Parte 25

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Domingo.

Aún no tengo la palabra exacta que definiría este día.

Los domingos, para mí, y para la mayoría de estudiantes, son aburridos y tranquilos, hasta que son las nueve de la noche y recuerdas que tienes tareas que presentar el lunes.

Pero no domingo no fue tranquilo está vez. Comencé el día con una llamada de mi amiga.

- ¿Aló?

- Julieta, tengo que decirte algo. - por el tono de su voz, supe que era algo malo.

- ¿Qué sucede? - le pregunté rápido.

- Entra a Facebook; hay una foto, tienes que verla.

- ¿Zayn Malik subió una nueva foto? Sé que cada foto de él es demasiado buena, pero no tienes que llamarme por eso.

- ¿Qué? No, no tiene nada que ver, además sigo enojada con él por dejar One Direction.

- ¿Entonces? ¿De qué es la foto?

- Es una foto tuya, te han etiquetado, tienes que verla por tu misma.

Terminé la conversación con ella y luego fui a encender mi computadora. Ya estaba bastante nerviosa por esperar que inicie mi sesión. Luego entré a Facebook y accedí a mi cuenta. Apenas terminó de cargar la página de inicio pude ver la dichosa foto.

Juro que me quedé sin palabras por un momento. En esa foto salía yo, abrazando a Javier. Fue tomada el día de la fiesta de Lila, cuando Javier me abrazó a la fuerza. Leí los comentarios, todos hablaban sobre "la nueva pareja de la escuela", decían que ya se lo veían venir, que siempre estamos juntos a la hora de recreo y que somos muy cariñosos en clase. Sentí como me llenaba de ira por dentro, había demasiadas mentiras escritas ahí. Tenía que hacer algo al respecto. Idea a un plan en mi cabeza, pero en ese momento vi algo aún peor. No sólo me habían etiquetado a mí en la foto, también habían etiquetado a Ed. Todas las malas palabras que había escuchado en mi vida estaban reproduciéndose en mi cabeza.

Con la esperanza de que Ed aún no haya abierto su Facebook, fui a tocar su puerta. Toqué su puerta tres veces, rogando porque no esté enojado, hasta que por fin abrió.

- Hola, Ed. - fui yo quien saludó primero, supe casi de inmediato que él ya sabía todo. No sonrió al verme, Ed siempre sonríe cuando me ve.

- Hola, Julieta. - dijo casi sin expresión en su rostro. Ni siquiera me dio un beso para saludarme.

- ¿Podemos hablar? - pregunté, creí que lloraría ahí mismo.

- Julieta, verás, ahora no quiero hablar contigo... Tengo que hacer otras cosas. - casi no podía creer las palabras que salían de su boca. - Adiós.

Iba a cerrar la puerta, pero puse mi pie para evitarlo.

- Por favor. - le dije. Él, rodando los ojos, sacó su celular de su bolsillo. Buscó algo y luego me lo mostró.

- ¿Este fue el "imprevisto" de anoche? - era la foto - ¿Por esto, no pudiste acompañarme al aeropuerto?

- Ed, déjame explicártelo, por favor. No es lo que parece.

- ¿No es lo que parece? - dijo sarcásticamente - Julieta, por favor, deja de mentir, deja de creer que soy un tonto.

- No creo que eres un tonto.

- Claro que no. - otra vez el tono sarcástico. - Adiós, Julieta.

- Ed...

Cerró la puerta y pude dejar de contener las ganas de llorar. Llegué a mi habitación con el ánimo por los suelos. ¿Por qué me sucedía esto a mí? ¿Cómo le explicaría que todo fue una trampa? ¿Cómo haría para recuperar su confianza?

En la tarde todo pasó demasiado monótono para mí. Almorcé con mi familia, no mamá me preguntó si estaba bien, yo le dije que sí, sólo estaba un poco cansada.

Mi amiga me llamó de nuevo más tarde, la verdad no tenía muchas ganas de hablar con ella.

- Julieta, ¿Ed ya lo vio?

- Sí, y creo que lo vio antes que yo.

- ¿Han terminado?

- ¿De verdad te interesa, Grace?

- Claro que me interesa.

- Tus amiguitas están feliz por eso, ¿no deberías estarlo también?

- Julieta, sabes que yo no tuve nada que ver en esto.

- ¿Segura? Cuando nos hicimos amigas, dijiste que sólo estaríamos juntas en público si yo fuera como tú. Tenía que estar con Javier para eso, ¿verdad?

- Julieta...

- ¿Sabes qué, Grace? No me interesa ser como tú, no quiero tener una amiga que se avergüenza de mí. Adiós.

Ni siquiera esperé a que dijera algo más, colgué y ya, así como así. Había perdido una amiga, aunque ni siquiera se sentía como una amiga, de igual dolía.

Fui a buscar a Ed otra vez, no estaba en su departamento. Salí al parque y ahí lo vi, estaba sentado en una banca, pero sin un gato esta vez.

- Ed, ¿Podemos hablar?

- Julieta, escucha, estuve analizando esto y, entiendo que eres más joven, quizá, buscas cosas distintas de las que yo busco. Yo no soy lo que tú necesitas, y creo que lo mejor es terminar. - y se paró de la banca.

- ¿Qué? Ed, no.

- Es lo mejor para ambos, tú podrás estar con chicos de tu edad, descubrir lo que realmente quieres, y yo, aclararé nos pensamientos también.

- Ed, te amo. - iba a abrazarlo, pero él tomó mis brazos y me apartó.

- No me mientas más. - dijo casi gritando, sé que él también estaba sufriendo, sus ojos estaban rojos, tanto como los míos.

- No estoy mintiendo. Por favor, déjame explicártelo.

- No, Julieta, ya no quiero hablar contigo. Adiós. - me soltó y se fue. Quise seguirlo, gritarle que estaba equivocado, pero no pude, sólo me quedé ahí, viendo cómo se alejaba sin mirar atrás.

Creo que aún no tengo la palabra que definiría este día, y creo que nunca la tendré.

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Capítulo corto, dejen sus estrellitas :')

El Raro del Tercer Piso (ED SHEERAN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora