Señorita

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"Con el movimiento de tu cuerpo me invitas a infierno, y me regalas el placer del celeste paraíso con una sola sonrisa"

Aquel club nocturno se había tornado en el oasis personal de la abogada Edwards durante los últimos meses, atrayéndola sin esfuerzo alguno gracias al particular performance de estiló gitano que se establece en el escenario todas las noches de los ...

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Aquel club nocturno se había tornado en el oasis personal de la abogada Edwards durante los últimos meses, atrayéndola sin esfuerzo alguno gracias al particular performance de estiló gitano que se establece en el escenario todas las noches de los viernes.

Esa elegante mujer rubia, de no más de veintisiete años, cada viernes por la noche, se permitía acudir a las entrañas de tan sincalíptico establecimiento para deleitar sus sentidos. Y ese viernes nocturno no fue la excepción a su apetito visual y auditivo, desentendiéndose completamente del exterior para atender únicamente a ese pedazo de paraíso infernal que conseguía quemar su piel sin tocarla.

Entro sin hacer fila, mostrando su identificación para pedir que la lleven a la mesa que reservaba con habitualidad desde días antes.

"Perrie Edwards." Sonrío galante, esperando a que la anfitriona la encontrará en la lista y la guiara a su asiento.

"Bienvenida señorita, adelante." Le dijo antes de invitarla a pasar con un suave gesto. "¿Algo de beber?" Pregunta cómo siempre cuando la ve deslizarse en el sillón de cuero de cada viernes.

"Un whisky, gracias." Pidió, dejando su saco en el respaldo del asiento y arremangando las mangas de su camisa blanca mientras se acomodaba.El show previo, al que fue a presenciar, estaba por terminar, haciendo que su piel comenzará a erizadas con la simple espera por saber que está apuntó de ver el exótico baile con un tono gitano y árabe que siempre conseguía quebrantar su lucidez.

Incluso río al recordar como hallo ese lugar: ese día, exactamente un año atrás, se suponía que su socia Karla Estrabao y ella cerrarían exitosamente un caso, pero la clienta, Michelle Morgado, prefirió agradecerles en ese colorido lugar. Las tres estaban encantadas y divertidas con los espectáculos, siendo ella la más sorprendida al escuchar tan rítmica y retumbante comenzó a sonar de pronto, haciendo que su mirada se fijará en aquellas cortinas de terciopelo rojo en la espera de aquel cuerpo que tanto deseaba ver.

Desde la primera vez quedó tan impactada por el baile sensual de la morena sobre el escenario, que Karla tuvo que tronar los dedos para hacerla bajar de su nube voladora. Ansiosamente, ese día pregunto el nombre de aquel precioso ser, pero únicamente obtuvo el nombre artístico.

"Al menos ese par consiguió lo que deseaba." Dijo para si misma al levantar la copa de whisky que le llevaron, brindando solitariamente por la exitosa relación que seguían manteniendo Karla y Michelle desde aquella velada, pero ella seguía intentando hacer que esa princesa misteriosa la mirara siquiera una vez.

Dio un sorbo a su vaso, saboreando aquel licor impregnar su boca, para luego pedir más whisky para controlar lo ansiosa que se sentía por ver ese esplendoroso ser danzar.

One Shots JerrieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora