↘Capítulo 7↙

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Estaba enfadadísima.

¿Cómo es posible que mi mejor amiga guste del chico del que estoy enamorada?
Sabía que había algo detrás de todo; siempre que encontraba a Claire y Shopie susurrando entre ellas, mirando a Shawn, las miraba y ellas automáticamente se volteaban; incluso, hubo más de una vez que encontré a Shawn y Claire hablando, solos, sonriéndose.

¿Cómo pude ser tan estúpida como para no darme cuenta de eso?

Dolía, les juro que dolía; no sólo por el hecho de que mi mejor amiga siempre me ocultó todo esto, sino porque era más que obvio que él también sentía algo por ella.

Mi mente se encontraba perdida en lo que debería hacer y lo que no. ¿Debería de hablar con Claire acerca de todo esto? Porque sí, aunque yo ya me encontraba casi un noventa por cierto segura de que ella realmente gustaba de él, quizás sólo era una confusión mía... o realmente eso era lo que esperaba.

—¡Basta, Kendall, es hora de irnos!—mi hermano entra a mi habitación y grito llena de frustración  ante ello, ¿acaso no conocen de algo llamado privacidad?

Mi mal humor va en aumento cuando se acerca a paso rápido y intenta empujarme fuera de la cama, pero con todas mis fuerzas me resisto.

—¡¿Qué parte de que no quiero ir a la escuela no entienden?!— grité con todas mis fuerzas. Ésto no le gustará a mamá, podía presentirlo.

—Muy bien, basta— mi madre aparece con mi hermanita en brazos.— Agarra a tú hermana, intentaré hacerla entrar en razón— es lo primero que dice luego de entregarle mi hermanita a mi estúpido hermano, quien sin más para decir se retira.

Me escondo entre mis sábanas, ellas nos salvan de los monstruos ¿verdad?

Sé lo que me espera.

—No me siento de ánimos para ir, madre— suelto, despacio y con algo de miedo ante cualquier reacción.

—Kendall, tú no puedes despertar un día y decidir que porque no te sientes de ánimos no irás a la escuela, mucho menos si es por lo que creo que es—su mirada es casi de reproche, me conoce, sabe que esto es por un chico.—Es tú obligación, no me importa si tus ánimos están bien o no. Por lo que quiero que ahora mismo te cambies, acomodes tu mochila y bajes. Tienes diez minutos.

—Pero...

—Disculpa, ¿qué es lo que acabo de escuchar?— ella se acerca.

Odia cuando hace eso.

—Nada, que ahora me voy a cambiar.

—Nueve minutos.

...

¿Ya dije que odio la escuela?

Bueno, la odio.

—Aquí estás—alguien toma mi brazo y me empuja hacia él.

Mi corazón da un vuelco al ver a la persona frente a mi, sentía que no era real, sentía que aún no me había despertado.

—Te estaba buscando—él sonríe. Siento que me voy a desmayar.—Necesito tú ayuda.

Aquí viene...

Si había algo para lo que la mayoría me buscaba,  normalmente, se debía a mis buenas notas y realmente no dudaba que él también me buscara por lo mismo, aunque claramente de todos modos la situación sería rara.

—Mm, claro, pero sólo te digo que no soy muy buena en historia... Esa profesora es un asco y da miedo— mis palabras salen sin si quiera pensarlo, casi atropelladamente.

Hey, estupido ⏩ Shawn MendesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora