Capítulo 30

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— ¡¿Qué?! — grité. Mi cerebro estaba tan confiado en el dominio de la noche que al ver la luz del sol mis ojos se cegaron. Y en consecuencia levanté la sábana protegiendo mis pupilas.

Unos minutos después rumbo al colegio, mis pasos resonaban en los charcos de lluvia y mi mente vagaba por los aires ¿Cómo rayos Adrien obtendría el perdón de Marinette? O al menos ¿Cómo miércoles Adrien se ganaría el privilegio de una simple mirada de la azabache?

Entré apresuradamente, el sueño me había desconcertado, por lo tanto (como han de suponer) llegué justo cuando tocaron el timbre.

— Piper — dijo Chloe para luego ser interrumpida por su merced.

— Luego me cuentas. Ando un poco... mal.

— Ah, Okay — expuso retirándose con Sabrina a clases.

— Pero ¿cómo? Fue un idiota. No se merecía esa humillación. Patatas fritas. Ojalá tenga un buen escarmiento — estos eran unos cuantos comentarios impartidos por mis amables compañeros.

Me senté en mi puesto junto a Nathaniel, quien se encontraba sorprendido por el asunto.

— ¿Todo lo que dicen es verdad? — preguntó.

— En parte sí, en parte no. Depende — respondí lo más tranquila posible.

— Veo que te está afectando — comentó poniendo su cabeza sobre la banca y mirando hacia mi dirección.

— Qué te puedo decir, fue horrible.

— ¿Solamente horrible?

— Bien, si no fuera buena persona quizás, sólo quizás... mataría a ese rubio con mis propias manos.

— Eso está mejor. Debes de desahogarte. Además si estás enojada no podré preguntarte algo.

— ¿Ahora qué quieres Nath? — lo miré esperando una cuestión absurda.

— Eh... ¿Quieres ir al baile conmigo? — wow y antes de que procesara su pregunta añadió —, como amigos por supuesto. Jeje, no tenía pensado invitar a nadie más y... nadie me ha invitado así que...

— Ahórrate las explicaciones. Claro por qué no, será divertido. Pero... te tengo una mala noticia.

— ¿Tienes novio? — dijo con la rapidez en la que un león ataca a su presa.

— No... sólo creo que el baile se cancelará... por el momento — expliqué lentamente.

— Oh... ¿por?

— Pienso que no es una buena época para realizarlo y peor con lo ocurrido. Todo se hizo añicos.

— Pero tú no eres la anfitriona y...

— Sí, sí, no debería preocuparme por eso y blah blah blah...

— Exacto aunque... oh, ya entiendo.

— ¿Qué cosa?

— ¿Hacías el baile por ellos, no?

— ¿Eres mago o qué?

— Responde de una vez, Piper.

— Tal vez — farfullé —. Okay, sí.

— Y ahora que ni se hablan, claro... no volverá a ser como antes. Si Adrien en realidad la quiere debería de hacer un acto de amor verdadero.

— A ver Nath consejero de amor ¿qué propones? — lo miré alzando mis cejas al compás de alguna canción inventada.

— No me mires así y eso es muy cliché.

Entre dos mundosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora