Atraves De Mi Miopia

Capítulo 32: Por qué siento?

Cuando con Sasha nos dimos cuenta que ya la hora se aproximaba nos fuimos caminando al instituto y cuando por fin llegamos a las 8:45 nos quedamos unos momentos platicando en la entrada, segundos después Melissa se puso enfrente de mi saludando.
- Hola Sam – saludo a lo que yo me acerqué a darle un beso en la mejilla.
-Hola lady -le sonreí- te presento a mi amigo Sasha-Sasha tomó su mano y la beso
-Es un placer señorita-le sonrió cerrando sus ojos.
- un gusto Sasha, soy Melissa, puedes llamarme Meli si quieres-le contesto para lego mirarme nuevamente a mi – Sam, no sabes por qué Adriana falto ayer? Perdió una prueba en matemáticas
-desconozco el motivo de su ausencia lady -la tome de gancho para empezar a caminar con Sasha siguiéndonos- supongo que vendrá el día de hoy y podremos preguntarle-dije para estar al aire libre donde se encontraban unas bancas
- mm si supongo – bajo la mirada por unos momentos – Sam...crees que sea buena idea que hable con Mileyer?-yo la mire un poco dudosa de lo que diría, pero los asuntos del más allá no debe de importar a los que están acá.
-Lady Melissa, las cosas se arreglan hablando de manera madura, pero tú sabes que la última palabra la tiene una dama y creo que está más que claro que la dama entre ustedes eres tú-acaricie su mejilla mientras me puse enfrente de ella para sonreírle con ternura.
- Disculpa italianita, pero si no soy una dama de etiqueta es simplemente porque no se me apetece – al notar lo tensa que se puso Melissa, por amistad dicidi actuar para que se sintiera mejor a lo que me acerque a su oído.
-Tranquila estoy aquí- me aleje un poco para ver a Konaru.
-Exacto, es claro que tú no puedes soportar la vida de una dama -reí levemente ya que solo lo hacía para  molestarla, veía que ella tenía ambas manos en la espalda lo cual me pareció algo curioso.
- Nah digamos que simplemente no se me da ese estilo de vida italianita y ahora si me disculpas...- puso su mano en el hombro de Melissa-quisiera hablar con Melissa-yo solo hice una sonrisa de lado y mire a Melissa tiernamente.
-Chao, estaré cerca si?  -me retiré del lugar y le dedique una sonrisa cínica a Konaru -para luego darme cuenta que estaba Anarid unos segundos después.
- como haz estado Samantha? – preguntó Anarid a lo que yo le sonreí.
-Hola Anarid, bien y tú? Qué tal tu mañana -Sasha llego unos segundos después se me olvidaba mencionar que el cargaba mi mochila que se lleva de lado al igual que es la suya que es normal que se lleva en los hombros.
- amm agradecería que me llamaras Adriana al menos en lugares con muchas personas – pidió de manera amable – y pues, a pesar de que me duele un carajo el cuerpo, estoy bien – sonrió y yo la miré confundida
-Por que te duele si se puede saber lady-pregunte mientras me peinaba el fleco.
- amm dormí en una mala postura en el sofá, es todo-dijo a lo que en si comprendía que ella dormía en el sofá... bueno que se puede hacer
-Entiendo... disculpa, tengo ciertas curiosidades... y no sé si me dejarías despejar dudas-dije un poco avergonzada.
- curiosidades? Como cuáles? - preguntó a lo que rasque un poco mi cuello mientras que miraba a Sasha y el estaba abrumado con su Fidget spinner a lo que me causo gracia.
-como... cuántos años tienes? En demonios obviamente-solté finalmente
- en demonio tengo 8000 años – contesto como si fuera lo más normal del mundo  - y soy joven aun – sonrió a lo que yo no quise disimular mi cara de asombro pero luego me rectifique.
-puedo hacerte más preguntas un poco más profundas?-dije un poco emocionada
- ammm claro – se encogió de hombros – mientras jures que no dirás nada – me miró sería
-lo juro, quizás a Bruno pero sabes que mi palabra es total -sonreí -a ustedes que les pasa cuando mueren?
- no es que muramos – me miró a lo que me sonroje levemente y trate de desviar la mirada – realmente somos seres inmortales, lo que nos sucede al "morir" – note que hizo las comillas con sus manos – es que terminamos en un horrible y espantoso lugar lleno de fuego y tormento del cual podemos llegar a salir tras pasar un tiempo pero es una tarea horrible y casi imposible...muchos no lo logran y jamás salen de ahí - dijo en un tono sombrío
-y ustedes como... cómo nacen? -pregunté un poco avergonzada
- parto natural – volvió a encogerse de hombros-algunos demonios nacen por medio de huevos pero lo más normal es el parto
-y una súcubo como tú nacen por parto o huevos?- la verdad es que todo lo decíamos en susurros por la gente a nuestro alrededor
- no soy una súcubo Samantha – me miró a lo que el calor en mi rostro significaba que esta vez si estaba totalmente sonrojada y mis pecas no podrían ocultarlo, eso quiere decir que... ella... no es una súcubo... ella me... no no puede ser - soy una demonio común, por así decirlo – me sonrió y yo desvié la mirada otra vez
- amm estas roja, te sucede algo? – pregunto poniendo la cabeza ligeramente de lado- tienes fiebre? - tocó con su mano mi frente a lo que me puse más nerviosa y yo traté de callarme pues no podía aceptar la idea que tenía.
-H-ha de ser la operación de anoche quizás tuve que descansar un poco más jeje -conteste un poco nerviosa - bueno continuando... como es el infierno-pregunte para tratar de salir de la situación
- pues no creo que entre en la categoría de los lugares más hermosos que existen pero el lugar en general no es tan horrible como ustedes lo describen o al menos la mayor parte, es casi todo desértico a excepción de uno que otro bosque-ya una vez calmada la mire nuevamente esperando que lo que yo pensara fuera una mentira
-Y donde es el lugar que torturan a todas las almas y todo eso? -pregunté ya que tenía duda como es el "castigo divino"
- pues ese sería el...el Anbernon, es el clásico infierno del que has oído pero créeme que mucho, mucho peor – me miró un poco más seria – es el mismo lugar adonde vamos a parar los demonios cuando morimos, es una gran grieta o hueco, como quieras llamarle de inmenso tamaño el cual es un jodido horno en donde...bueno, ocurren cosas que no quisiera relatar – bajo la mirada a lo cual decidí hacer otro tipo de pregunta.
-mmm entiendo... cuál es la verdadera religión ? -pregunté un poco curiosa pues existen muchas religiones pero solo puede existir un solo Dios
- realmente le preguntas eso a un demonio? – me dio una media sonrisa porque si es irónico que le pregunte eso a un demonio – No lo sé Sam, pero al fin al cabo la religión no importa, lo único que cuenta es tu fe, o eso supongo – se encogió de hombros
-supongo que tienes razón y si es irónico... alguna vez has visto un ángel? -peine mi fleco
- sí, y créeme que no son para nada como los pintan ustedes – hablo con un enojo para nada disimulado a lo que sinceramente yo me extrañé ya que no entendía como un demonio podía conocer un ángel – son unos egocéntricos que solo piensan en sí mismos y se creen la cosa más grande del universo agh aunque bueno, algunos demonios son iguales – se encogió de hombros nuevamente pero realmente me parecía sorpréndete ya que realmente se pintaba de otra manera.
-Que es la ouija? -la verdad es que no me quería quedar con la duda de nada
- un tonto juego que en si no hace nada, pero que algunas veces demonios que están aburridos utilizan como portal para entrar al mundo humano y joder a los humanos que estén cerca-la verdad me sorprendía la respuesta
- ósea que todas esas cosas poseídas solo son juego? -alce una ceja
- algunas veces sí, ciertas posesiones u objetos malditos solo son bromas de demonios sin nada que hacer – giró los ojos como si fuera algo que le aburriese– en otras ocasiones sin son trabajos ordenados por Lucifer, son los que acaban con las vidas de las personas y llevan sus almas al Anbernon – me sorprendió su respuesta pero algunos casos según yo escuche cuando estaba en mi instituto eran graves– no es algo con lo que esté de acuerdo, pero así son las cosas
-Interesante -comente ya que me había quedado sin palabras
- sí y pues...ahora creo que me debes unas respuestas a mí – me sonrió y yo le contesté a su sonrisa  – como fue...llegaste tan arriba en esto de la mafia? – susurró cerca de mi oído para que nadie alcanzara a escuchar
-Adriana no hace falta que susurres -reí levemente- casi todos saben que soy una mafiosa conocida técnicamente de manera mundial y pues quieres que te cuente toda la historia?
- pues, podrías resumirla si quieres – di un leve respiro para resumirla como pueda
-Pues el gran Mister Coppola me compro, fui su mascota un tiempo y en las masmorras me encontró su hijo el cual se enamoro de mí y tiempo después nos casamos y ya que cuarta persona robo mi álbum de fotos creo que ya sabes cómo es y cómo fue la boda, en la celebración de mi boda se me declaró mi amante el cual yo ya tenía planeado que por amor matara a mi esposo pues Bruno me advirtió que la familia Coppola no acostumbraba mantener vivas a las mujeres, así que mi amante mato a mi esposo con la fantasía que yo escaparía con el y no sabía que yo lo mataría fingiendo que lloraba la muerte de mi esposo y fue la cabeza de la mafia pero... hay mafias que se quisieron aprovechar de esto a lo que tuve que ser más cruel así que empecé a masacrar mafias enteras y muchos llevándolos de trabajadores haciendo tratos y entrenando a los mejores guardaespaldas más que nada infundo miedo y me juran lealtad así llegue a donde estoy.
- vaya – soltó con cierto asombro – has pasado por mucho para ser tan joven
-En años humanos soy mayor -reí levemente
- bueno, tienes razón – río de igual forma – mmm tu querías a tu esposo? – preguntó a lo que me puse un poco pensativa
-siendo sincera yo lo quería pero sabía que tarde o temprano tendría que hacer lo que hice pero nunca lo ame-dije con un poco de nostalgia
puse un poco pensativa
- mm ya veo – bajo la mirada – y alguna vez has querido a alguien? Me refiero a...Amar? – pregunto con curiosidad volviéndome a ver
-la verdad no -la mire a los ojos un poco nerviosa
- mmm bueno...nos temes a mi o Konaru ahora que sabes lo que somos? – me miró  fijamente y yo alce mi ceja.
-No, casi las miro de la misma forma- era verdad sinceramente tenía poder sobre ellas al saber sus nombres así que realmente no importaba lo que fueran.
- uff que alivio, por un momento temí que fueras a temerme por ser...ya sabes – giró los ojos
-Te sigo viendo como la misma chica linda prima de una idiota -joder joder!!  Había dicho linda? Es enserio?
- jaja bueno me alegra saberlo – despeino mi cabello a lo que me sonroje, es tan linda la verdad ya no puedo negarlo – ya que yo te sigo viendo como la misma chica amable y agradable – me sonrió a lo que yo también le sonreí joder pero yo nunca le llegaría gustar a ella, reí levemente para disimular
-y dime a ti te gusta alguien? O has sentido amor? -pregunté más por impulso que por otra cosa.
- mmm pues me costó aceptarlo al principio, pero si estoy enamorada – me miró y sonrió y por alguna razón mi corazón se aceleró por la emoción.
-Enserio? De quién ? -pregunté casi de una manera neutral.
- creo que es un poco obvio  – sonrió bajando la cabeza y negó con la cabeza sinceramente se me acelero el corazón a más no poder por qué? Joder... p-podría ser yo? – de Aternea – me miro sonriendo por alguna razón una lagrima salió por mi ojo derecho gracias a mi fleco y mi parche no se vio y simplemente peine mi fleco para disimular y reí levemente sonriendo para no demostrar que... me dolía el pecho.
-oh..si tienes razón es un poco obvio jaja-quiero matar gente en verdad -me alegro por ti -sonreí falsamente
venía con Melissa y ambas se veían hablando ya de una forma por lo que se podía suponer que ya eran amigas de nuevo
- hola Adriana – saludó Melissa a Anarid
- Hola Melissa, como haz estado?– pregunto
- muy bien y tu? – al parecer Konaru le había dado un girasol 
– pues bien – Anarid sonrió con malicia - vaya al parecer se arreglaron no? – señaló la flor a lo que Meli se sonrojo, sinceramente era un chica adorable
- sí, ya arreglamos las cosas – miro Meli a Konaru cosa que parecía que se estaba enamorando... de una mentira.
- oye que te pasa italianita? – pregunto con curiosidad cerca de mi oído mientras Anarid y Melissa hablablan
-Nada Mileyer solo estoy con un poco de sueño -peine mi fleco para seguir disimulando joder no aguanto necesito matar a alguien.
- a otra perra con ese hueso, tu estas cabreada, ahora me dirás por qué? O tendré que hacer que tu cabreo empeore? – realmente a ella le importaba cómo estaba no? Y nadie tendría que saberlo nunca.
-Deja así, solo estoy molesta -mire a Sasha y este ya estaba jugando con una navaja mariposa-Mettere su una musica per me-que significaba pon algo de música para mí el saco un pequeño aparato, las bocinas estaban en su mochila así que no habría problema- pumped up kicks-dije para luego mirar a Anarid y Melissa- con su permiso ladys y él tuyo Mileyer-empezó a sonar la música un poco fuerte y todos los pasillos estaban llenos pero ya que la canción estaba resonando por el lugar llamaba la atención de muchos y todos me abrían paso incluyendo a los maestros y la maestra Castle, como si vieran la reencarnación del mal... quién sería el de la mala suerte con el que me des quitaría esto uno de los futbolistas me vio con una cara de pocos amigos sin ningún miedo... ya podrías considerarte hombre muerto- Sasha llévalo a la sala de conserjes -señale al chico al que tomó rápidamente y se metió al estrecho lugar con utensilios de limpieza y en unos segundos después entre yo.
-Por que mierda me arrastran hasta aquí? -me miró con desprecio cosa que hizo que sonriera- no te tengo miedo zorra-yo solté un risa y me quite el parche y aparte mi fleco y en un movimiento veloz lleve mis manos a su cuello empezando a asfixiarlo y este forcejeo con todas sus fuerzas pero yo tenía más fuerza dejando que este chico me mirara con unos ojos llenos de desesperación al igual que mi corazón y los míos solo llevaban el odio en su máxima revelación hasta que el dejo de moverse y su corazón dejo de latir y yo me aparte un poco.
-Bueno no será un príncipe pero es azul -dijo Sasha entre risas llevando sus manos hacia atrás yo reí levemente.
-Sasha hazme el favor y desaste de él sin que Melissa sé de cuenta y... solo eso, apaga la música-abrí la puerta- ya que no es propio de una dama llamar la atención así.
-Si mi Boss-dijo el con una gran sonrisa mientas peinaba su cresta verde yo le sonreí y el me hizo una seña como despidiéndose de un general.