Capitulo XXXV: Un gran paso para Baekhyun

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Minseok miraba a lo lejos como Jongin reía junto a Taemin mientras jugaban con el perrito que le había dejado en una caja en la academia donde trabajaba. Llevaba ya muchos días dándole regalos a Jongin con notas significativas y frases cursis que jamás pensó darle al menor, conquistar a Jongin fue muy fácil porque el chico ya estaba muy enamorado de su complicada persona, entonces Minseok se preguntaba...


¡¿Hasta cuándo demonios seguirá mandando regalos?!


El dinero no cae del cielo.


Tiene que trabajar duro para comprar las rosas caras, los videojuegos, los peluches, el perro ¡Hasta los globos estaban caros en estas épocas!

Ya había demostrado lo mucho que amaba a Jongin, entonces ¿Por qué el moreno no se acercaba? Desde el primer regalo, Jongin no ha cruzado palabra alguna con él, incluso cuando le pidió una cita se disculpó diciendo que tenía algo importante que hacer, volvió a insistir y de nuevo fue una negativa.

¿Acaso Jongin estaba jugando con su corazón?

Esperaba que no, el menor tenía que hablar con el urgente porque el dinero se estaba agotando al igual que sus ideas.

Por otro lado, su convivencia con Jongdae era espectacular quitando el hecho de que el chico le gustaba ser masoquista. Siempre estaba insistiendo en sostener el lazo de hermandad con Luhan, y el pagaba las consecuencias apoyándolo en cada locura que se le ocurriera, como un día en que a Jongdae no se le ocurrió mejor idea que ir al trabajo de Luhan con unas entradas a un circo que le costó sangre, sudor y lágrimas ¡A él! Pobre de su esfuerzo, Luhan no dudo un segundo en romperlas ante ellos. Jongdae dijo que le pagaría de todas formas, por lo que últimamente se estaba esforzando en sacarle brillo al piso de la sala. Trato de hablar con Luhan sobre el porqué de su actitud contra el de sonrisa de gato, pero este solo le dijo que no se metiera en asuntos familiares. De verdad quería que ambos hermanos estuvieran en paz, y si tenía que ensuciarse las manos para que sucediera pues entonces lo haría.

Tenía en claro que lo que haría no sería correcto, entrar al cuarto de Jongdae y rebuscar entre sus cosas no eran acciones bien vistas. Su deber como amigo prevaleció ante la moral así que con apuro trató de buscar algo que explicara el porqué de la actitud de Luhan.

Cajones, cajas, cofres, debajo de la cama, hasta en entre sus calzoncillos buscó alguna pista sin embargo no encontró más que figuras de acción, partituras, libros, y fotos de su vida en China. Jongdae era un hombrecito raro según Minseok, el chico tenía como tres tomos de álbumes de fotos ¿Quién es estas épocas imprime fotos y las coloca en álbum? Algo que si se dio cuenta es que Jongdae había tenido una novia en China, y que no tenía ninguna foto de Luhan en esos libros gruesos. Siendo sinceros ese hecho le dolió, no tener ninguna foto de tu hermano debe ser algo muy duro y más si este te odia sin razón al parecer.

Se levantó dejando todo en orden, no había conseguido algo. Por lo que esperaría a que Jongdae se atreviera a contarle algo de su pasado. Minseok estaba seguro de irse, lo estaba. Pero una pequeña maleta arriba del armario lo hizo detenerse, tuvo que jalar una silla para alcanzarlo y ver si esa maleta era lo que buscaba.

—Veamos, aquí debe haber algo.

Minseok se sentó en el suelo para abrir la maleta. Estaba a punto de jalar del cierre por completo cuando...

— ¿Ángel? —Minseok se quedó congelado. —No es bonito buscar en las cosas ajenas ángel.

—Jongdae....yo....

El encanto de ChanyeolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora