Cierra los ojos e imagina una tienda donde ocurre la magia. No la magia que se encuentra en los libros, no como la brujería o la magia negra, sino la magia en la que los sueños se hacen realidad. Imaginen un lugar donde se puede perder en las flores, los chocolates y las cartas de amor.
¿Lo ves? Bueno.
Ahora imagina a una chica gruñona, cabreada las 24 horas del día, de dieciocho años, la muchacha que lleva magia detrás de la tienda "mágica".
La imaginación no encaja bien, ¿Verdad?
Bueno, si entras en el País de las Maravillas, entonces eso es lo que imaginas. Mi madre era dueña de esa preciosa tienda que imaginas. El país de las maravillas era un lugar donde comprarías chocolates para esos individuos y muchas cosas especiales, un lugar donde las flores vinieron en todas las formas y tamaños.
La chica que te imaginaste era yo.
Está bien. Mi así llamada madre me obligó a trabajar en su tienda. Ella usó el discurso de la culpa en mí. Cada adolescente ha sido alimentado con las mentiras en algún momento de sus vidas. El discurso en el que su madre le dice lo difícil que era para levantar, pero cómo habrían hecho algo por ti y que todo lo que pedían era que hicieras una cosa por ellos. Entonces te darían esa mirada pouty y dicen 'Pero está bien, no tienes que hacerlo si no quieres'. Lo cual obviamente te hace sentir culpable por dentro y cuando los llamas y saltan y chillan y gracias a Dios por tener un hijo como tú.
¿Has oído de ese discurso?
Sí, lo pensé.
Tampoco creo que los abuelos sean entendibles y den amor. Las cosas que pueden hacer que hagas son inimaginables. Pregúntale a mi hermana. No creo que se haya recuperado de ese día.
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"¿Qué?" Gruñí en mi teléfono. Seguí escribiendo algunas notas de biología mientras respiraba pesadamente en mi teléfono.
"Bueno, alguien está de buen humor" Dijo alegremente mi hermana Caitlin. Me encendí un poco. "Deberías voltear ese ceño fruncido al revés Perrie"
"¿Por qué siempre estás de buen humor?" Le pregunté malhumorada y puse mi pluma abajo y decidí tomar un pequeño descanso. Mis ojos me estaban matando.
"Hm, no sé, sólo tome como cinco tazas de café" Respondió.
"Odias el café" Dije.
"Sí, bueno, es lo único que me mantiene viva aquí" Susurró. Reprimí una carcajada mientras la imagen de Caitlin escondida detrás de un arbusto me clavaba en la cabeza.
"No me digas, estás en el País de las Maravillas."
"Le atinaste." A pesar de que yo era el polluelo de la roca en la familia y Caitlin odiaba la tienda tanto como yo. Las rosas perfumadas en tarjetas y flores perfumadas ... eran demasiado para nosotras.
"¿Sabes qué es peor?" Ella me preguntó.
"¿Qué?" Yo pregunté.
"Es la semana que ya sabes qué" Susurró. Me quedé helada. La fecha se me escapó la mente. "¿Todavía estás ahí Perrie? ¿Pezza?" Dijo al teléfono.
"Lo siento, creo que vomité un poco."
"Está bien, esa es una imagen que no quería en mi cabeza ... oh dios, creo que voy a irme" Dijo Caitlin haciendo ruidos en el teléfono.
Fruncí el ceño.
"He dicho cosas peores cosas que eso Caitlin" Comenté mientras seguía mordisqueando-.
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One Shots Jerrie
Fanfiction《Eres mi viaje sin regreso por el resto de mi vida.》 Historias o pensamientos Jerrie, porque todos sabemos que en cualquier universo en el que arrojemos a estás dos, están destinadas a estar juntas. - - Estas solo serán (Adaptaciones) & (Traduccione...