Han pasado dos días desde aquel susto que nos pegó Charlie en la tienda, esa pequeña es todo un terremoto de ternura, ha hecho de mis días algo más ameno, me tío y me divierto con ella y aunque Chris esté en la casa por ser fin de semana aveces sale a solucionar algún problema de la empresa. Abro mis ojos e intento levantarme pero siento un brazo alrededor de mi cintura que me lo impide, volteo y sonrío al ver a quien tengo a mi lado, Charlie está atravesada en la cama entre Chris y yo, con su cabeza y uno de sus brazos sobre mi vientre y con los pies encima de Chris, de solo recordar la cara de Chris cuando se metió en nuestra habitación ayer me muero de risa. Ambos se revuelven en la cama y aprovecho para levantarme e ir al baño a tomar una ducha, me extraño al no sentir las horribles nauseas matutinas aunque pensándolo bien no la he tenido desde hace algunos días, camino hasta el vestidor y busco algo que ponerme, ya algunos de mis vestidos me quedan pequeños o apretados, no sé cómo me vestía antes pero por los vestidos que hay aquí pues todo lo usaba al cuerpo, busco algo que me quede un poco holgado y me visto. Salgo y lo primero que veo es hace par abrazados, se nota que se adoran y como no si yo en estos días me encariñado con ella ahora imagínense él que lleva su sangre y la conoce desde siempre. Me acerco a ellos y los contemplo en silencio dormir plácidamente, deposito un beso en los labios de Chris y otro a la frente de Charlie, salgo de la habitación y empiezo a caminar por todo el piso de arriba, abro varias habitaciones hasta que me encuentro con una que está cerrada, intento varias veces pero me doy por vencida. Se me ocurre una idea pero para eso tengo que bajar las escaleras, todavía me da nervios hacerlo pero al menos ya puedo poner un pie ahí sin paralizarme, me agarro de los barrotes y bajo lo más rápido que puedo, camino hasta donde están las empleadas y las encuentro en la cocina platicando muy a gusto. — No tienen nada que hacer?— ellas parecen haber visto un fantasma y se les va el color de la cara, me río por dentro y no se por qué pero disfruto de haberlas asustado. — Señora necesita algo? — Si, quería saber que hay para desayunar — El chef preparó esto señora— me muestra lo que hay preparado y se ve aceptable, al menos no me causan nauseas. — Se ve bien.... otra cosa quien tiene las llaves de las habitaciones? — Además de usted más nadie señora, bueno yo solo tengo la llave que me dio para que limpiara su habitación. — Pero mi habitación está abierta Constanza para que te daría una llave — No esa habitación señora.... su habitación donde tiene sus cosas, lo que usted hace y esas cosas.... ya sabe que nadie puede entrar ahí, solo yo a limpiar. — Dame la llave necesito entrar — Espéreme un momentico y ya se la doy—atraviesa la puerta de la cocina y me imagino que va hasta su habitación en el área del servicio, unos minutos más tarde vuelve con ella en la mano— aquí tiene señora. — Gracias— doy media vuelta y subo las escaleras otra vez hasta llegar a la puerta cerrada, coloco la llave en la cerradura y la abro , entro en la habitación y cierro la puerta tras de mí con seguro, camino por el lugar viendo todo con detenimiento, corro la cortina que hay detrás de uno de los sillones y me asombro con lo que veo.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
