Capitulo 53 - Acabemos con esto...

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Narra Dulce

Era normal la angustia que estaba sintiendo en este momento? Estaba segura que no y también estaba segura que no merecía la forma en que me había tratado Christopher. Me había quedado dormida esperando que llegara pero nunca llegó, son las nueve de la mañana y sigue sin aparecer... mi corazón duele y algo me dice que cumplió su promesa de desquitarse conmigo.
Me levanto de la cama con un horrible dolor de cabeza, me meto en la ducha y me quedo ahí un largo rato dejando que el agua corra, lavo mi cabello esperando que con esto también se laven todos esos pensamientos que rondan mi cabeza. Escojo algo cómodo para ponerme y me dirijo a la habitación de mis hijos que a esta hora deben de estar ya despiertos, no encuentro a nadie en la habitación de Charlie y pasa lo mismo en la de Alonso, me guío por sus risas hasta el cuarto de juegos y ahí están ambos acompañados de sus niñeras riendo y jugando.
— Cómo amanecieron los niños más preciosos del mundo? —ambos voltean y dejan lo que están haciendo para correr hacia mi.
— Mamiiii— gritan ambos al tiempo.
— Hola mis bebés — me pongo a su altura y los lleno de besos.
— Mami ya no soy bebé — dice Charlie quejándose.
— Siempre serás mi bebé pequeña traviesa... me puedo sentar con ustedes a jugar?— ambos mueven sus cabecitas en señal de aprobación y así lo hago me siento entre los dos.
— Shi mami... pelo ton Lonso — dice mi hijo dándome uno de sus juguetes.
— Solo contigo mi príncipe ? Y tu hermana?— parece pensarlo pero vuelve a negar con su cabeza.
— Ño sholo Lonso— lo miro extrañada y veo la cara que trae Charlie.
— Jooo mami es un egoísta — dice cruzada de brazos y haciendo pucheros.
— Tranquila mi amor voy a jugar con los dos y él tendrá que aprender a compartir — voy a darle un abrazo a mi niña pero Alonso se levanta hábilmente y nos separa.
— Ño mami mía mana — empuja a su hermana y todas lo vemos sorprendidas por esta actitud violenta.
— Mami no es tuya también es mía — le grita Charlie con lágrimas en sus ojitos.
— Ño mami mía — me abraza fuertemente y yo lo separo de mí para dejarle las cosas claras.
— Alonso bebé mami es de los dos no tienes por qué pelear con tu hermana, por favor pídele disculpas y dile que mami es de los dos.
— Ño — dice muy convencido
— Bebé por favor — esta pataleta empieza a preocuparme, nunca lo había visto actuar así.
— Sento mana — dice jugando con sus deditos.
— Ahora dale un beso — así lo hace y minutos después vuelve todo a la normalidad.

La mañana avanza y Christopher aún no llega, los niños juegan en la estancia mientras yo los vigilo, ambos están tan grandes que pido en silencio que no crezcan más, quiero que sean mis bebés por siempre. La puerta de la casa se abre y aparece Christopher con la misma ropa de ayer, los niños corren hacia él y lo abrazan felices por verlo.
— Api— Alonso se abraza a él cuando se pone así estatura.
— Hola pequeño cómo estás?
— Ben Api — responde feliz.
— Y tú princesa como amaneciste? — Charlie no está feliz del todo pero de igual manera lo saluda.
— Bien pero... no te encontré anoche y quería que me leyeras un cuento.
— Lo siento Princesa estaba ocupado, prometo leerte dos cuentos esta noche , ¿ te parece ?— le pregunta a nuestra hija.
— Siiii— replica ella satisfecha.
— Bueno me voy a tomar una ducha, se portan bien y no peleen.
Sube las escaleras sin siquiera dirigirme una palabra, dejo a los niños con las niñeras y les pido que los saquen al jardín, no quiero que esta situación les empiece a afectar. Voy detrás de él y cuando entro a la habitación ya está dentro de la ducha, recojo la ropa que dejó tirada en el piso y la llevo a mi nariz, un ligero toque de perfume femenino se siente por toda su ropa y al analizar su camisa trae marca de pintalabios, un pintalabios que estoy segura que no es mío, lucho por contener las lagrimas porque al parecer si cumplió su palabra, ahora estoy más segura que nunca que si me engañó pero no puedo asegurar con quién.
Cuando sale del baño lleva una toalla anudada a su cintura, pasó por mi lado y al hacerlo puedo verlo perfectamente, su espalda trae marcas de lo que parecen ser aruños... y estoy segura que yo no se los hice.

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