Parte 10

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Recibí una llamada de mi mamá, le reclamé por no haber llamado antes. Mi amiga tenía razón, estaban de luna de miel y no habían salido de la cama, no puedo creer que tan urgidos estaban. -_-

Qué suerte que vienen en unos días, la verdad ya se nos acababa el dinero, pero no les daré lo sobrante, me lo deben por preocuparme tanto.

Como mi hermano no tenía clases hoy, desayunamos tarde, nos preparé el desayuno y fuimos a ver televisión mientras comíamos. Vimos Bob Esponja en Nick y luego mi hermanito se ofreció amablemente a lavar los trastos luego de que lo amenacé con decirle a mi papá que había roto su trofeo de football.

Luego yo quería escuchar música y dormir otra vez, una belleza como yo no puede tener ojeras por falta de sueño, pero mi hermano insistió en que quería que lo bendiga con mi presencia. Fui buena con él y acepté armar edificios con piezas de Lego.

Todo iba bien, incluso me estaba divirtiendo, pero al enano se le ocurrió decir:

- ¿Y si llamamos a Ed para jugar?

- No creo que sea buena idea, quizá él esté ocupado. - y no pude evitar recordar a la chica que vi con él hace un día.

- Pero a Ed le gustaría que lo invitemos a jugar, ¿o sigues enojada con él?

- Claro que no, pero...

- ¡Ya pues! Quiero ver a Ed.

Y sin siquiera darme tiempo a procesar lo que dijo salió del departamento. Ya sabía que iba a ver a Ed. Lo seguí corriendo, aunque detesto correr tuve que hacerlo. Cuando logré alcanzarlo, él ya había tocado la puerta de Ed.

- Vamos abajo.

- ¡No!

- Dije vamos abajo.

- No seas tan cruel. ¡Ed es mi amigo!

Iba a contestarle, pero en ese momento abrió Ed. Y por primera vez desde que lo conocí, estuve nerviosa ante su presencia. Esta vez lucía como casi siempre lo hacía, un polo con el Gato con Botas estampado y un pantalón gris flojo.

- Hola Julieta, hola enano. - dijo Ed sonriendo.

- Hola Ed. - dijimos mi hermano y yo al unísono.

- Pasen.

Yo no quería, pero el traidor ya estaba sentado en el sillón en menos de tres segundos. Pasé y Ed cerró la puerta detrás de mí.

- Julieta, lamento no buscarte ayer, te dije que hablaría contigo, pero lo olvidé.

- No te preocupes por eso, ya estoy bien.

- De igual. Lo siento. Pero puedes contarme ahora.

- Bueno, ya que lo dices, mi mamá llamó.

- ¡¿En serio?! - dijo emocionado - eso es genial, la verdad pensé que ya no vendrían, me alegro por ti, en serio.

- Gracias - y le sonreí, él hizo lo mismo

- ¡Ed! -gritó mi hermano desde el sofá

- ¿Qué sucede pequeño?

- Mi hermana quería pedirte disculpas, por eso vino. - enano mentiroso

- ¿Disculpas por qué? - dijo Ed

- Por lo de hace días, cuando los encontré leyendo lo que escribía. - baje la mirada - Creo que fui muy descortés contigo, y no debí haberte tratado mal. - adiós orgullo.

- Deja de preocuparte por eso, ya pasó, además me lo merecía por andar de chismoso. - tiene razón.

- Sobre lo que leíste de que no me gusta que me saludes con beso en la mejilla, no te lo tomes personal, no me gusta que nadie lo haga, desde pequeña soy así, siento que invaden mi espacio personal. - hablé muy rápido, me sentía nerviosa.

El Raro del Tercer Piso (ED SHEERAN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora