Capítulo 30: El encuentro I

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Me desperté a mitad de la noche gracias a Sasha que había oprimido él botón de alerta yo inmediatamente me comuniqué con el, por los visto unas chica se habían metido al laboratorio de Bruno.
-Boss, procedo a alimentarlas?-pregunto por medio del comunicador.
-no... tengo algo mejor... despierta a Bruno yo bajaré primero y enciende y graba todas las cámaras del laboratorio.
-A sus órdenes -Me cambie de ropa lo más rápido posible para tener mi vestimenta normal con la que suelo dar pelea escondí mi revólver y llevo conmigo mi bastón como siempre, además de una medalla de san Benito, baje por otro atajo dándome una gran sorpresa ya que ambas estaban dándome la espalda decidí llamar su atención.
-Miren que adorable reunión, en mi casa y no me invitaron -dije en un tono sarcástico.
-  Que? Acaso no te llego la invitación? – dijo Mileyer tratando de no reír por alguna razón.
-Creo que se perdió en el correo... Agg... sigues viva repugnante súcubo? -dije sacando mi revólver y disparándole en el brazo con una de las balas bendecidas haciendo que por donde entra esa bala al rededor de esa herida su piel se tornara negra y ella gritara de dolor.
- amm .... – Mileyer tomó una foto a lo que alce una ceja por la confusión  – buen disparo
- Cierra la boca – dijo Adriana – escucha Samantha, no queremos problemas, solo nos llevaremos a esta cosa y nos iremos
-Mi querida Adriana, lamentablemente esa cosa ahora es mía- baje el revólver en suspiro- pero soy una mujer de negocios, podríamos llegar a un trato -dije sonriendo.
- lamentablemente no tenemos ni el tiempo ni los ánimos de negociar con una humana, así que... podrías soltar a ese demonio para que nos vayamos de una vez? – solté una leve risa por el comentario de Alessandra.
-Si no hay trato entonces supongo que puedo dejar por esta vez que se vayan de aquí -levante el revólver apuntando a Alessandra.
- pues, con gusto nos iremos, pero únicamente si ella – señalo a la súcubo – viene con nosotros...
-Creí haber sido clara... Esa cosa ahora es de mi propiedad -hice una pausa para que moviera el tambor de mi revólver- si la quieren tendríamos que hacer un trato... además aumento mi propuesta... Esa cosa más... mi silencio.
- tu silencio? – Alzó Mileyer ambas cejas divertidas – a que te refieres?
- sea a lo que sea que se refiera – hablo Alessandra– realmente no estoy dispuesta a negociar con una simple humana
-Con mi silencio me refiero a que sería una lastima, que cierta chica... se diera cuenta que sus únicas amigas son-fingí un tono de llanto- son... demonios -me reí de manera sarcástica.
- a que chica se...
- se refiere a Melissa – cambiaron su expresión rápidamente – pero bueno Italianita...si nos ponemos a hablar de silencios...creo que también seria trágico, realmente trágico, que esa misma chica, se enterara que su amiga, reemplazo de esta belleza...es una jodida asesina, y a diferencia tuya tengo armas que prueban lo que digo – Me reí ante esto último.
- así que tú fuiste? -saque otra arma disparándole a Mileyer en el abdomen la bala taladradora que cada 2 segundos se entierra más en la piel- eso es por lo de mi habitación- guarde la otra arma quedando solo con el revólver.
- basta de estupideces – hablo Alessandra – voy y te repito niña, no pienso hacer ningún jodido trato con una simple niña humana así que más te vale no entrometerte o veras con quien estas tratando- dijo Alessandra a lo que me puse más a la defensiva, intento a liberar a la Demonio a lo que yo le apunte lista para disparar pero justo en ese momento Adriana nos detuvo. 
- Espera! – exclamó Adriana cubriendo a la chica a lo cual baje el arma ya que Adriana me hacía dudar en disparar  - ... que quieres negociar? – pregunto accediendo a negociar a lo que yo sonreí.
- mocosa no...
- cállate Ater, déjame hablar a mí – dijo mirándola sobre el hombro.
-quiero que encuentren a alguien por mi-dije en cierto tono de melancolía que trate de ocultar.
- Fácil – dijo con un poco de dificultad- a quién?
-No recuerdo su nombre...-dije agachando un poco la mirada
-ok, jodete – Mileyer se disponía a irse pero Alessandra le dio un golpe en el pecho.
- en ese caso que quieres que hagamos? – pregunto Alessandra resignada a negociar conmigo.
-Recuerdo a mi hermana -levante la mirada Yesika... Yesika Ballester -dije respirando profundamente.
- Yesika Ballester – repitió Su nombre memorizándolo – quieres que...la traigamos o...?
-Quiero a mi hermana y a mí madre  -las mire con un semblante serio- las quiero a las 2 y no les hagan daño.
- bien, en ese caso, iré yo por ellas – se cruzó de brazos – pero...debido a que no tengo ni idea como es su energía, necesito que me ayudes
-cómo? -la mire temiendo lo peor.
- según me dices es tu madre y tu hermana...tienen un conexión sanguínea...un poco de tu sangre me bastara para localizarlas
-Está bien, llamaré a Bruno para que traiga una aguja -dije buscando en mis bolsillos el comunicador.
- aghh! – Mileyer se quejó al parecer por la bala moverse mientras terminaba de atravesar su cuerpo y salía por la espalda vapor – mierda, eso dolió! – Mileyer vio a al demonio  – aunque claro, no pudo doler más que eso – señaló la herida por donde había entrado la bala bendecida – uuhhh no creo que eso se regenere – se acercó a tocar la herida
- deja de hablar como si no estuviera aquí! – exclamo el demonio en un grito que denotaba furia y dolor - que esperan?! Maten a esa mortal y sáquenme de aquí! – se retorcio
-Ahora si me colmaste la paciencia-saque mi bastón que estaba en mi espalda y desenvaine la espada bendecida y con un paso decidido y fuerte me acerqué al demonio y le hice una herida en toda la pierna muy profunda haciendo que la hoja de mi espada quemara hasta su sangre- Ahora cierra esa boca si no quieres que te de tu bebida favorita otra vez!!- guarde la espada y tome un cuchillo que estaba cerca para hacer un corte en mi brazo- listo! Ahí está la sangre-
- creo...y tan solo creo...que ahora me agradas
- cállate idiota – Dijo Adriana para luego llenar su dedo con un poco de mi sangre y olerla como un sabueso – lo tengo - ...está a casi dos pueblos de distancia, no es mucho, regreso en un rato – dicho se convirtió en sombra y se retiró del lugar a lo que yo me quedé perpleja, pues no me imaginaba que pudieran hacer cosas así y más la dulce de Adriana... joder en que pienso... de seguro es su poder de súcubo lo que hizo que nosotras casi... aggg!! Ya!!
- ammm...una pregunta – habló Mileyer unos segundos después de que Adriana se había marchado y sacándome de mis pensamientos - ...si tuvieras otro bastón...supongamos, de color negro...también tendría una espada como ese? – Señaló la espada a lo que yo saqué nuevamente la arma de las balas taladradoras  y le dispare en la pierna.
-También quiero mi antiguo bastión de vuelta-volví a guardar el arma mientras veía como Mileyer caía al suelo y Alessandra se dirigió a mi.
- creo que un arma como esa me vendría muy bien para controlar a esta idiota– soltó dando una leve sonrisa que desapareció tan rápido como llego.
-Me estoy desquitando varias en este momento -sonreí y saque el comunicador- Bruno... quiero que me prepares un té de manzanilla-dije en un tono que denotaba que tenía sueño.
-Con gustó Bambina, prepararé también para su madre-dijo en el comunicador a lo que yo sonreí por la emoción de por fin ver a mi madre.
-Gracias Bruno- camine hacia la máquina de Bruno y comencé a conectar los electrodos en la cabeza de la Demonio- Hemos pasado buenos y malos momentos juntas... creo que es justo que te de una despedida-me acerco a la máquina encendiéndola- Algunas palabras que me quieras dedicar? -pregunté con una sonrisa.

- maldita sea! No, no lo hagas! – Grito – joder, Aternea no dejes que lo haga, no dejes que lo haga! –
Alessandra que por lo visto se llamaba Aternea,  solo la miro de reojo con desprecio.
- ...disfruta esta caricia, porque no se acerca a lo que te espera al llegar – alzo la ceja cruzándose de brazos
- no! Por favor! Konaru ayúdame, te di energía cuando lo necesitabas, me lo debes!-dijo mientras que Konaru se levantaba con dificultad joder no sé si llamarla konaru o Mileyer.
- olvidas algo Bietka? – la miro burlona - ... soy una perra mal agradecida – le saco la lengua
- no!! Joder, escucha bien mortal, si bajas esa palanca juro que voy a destrozarte!! – se retorció.
-si yo también te quiero- dije poniendo a máxima potencia y bajando la palanca haciendo que la cabeza del demonio comience a agitarse y de la boca su saliva se hiciera espuma mientras río levemente.

- mierda, la cámara, donde está la cámara!? – Konaru busco la cámara y comenzó a tomar fotografías cuando Adriana apareció bajando las escaleras.
- bien ya traje a....- miro al demonio - ... por qué demonios no me esperaron? – segundos después sacudió la cabeza – como sea, traje a tu hermana, está en la sala confundida y asustada, sería mejor que subieras- yo me apresuré a subir las escaleras después de haber apagado la máquina encontrando a mi hermana pero me dio un golpe en el pecho no ver a mi madre.
-Y mi madre? -dije volteando a ver que estaba Adriana y las demás detrás de mi casi con lágrimas en los ojos.
– Sam...únicamente la encontré a ella y...- suspiro con pesar– cuando intente dar con tu madre...me di cuenta de que...
-Está muerta... -caminó hacia mi Yesika a lo cual comencé a derramar lágrimas.
-Mientes...-dije sollozando- Mientes!! ADRIANA ELLA MIENTE VERDAD?! -dije gritando viendo con los ojos abiertos a más no poder a Adriana y ella solo suspiro.
- ... lo siento Samantha – fue todo lo que dijo

Atraves De Mi MiopiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora