Capitulo X: El método Minseok

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Eran las cuatro de la tarde y Kyungsoo no regresaba. Preocupación y miedo era lo que invadía el cuerpo de Tao. Hombres como Chanyeol siempre encuentran la manera de hacer caer a uno, siempre se salen con la suya, y su ingenuo amigo tenia las de perder por ahora. Con el corazón confundido de Kyungsoo, Tao no esperaba milagros.

Entro de nuevo a la oficina de Kyungsoo y se sentó en la silla del otro. Tenía que encontrar una solución al dilema en que se había metido su hyung gruñón. ¿A qué hora llegaría Kyungsoo? Había trabajado duro ese día, ya que tuvo que hacer todo solo, definitivamente exigiría un aumento. Estaba pensando en llamar a Minseok para que lo ayude con su problema cuando la puerta se abrió. Se levantó feliz pensando que era Kyungsoo, lástima que no lo era. Pataleó en su sitio como un niño de cinco años.

—¡No!¡No!¡No!¡¿Qué haces acá?!¡¿No te basta con acosarme por teléfono y redes sociales?!

—Mmm, no, necesito ver tu hermoso rostro de vez en cuando para calmar mi sed de amarte con locura.

—Wow, tú no sabes lo que es rendirse, mucho menos el significado de la palabra no.

—¿Cómo puedo rendirme si el corazón que tengo que conquistar es el tuyo?

—Has mejorado en cuanto a palabrería, pero deberías dejar de ser tan dramático.

—Tao, por favor, ¿Ya no me quieres? ¿Acaso el tiempo que pasemos juntos nunca te importó?

—Vaya, míralo, todo un descarado—Tao se acercó a él rápidamente hasta quedar frente a frente con el hombre que le hacia la vida imposible.

—No soy descarado.

—Sí, si lo eres, ¿Quién jugo con quién? Ahora vienes como el perro arrepentido que eres.

—Fue un error.

—No, no lo fue, más bien fue como un despertar para mí.

—Yo te amo.

—Y yo te odio.

—No, no lo haces, porque si así fuera te hubieses ido y no estarías acá conversando conmigo—Tao se puso rojo de la cólera y con una buena puntería le dio un rodillazo en las partes nobles del chico que tenía en frente.

—Adiós Sehun—Tao salió rápidamente antes de que el otro lo obligara a tener otra charla de "un regreso amoroso posible"




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Caminó rápidamente como si alguien lo siguiera. Vio de nuevo su celular para cerciorarse de la dirección, si, definitivamente ahí era. Entró al restaurante mirando a su alrededor, los comensales reían, comían, conversaban, y luego estaba el, parado en la entrada con cara de asustado. Se acercó lentamente a la caja con las manos hechas puño por los nervios.

El encanto de ChanyeolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora