Capítulo 10: Haunted

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Escuché los golpes en mi puerta y me retorcí en la cama. Aquella noche había acabado acostándome a las cuatro de la mañana para terminar la letra de una canción que todavía necesitaba retoques.

Traté de ignorar las llamadas a la puerta para volver a dormirme pero los toques no dejaron de insistir haciéndose cada vez más continuos e impacientes.

Fastidiada, me levanté y abrí la puerta de un golpe. Al ver a Justin lo miré atónita por lo bien que se veía. En un acto reflejo cerré la puerta en sus narices recordando que estaba recién levantada y debía estar horrorosa.

¿____? – lo escuché detrás confundido pero divertido.

¿Qué quieres? Estoy horrible – respondí tras la puerta.

Yo creo que esa ropa te sienta bien, podríamos hacerte una foto así de perezosa – rió – Quedaría muy realista para un modelaje de pijamas – bromeó.

¡Lárgate! – dije inevitablemente riendo por su idea.

Vamos, ábreme. Prometo no reírme.

Entreabrí un poco la puerta y me asomé a ver su rostro. Él sonrió al ver solo mis ojos salir tras la puerta. Tenía un aspecto fresco, como si hubiera dormido mucho más que yo cuando en realidad debía haber dormido igual de poco.

Finalmente abrí la puerta ocultándome tras ella y él pasó al interior de la suite. Me moví para cerrar la puerta a su espalda de modo que nadie me viera en el pasillo. Llevaba un pantalón corto que tapaba lo justo mi trasero y una camisa de tirantes que dejaba ver un poco mi cadera al quedarme corta.

Justin se giró para verme y sonrió. Me llevé las manos a mi pelo desorganizado y rápidamente me hice una coleta. Él suavemente colocó un mechón detrás de mi oreja.

Siento despertarte – susurró.

En verdad no lo sientes – me encogí de hombros moviéndome hacia el dormitorio – Te divierte verme así.

Chica, no es algo que pensaba que fuera a ver – se burló – De todos modos luces bien.

Ya, como una flor en primavera – ironicé. Él asintió y bufé cogiendo ropa limpia de mis cajones – Voy a darme una ducha, salgo en cinco minutos. No rebusques entre mis cosas – lo miré mal y él alzó las manos inocentemente – ¿Puedes pedir el desayuno?

Lo mandé antes de subir – me guiñó un ojo.

Sonreí en respuesta y entré al baño para ducharme rápidamente. Tras dos canciones en el agua salí a peinarme y ponerme espuma en mi melena. Si había algo que me gustase de mí, eso era mi pelo.

Me puse crema hidratante por todo el cuerpo y me vestí con mi ropa interior y un vestido azul con estampado de pequeñas flores. Salí del baño descalza y caminé de puntillas para ponerme las primeras sandalias que encontré. Justin me miró divertido al ir de un lado a otro sentado frente a la mesa, con mi desayuno esperando por mí.

Fueron más de cinco minutos – señaló.

Lo siento – me disculpé acomodando mi pelo detrás de mí mientras me sentaba para desayunar – ¿Qué tienes planeado?

Sus mejillas se volvieron ligeramente carmesí y sonrió mirando hacia abajo, avergonzado. Me acercó la bandeja de comida incitándome a comer.

No sé si te guste la idea. Ni siquiera sé en que estaba pensando cuando se me ocurrió … bueno sí lo sé – sonrió para sí mismo. ¿Podía ser más adorable?

Hall Of Fame (Justin Bieber y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora