Capitulo XXIX: El apoyo de Jongin

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Tres semanas pasaron desde que la madre de Baekhyun había decidido organizar una pequeña fiesta de cumpleaños para su hijo con la nula ayuda de Chanyeol. No se quejaba, de hecho le parecía correcta la actitud del alto en preocuparse más por su trabajo que de cosas banales como los cumpleaños, ella pensaba que las mujeres y donceles eran los mejores capacitados para estas situaciones. Faltaban cuatro días para la fiesta, así que sin esperar un segundo más, ordenó a su chofer que la lleve a la casa de su hijo menor.

Por otro lado otra fiesta se organizaba para esa misma semana, el cumpleaños de Tao no podía pasar desapercibido para Kyungsoo que es catalogado como ¨el mejor amigo¨. Tao y Baekhyun cumplían años el mismo día, vaya problema que se estaba ahorrando Kyungsoo. El hombre no tenía idea de que el cumpleaños de Baekhyun se acercaba tan rápido como el de Tao. Si lo supiera, no estaría en una tienda de cucherias buscando cosas infantiles para la fiesta del menor, Jongin iría dentro unos diez minutos por lo que comenzó a caminar por los pasillos viendo objetos ridículos ante sus ojos con precios elevados.

La amistad salía cara a veces.

Maldito Tao y su niñez retrasada.

Vio unos gorritos con crepe celeste saliendo de la parte de la punta, eran curiosos porque tenían ojos movibles. Esos compraría para los invitados. Invitados. Hace un año solo fueron Sehun, Tao y él, pero ahora serian muchos más, Jongin iría con su amigo Taemin, al igual que Minseok con su compañero de cuarto Jongdae, y por supuesto Baekhyun que lo más probable es que asista con su hermano mayor. Tomó un paquete de gorros para seguir caminando, el frio de la noche lo hizo sentir tranquilo a pesar de todo lo que había pasado con Chanyeol. Cuando su padre se fue algo preocupado por el futuro incierto de su hijo y de su mejor amigo, su tío y jefe de oficina lo llamó para hablar sobre sus vacaciones. Kyungsoo era un dramático en todo el sentido de la palabra, por la forma en que hablaba de su jefe al menos todos pensarían que era un hombre desalmado pero ¡Por Dios! El hermano de ese hombre era alguien como Jinki, no había manera de que ese ¨recto y serio hombre¨ sea lo contrario al padre de Kyungsoo. El señor que rodeaba los cincuenta y seis años le dijo de manera tranquila que hace un momento estuvo hablando con alguien para que sea su reemplazo durante sus dos meses de vacaciones ¡Dos meses! Kyungsoo no tuvo duda de que su padre había intervenido en esa decisión, luego se lo agradecería. Sungmin, el tío de Kyungsoo le deseó un buen descanso antes de volver a su computadora, nada salió fuera de lo normal.

Tao no volvió a hablarle en lo que restaba del día, se sentía algo desplazado al ver que Kyungsoo no confiaba lo suficiente en el como para contarle lo que lo aqueja. Quiso darle unas cuantas cachetadas para que reaccionara y viera que podía contar con su persona, más no lo hizo, esta vez Kyungsoo se acercaría a él para hablar sea cual sea el problema, los amigos se apoyan y se hacen bullying pero no abandonan.

Al salir del trabajo llamó a Jongin para que lo acompañara en las compras innecesarias para el cumpleaños de Tao. En el ascensor los recuerdos de la noche pasional que tuvo con Chanyeol volvieron a atacarlo sin dejarlo pensar en algo más en un lapso de tres minutos, fue un golpe bajo de su mente hacia sí mismo. Incuso su cuerpo lo atormentaba, vaya mierda. La cara sonriente de Baekhyun venia una y otra vez al igual que su llanto en los primeros días cuando lo conoció, no quería volver a ver llorar al pelinegro, no se lo perdonaría ¿Quién se perdonaría después de hacer llorar a alguien tan dulce como Baekhyun? Nadie, y él no es la excepción. De tan solo imaginar que algún día Baekhyun se entere de lo que pasó aquella noche se le ponían los pelitos de punta.

Bajo de su auto a estacionarse en la parte de delante del centro comercial, daban las nueve de la noche. Tenía tiempo hasta que cerraran, debía distraerse y no se le ocurrió otra mejor idea que empezar con los preparativos del cumpleaños del alto. Con la bolsa de gorros en la mano pasó por el pasillo de globos ¡Diablos! Tenía que comprar otro inflador porque el último lo rompió cuando lo tiró a la pared de cólera al ver que habían cancelado una de sus series favoritas.

El encanto de ChanyeolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora