Capitulo 6 - Máscaras

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— Qué es lo que quieres de mí Dulce?— vuelve a repetir a escasos centímetros de mis labios.
— Ya sabes lo que quiero Christopher.... y no me vengas con que este matrimonio es solo un contrato porque si fuera así no llevaríamos un año teniendo sexo—a medias pero algo es algo— quiero que me mires, que me toques que me beses Christopher — tomo sus manos y las pongo sobre mi cuerpo
— Dul...—intenta resistirse pero no pienso dejar pasar esta oportunidad.
— Christopher nunca digo esto así que siéntete afortunado..... por favor necesito que me toques, ya no puedo más y si tú no haces nada para resolverlo — mi boca fue callada por su beso, salvaje y exigente, suelto un gemido entre sus labios cuando siento que la temperatura empieza a subir poco a poco, enrollo mis piernas en sus caderas y lo pego a mi para que no escape, sus besos bajan por mi cuello haciendo que me estremezca, baja las tirantes de mi camisón y se encuentra con mis senos desnudos, los observa con dedicación relamiéndose los labios, para luego posar sus manos en mis pechos, parecían hechos perfectamente para la medida de sus manos.
Rodeó y masajeó mis senos , yo a estas alturas no reprimía mis gemidos y me importaba un comino si todos en la casa me escuchaban , mis barreras se vinieron abajo cuando su boca rodeó mi pezón mientras su otra mano estimulaba el que había quedado sin atención. Me arqueé más ofreciéndoselos, cuando estuvieron duros y excitados se separó de ellos e iba a retirar mis bragas, se escuchan voces afuera y Christopher para.
— Qué haces Chris?— le pregunto agitada
— Alguien llegó — responde intentando separase de mi.
— Y qué? La puerta tiene seguro tú y yo podemos seguir en lo nuestro — agarro su cara y vuelvo a unir nuestros labios pero al parecer hemos perdido todo tipo de conexión, me separo de él y me arreglo, me bajo del escritorio y empieza a sonar la puerta— abres tu o abro yo?— le pregunto visiblemente irritada.
— Chris hijo estás ahí ?— fantástico! Qué carajos hace mi suegra aquí y a esta hora?
— Si madre en un momento salgo— se escuchan sus tacones alejarse y mi furia crece poco a poco— Dul..... lo siento yo...— alzó mi mano y le pido que pare, no quiero escucharlo, estoy cansada de sus excusas.
— Más lo siento yo Christopher, más lo siento yo, abre la puerta que tu mamita querida te está esperando.
— Por favor Dul....— sé que esta vez está siendo sincero y no quería interrumpir esto pero es que yo no necesito que me pida perdón ni que me de más excusas, lo que yo necesito es que arreglemos nuestra vida sexual antes de tomar decisiones extremas y convertir a mi marido en un cornudo.... no quiero hacerlo pero el de verdad que me está orillando a esto. Abro la puerta y me importa muy poco que me vean así, pongo mala cara y si alguien se atreve a decirme algo los mando derechito a su casa.
— Dulce querida y esa cara?— no se porque esa bruja me odia pero es mutuo yo tampoco la soporto.
— Madre Dul está indispuesta, tiene algo de migraña y ya iba a nuestra recámara a descansar.
— Dolor de cabeza de qué querida? Si no haces nada....— estoy que le brinco al cuello, doy un paso hacia adelante y Christopher adivina lo que pienso hacer.
— Madre por favor solo haces que le de más migraña controla tus comentarios— al menos me defiende el idiota.
— Yo me retiro, que tengan buena noche— subo corriendo las escaleras y me meto de una a la cama y las lágrimas empiezan a caer, me castigo mentalmente por llorar y más por él, ningún hombre en la vida me ha rechazado, nunca había tenido que rogar para que me tocaran, no se por qué me siento así cuando me rechaza....
Dandole una mirada a este año y algunos meses de matrimonio veo lo vacía que es mi vida, si....llevo la vida de reina que quería y creía que me iba a bastar con eso pero no es así.... me siento deplorable.
Cierro los ojos y después de unas horas escucho a Christopher abrir la puerta de nuestra habitación la rabia no me deja dormir pero de todos modos me quedo así para que crea que estoy dormida, siento que se acerca q mi lado de la cama y deposita un beso en mi frente.
— Lo siento cariño....en verdad lo siento— está vez besa mis labios y se aleja, enciende la luz del vestidor y supongo que se está poniendo su pijama, vuelvo a cerrar los ojos y ahora siento como se hunde su lado de la cama, acaricia mi cabeza y trato que mi respiración no se agite con su toque— si solo supieras que puedo darte más de lo que deseas— las ganas por voltearme y preguntarle a qué se refería eran muy grandes pero sabía que terminaría no diciéndome nada.

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