Por fin, el fin.

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Capítulo narrado por mí, os ea la escritora, o sea la creadora de esta historia, o sea la que casi nunca actualiza, o sea la que intenta inspirarse y escribir bien mientras su abuela mira Caso Cerrado a todo volumen. Creo que ya me entendieron, este capítulo lo narra María Castillo, o sea yo.
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16 de diciembre. / Baile de graduación.

Julieta dormía, aunque ya eran las 10 de la mañana. Su mamá no se atrevía a despertarla, no tenía motivos para hacerlo, ya había terminado el colegio, además, sentía demasiada pena ver a su única hija así.

Desde esa vez que llegó por el umbral de la puerta con su amiga. Nunca la había visto tan deprimida, y por tanto tiempo. El mes pasado, esa chica llamada Megan llamó a su hija, sólo para decirle que estaba con Ed en su luna de miel, disfrutando al máximo de su vida en pareja.

La madre de Julieta quería partirle la cara a esa chica, ¿por qué quería hacer leña de un árbol caído? Porque eso era Julieta ahora, un árbol caído. Ya ni si quiera hablaba muy seguido con su amiga, se había distanciado de todos, incluso de Mateo, quien adquirió la custodia de Teddy.

Ya no reía, los días pasaban aburridos y sin gracia, casi nunca salía de su cuarto y lo único que quería era que ese inmenso dolor que sentía en su pecho desapareciera. Pero no se iba, y se intensificaba cuando pensaba en Ed y Megan, estando juntos, y quería quitar esos horribles pensamientos de su mente, pero cada vez eran más frecuentes.

Y en ese momento, mientras Julieta dormía, su madre limpiaba la cocina, Mateo leía Los Miserables, y su papá trabajaba en su escritorio; Grace tocó la puerta del departamento. Y ya sabían que era ella, porque ya conocían su peculiar forma de tocar.

- Hola Grace. - dijo la mamá de Julieta luego de abrir la puerta. - Pasa.

- Hola señora, ¿Julieta está? - dijo entrando al lugar.

- Esa es una pregunta muy obvia. Está en su cuarto.

- ¿Puedo ir a verla?

- Claro.

Y Grace abrió la puerta del cuarto de Julieta, y ahí estaba ella, cubierta por las sábanas, con sus cabellos enredados y babeando un poco con la boca abierta. Y Grace sintió hasta ternura de ver a su amiga durmiendo tan profundamente, se acercó a ella, bajó su cabeza hasta la de Julieta, acarició su cabello, y rozó sus labios con la oreja de ella de una forma muy delicada.

- ¡Julieta! ¡Despierta! - gritó de repente Grace.

- ¡Ah! - gritó Julieta al despertar tan abruptamente por los gritos - ¿Acaso estás loca? ¿Qué te pasa?

- Despierta, Julieta. Hoy es un día muy importante y tú sigues durmiendo. - y Grace caminó hasta la ventana y corrió las cortinas. - Ya levántate.

- Déjame sola, no quiero salir. - intentó volver a dormir.

- Estás muy equivocada si piensas que me iré así. JULIETA, TE ORDENO QUE SALGAS AHORA MISMO DE ESA CAMA.

- Oblígame. - Y cerró los ojos.

Entonces Grace se quitó los zapatos y subió a la cama de Julieta, comenzó a saltar como loca mientras gritaba.

- ¡Es hora de despertarse! ¡Es hora de despertarse! ¡Es hora de despertarse!

- Ya, basta, tú ganas.

- Siempre lo hago.

Luego de media hora, Julieta ya había tomado una ducha y ya estaba vestida.

El Raro del Tercer Piso (ED SHEERAN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora