Quiero ver a Charllote Sellers- dice directamente mirándolo directamente a los ojos.

-Discúlpenos, pero está muy ocupada no puede verla ahora, ¿Tenías alguna reserva?- el chico la trata con delicadeza.

-No, no tengo ninguna reserva, solo quiero ver a Charllote Sellers- insiste Coco perdiendo la paciencia.

-Lo siento Señorita, pero creo que se va a tener que marchar- el tono del chico ya se había vuelto más duro.

-No- Coco esquiva al Metre y entra al restaurante.

-Señorita no puede hacer eso- el chico la agarra de la muñeca y la impide que siga.

Y nosotros estábamos observando cómo panolis.

-¿Que ocurre?- Una hermosa chica aparece, tenía el pelo rubio y recogido en una trenza de raíz, sus ojos eran azules cielo y tenía una mirada desafiante, casi no tenía arrugas, tendría unos treinta pocos, aún que parecía que tenía muchos menos, iba vestida con el uniforme de cocinera que era negro, tenía borrado en el pecho, Chef.

-Está chica quiere verla jefa- contesta el metre.

Es mujer se acerca a Coco y la mira a los ojos, a la mujer se le cristalizan los ojos al verla.

-¿Hija?- dice la mujer con la voz rota.

Coco se sobresalta y pequeñas lágrimas se resbalan por su mejilla.

-Mama...- susurra con la voz rota.

Agarra a Coco y la abraza con toda su fuerza.

-Te echaba de menos cariño- dice sin soltarla ni un instante.

-Y yo, mama, y yo-

Fue una escena muy emotiva, había tanto sentimiento.

-Quiero hablar contigo hija, Deberíamos irnos a un sitio más privado- habla secándose las lágrimas.

-Sí, pero... ¿pueden venir mis amigos también?- pregunta Coco mirándonos.

-Claro- afirma dándonos la espalda mientras sube unas escaleras.

Nosotros la seguimos en silencio, paramos en una habitación con cristaleras, que se veía la ciudad soleada a través de ellas.

-Hija, me gustaría que vinieras a vivir conmigo, aquí a California-

Coco la miró lentamente y se quedo en silencio un buen rato.

-Mama, tengo amigos ahí, una familia- dice Coco señalándonos.

-Pero hija...- Coco la corta. -Lo siento Mama-

-No seas tonta Coco- Emma interviene haciendo un puchero. -Ella es toda tu familia- Se acerca a Coco y la agarra de la mano suavemente. -Tu verdadera familia- todos andamos hacia ellas y posamos las nuestras encima de las suyas.

-Emma tiene razón- afirma Verónica.

-Aquí serás Mucho más Feliz, no tendrás que vivir nunca más en una caravana, no tendrás que volver a robar para sobrevivir, tendrás una habitación y una casa de verdad- Bady le regala una sonrisa de boca cerrada a Coco.

-De acuerdo, iré a vivir contigo mama, pero antes, déjame acabar el curso- Dice Coco.

-Me parece bien- La madre nos sonríe a todos.

-Bueno, dicho esto, deberíamos volver- comenta Max andando hacia la puerta.

Todos asentimos.

Bajamos las escaleras que hace poco subimos.

-Cuídate hija mía hasta que nos volvamos a ver- le da un beso en la frente a Coco.

-Eso haré- contesta con una pequeña sonrisa. -Hasta dentro de muy poco-

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