Capítulo 11: Work Bit*ch

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Había vuelto a mi dormitorio después de haber cantado con Angie varias canciones. Nadie conocido apareció en el salón y en cuanto terminamos el trabajo me fui de allí para ponerme cómoda.

Minutos después de estar dando vueltas en mi cama como media hora me levanté para ir a beber un vaso de agua. Tenía la boca seca.

Me puse a ver un poco la televisión esperando conciliar el sueño cuando noté un golpe en la puerta. Bajé el volumen de la película aburrida que retransmitían a aquellas horas. Volvieron a tocar.

Levantándome de un salto de la cama me miré en el espejo para hacerme una coleta. Di una voz diciendo que ya iba mientras miraba mi atuendo. Una horrible camiseta que promocionaba el hotel y un pantalón corto. Suspirando por no tener remedio me fui a abrir a ver quien era.

Estaba un poco asustada. ¿Quién iba a interrumpir a medianoche en mi habitación? Quizá había pasado algo malo …

Al abrir la puerta me encontré con una caja de pizza. El olor a comida me invadió al momento. Justin era la persona que la sujetaba.

Traigo pizza en ofrenda de paz – dijo serio – y porque te prometí invitarte a pizza … pero no me dejaste esta tarde – frunció sus labios.

Gracias – cogí la pizza y cerré la puerta en sus narices.

Eh … ¡____! – gritó tras la puerta. Me reí apoyándome en la puerta – Vengo de entrenar. Tengo hambre – se quejó. Volví a abrir y él arqueó una ceja – ¿Puedo pasar?

¿En serio has terminado ahora de jugar al fútbol con Ryan?

Hace más de una hora – se encogió de hombros – fui a ducharme, encargar pizza y venir aquí.

Pobrecito – abrí la puerta para que pasara – ¿De qué es la pizza?

Carbonara – sonrió cogiendo la caja y dirigiéndose a una mesa – Creí que me dejarías ahí tirado y sin comida – fingió un escalofrío por la idea.

No soy tan cruel – me senté frente a él para empezar a comer.

Siendo sincera, no había comido en todo el día. Iba tan solo con una ensalada que había almorzado con las modelos.

Cogí una porción de pizza y comí despacio. Mi estómago se retorció. Se había acostumbrado a estar vacío y molestaba. Mientras yo comía mi única porción, Justin se había zampado tres.

Comes muy despacio – se burló.

No soy una salvaje – saqué la lengua infantilmente.

Oh, ¿yo sí? – su mirada se volvió pícara y yo me empecé a sonrojar mientras cogía otra porción. Negó con la cabeza dando por zanjado el tema – ¿Qué tal la noche?

Entretenida – me encogí de hombros – nada del otro mundo.

Acabé dejando la segunda porción a medias y fui a beber otro vaso de agua. Justin en mi lugar se la terminó y fue detrás de mí para coger un refresco de mi nevera.

¿Y tú? – le pregunté.

Le estuve dando caña a Ryan con el balón. Estaba enfadado y no había manera de que se cansara – resopló – Yo estoy exhausto.

Y aquí estás – suspiré.

No me gustó como te fuiste – se sentó en un sillón reposando la cabeza hacia atrás y cerrando los ojos – No estaba tranquilo.

Hall Of Fame (Justin Bieber y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora