Parte 36

191 20 18
                                    

Es viernes. Hoy vi a Ed.

En la mañana, fui al colegio, Javier estaba muy emocionado porque en la noche iría con él a la fiesta.

Mi papá no puso resistencia cuando fui a pedirle permiso para salir, dijo que era bueno que saliera, ya habían pasado casi dos semanas y necesitaba despejar mi mente de Ed.

Era una fiesta con piscina, y Javier me pidió que llevara un bikini debajo de mi atuendo, pero me sentía nerviosa por la idea de estar con poca ropa ante desconocidos, así que no llevé un bikini. Usé un vestido corto, obligatoriamente tuve que maquillarme, tenía ojeras muy grandes.

Cuando terminé de alistarme, mi papá llegó a mi cuarto y conversamos un rato.

- Hija...

- Papá, ¿sucede algo? - dije, yo estaba sentada en mi cama, él llegó y se sentó a mi lado.

- Luces hermosa.

- Gracias.

- Ese chico, Javier, ¿te hace feliz?

- Es mi amigo, y sí, es muy bueno conmigo. Lo quiero.

- Está bien, no te estoy prohibiendo nada, sólo, no quisiera que tengas una relación tan pronto, sé que aún sufres por Ed, y tu corazón necesita tiempo para sanar. - y me abrazó. - Creces tan rápido. - dijo con su cabeza sobre la mía.

- Papá, me vas a hacer llorar, y ya me maquillé. - le dije apartándolo.

- Julieta, tu amigo ya llegó. - dijo mi mamá tras la puerta de mi cuarto.

- Ya voy. - le respondí. - Me tengo que ir. - le dije a mi papá, nos paramos y fuimos a la sala. Ahí estaba Javier, mi mamá y Mateo, creo que está de más decirlo, pero mi pequeño hermano le lanzaba miradas llenas de ira a mi amigo.

- Buenas noches - saludó Javier y mi papá le devolvió el saludo. - Julieta, te ves... hermosa. - dijo sonriendo, él estaba vestido casi formalmente y su cabello iba desordenado.

- Gracias, - le dije. - tú también te ves bien. ¿Nos vamos? - le dije.

- Claro, - me dijo. - adiós señor, adiós señora, adiós Mateo. - se despidió de cada uno y revolvió el cabello de Mateo, pero al enano no le agradó.

- Ed me caía mejor. - dijo Mateo arreglando su cabello.

- ¡Mateo! - le gritó mi mamá.

- Vámonos. - dije y tomé del brazo a Javier para salir de ahí. - Adiós. - me despedí de mi familia.

Bajamos por las escaleras, a Javier no le gusta usar el ascensor, pero cuando estábamos saliendo del edificio, en ese momento Ed estaba entrando por la puerta, después de tanto tiempo lo pude ver, lucía ligeramente más delgado, llevaba una camiseta oscura, sin diseño, revisaba su celular, hasta que levantó la vista y nuestras miradas se encontraron. ¿Cómo expresar con palabras lo que sentí en ese momento? Estaba feliz, incómoda, triste, sentía amor, euforia, ira, nostalgia, miles de emociones. Ed abrió su boca, como si fuera a decir algo, pero la cerró inmediatamente cuando vio que Javier estaba a mi lado, su mirada se posó en nuestros brazos entrelazados. Estaba triste, yo lo sé. Javier me jaló del brazo para que avanzara.

- Ed, hola. - lo saludó Javier sonriendo.

- Hola. - dijo y siguió caminando, ni siquiera pude decirle un simple "hola".

Salimos y luego Javier me dejó pasar al auto. Y antes de que él entre, me dijo algo.

- Julieta, creo que olvidé las llaves en tu departamento, iré a buscarlas, ahora vuelvo.

- Okay.

Y fue, yo por mi parte me quedé pensando en Ed, en cómo estaba, ¿acaso él aún piensa en mí? ¿ya me habrá superado? No lo sé. Al poco rato llegó Javier.

- ¿Las encontraste? - le pregunté por sus llaves

- ¿Qué cosa?

- Tus llaves.

- Ah, sí. Vamos.

Y arrancó el auto. Luego de 15 minutos llegamos a la fiesta.

- Julieta, vamos, quiero presumirte ante mis amigos. - me dijo dándome le mano para salir del auto.

En el ambiente sonaba No Control, de One Direction, amo esa canción. Era una fiesta grande, había chicos muy musculosos sin camisa, Javier me dijo que eran los del equipo de natación. Más al fondo, había una piscina llena de gente, chicas mayores que yo iban caminando en traje de baño por el lugar.

- Julieta, ¿quieres bailar? - me dijo Javier.

- Está bien. - Le dije y me jaló hasta la pista de baile. Puso sus manos en mi cintura y me guió en el baile.

- ¿Trajiste tu traje de baño? - me preguntó al oído, yo negué con la cabeza. - Okay, no importa.

Bailamos por un rato más, luego fuimos por bebidas, yo no tomo alcohol, así que sólo pedí una Coca Cola, él también, ya que tenía que manejar.

Estábamos bebiendo cuando llegó un chico sin camiseta hacia nosotros.

- Javier, amigo ¿y quién es ella?

- Es Julieta.

- ¿Tu novia?

- Sólo somos amigos. - dije.

- En ese caso... - dijo el chico.

- Déjala en paz, Christopher. - dijo Javier algo molesto. - Ya nos vamos, Julieta.

- ¿Tan pronto? - le dije, creo que no habíamos pasado más de media hora ahí.

- ¿Tan pronto te la llevas? Esto apenas comienza.

- Como sea, ya vámonos. - dijo Javier.

- Vamos, jugaremos a girar la botella. - dijo el chico.

- Vámonos ya, Javier. - le dije, ni loca me quedaba a jugar eso.

Cuando ya estábamos frente a la puerta del departamento, Javier me tomó de las manos.

- Gracias por acompañarme.

- Gracias a ti por ser mi amigo. - le dije, él acercó sus labios a mi rostro y me dio un beso lento en la mejilla.

- Te quiero.

- Yo también te quiero.

- Adiós.

- Adiós.

Y nos despedimos.

El Raro del Tercer Piso (ED SHEERAN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora