Siempre me había parecido curiosa la forma en que la información no académica se regaba en menos de media hora por todo el instituto. Pero más curioso me pareció que en esta ocasión, la información que estuvo en boca de toda la población estudiantil de Marshall en menos de media hora, fuera académica.
«El primer lugar de Landon Marshall renuncia.» Ese fue el titular que André le colocó a una entrada en su blog y el mismo que dijo que iba a estar la semana siguiente en el periódico escolar. Me pareció muy amable de su parte que me informara antes de publicarlo. Supongo que el accidente con la pequeña Cami y sus artículos anónimos sobre mí en el periódico escolar ayudaron para que André sintiera la responsabilidad de informarme antes.
Lo cierto era que ya poco me importara lo que se dijera de mí. Llevaba alrededor de quince minutos con la espalda apoyada en mi casillero y los brazos cruzados y no sentía absolutamente nada. En ese tiempo solo percibí un par de miradas curiosas en mi dirección, así como algunos cuchicheos. Luego André se me acercaba y entonces estaba de nuevo sola.
Ahora solo esperaba que el año escolar llegara a su fin. Aunque para eso aún faltaba más de medio año. Largué un suspiro al darme cuenta de que acababa de quedarme sin identidad. ¿Quién era? Lo que dije en mi discurso era más que solo un discurso. En verdad ya no sabía quién era. No era presidenta, ni candidata. Con Ethan merodeando por aquí el título de primer lugar lo perdería muy pronto y sentía que ya no había nada en mis manos que pudiera hacer para impedirlo.
Curioso. Todo eso era muy curioso. Zoe era una animadora, Neil un jugador y parte del club de artes dramáticas. Ethan sería presidente escolar, era miembro de los mateatletas y responsable de la caída de mi reinado. Yo no era nadie. Era solo la hoja marchita de algún árbol viejo.
Cuando abrí los ojos, Ethan venia por el pasillo. Traía unos libros debajo de su brazo y su actitud desafiante. Me di cuenta que la tregua se había acabado, pero a diferencia de él, que de seguro creía que esa guerra continuaría, yo ya había renunciado a ella.
—Eso sí que fue una sorpresa. —Solté un suspiro antes sus palabras. Me di la vuelta y comencé a caminar—. Ey, ¿puedo preguntar por qué renunciaste?
—Creo que quedó más que claro el porqué.
—No sabía que eras de las que se rendían.
—Ya somos dos.
—¿Sabes? No puedes andar por la vida como si las cosas no importaran. ¿Cuál sería la diferencia entre vivir y estar muerto entonces?
—¿Qué te hace pensar que quiero hablar contigo, Ethan? —Me frené a mitad del pasillo, él cambió sus libros de brazo y me miró como si me estuviera estudiando. Al parecer mis palabras no lo ofendieron. Perfecto, ahora ya ni eso podía hacer—. ¿Qué?
—Sabes que todavía puedes ser vicepresidenta.
—Pensé que Cami lo seria.
—Renunció. Se siente culpable por los artículos. Me enteré esta mañana, por cierto, lo siento.
—Sí, ya no me importa. ¿Por qué no le dices a Milo? Seguro estará encantado en ayudarte. —Él comenzó a reírse, lo que no hizo sino exasperarme.
—También renunció. Dijo que igual todo eso le parecía aburrido.
—¿Así qué?
—Se suspendieron las elecciones y gané por default, supongo —dijo con un encogimiento de hombros. Por algún motivo se veía adorable. Con ese aire despreocupado y contento. Era tan diferente a mí, me di cuenta. A pesar de las notas y de los intereses, por el resto, Ethan Lodge no se parecía en nada a mí.
—Felicitaciones, entonces, señor presidente.
—Es gracioso, ¿sabes? —dijo haciéndome frenar en medio de mi retirada—. Me metí en todo esto solo para hacerte las cosas difíciles, no para que te rindieras. Al parecer tenía razón respecto a ti.
—¿Qué quieres decir?
—No te gusta luchar, Jones. No peleas por lo que quieres. Solo esperas que las cosas vengan a ti con los brazos abiertos. La vida no es así, espero que pronto te des cuenta de eso.
—Genial. Ahora eres un nerd petulante.
—No, solo te digo la verdad. ¿O crees que es fácil cuidar de tres hermanas mientras estudias para el examen de física? —Con eso me calló, debía admitir—. La vida no es fácil, Heather. Mientras más rápido lo descubras mejor para ti. Ahora, con tu permiso. Debo ir a conocer el aula de la junta escolar. —Comenzó a retirarse, pero se frenó un instante y dijo con una sonrisa burlona—. Ah, y ten cuidado. Ahora soy presidente y adivina qué. Tengo influencia con los profesores y puedo informarles sobre quien ha estado infligiendo leyes. —Hizo un movimiento con su mano y agregó—. Podrías tener un boleto vip a detención.
Entonces me guiñó un ojo y se fue. Infeliz, ¿qué significaba eso? ¿Acaso me estaba declarando una nueva guerra? Perfecto, si quería guerra, eso tendría. Aunque no sabía cómo se suponía que daría pelea ahora. Pues en ese instante no era más que una simple estudiante sin identidad y que si seguía así, muy pronto perdería sus excelentes calificaciones y en menos de nada, el buen trato de los profesores. Oh mi dios, estaba acabada.
***
Siempre me imaginé el momento diferente. Como la escena de alguna película que tuviera de protagonista a una rubia de larga melena lacia y vistiera uno blusa de tirantes blanca que ondeara al viento, combinada quizás, con unos vaqueros rasgados y unas botas. Con alguna música de gloria al fondo mientras le brillaban los ojos porque acababa de llegar ese momento. Ese en el que sabía quién era, y qué quería.
Pero no fue así, en absoluto. La verdad era que ocurrió en uno de los pasillos de Landon Marshall, mi supuesta gloriosa melena estaba hatada en una lánguida cola de caballo y llevaba puesta una falda a cuadros, unas vans y una blusa de mangas larga color negra, y la música de fondo era el chirrido de los zapatos de los estudiantes que corrían frenéticos de aquí para allá porque las vacaciones decembrinas se acercaban.
Ahí fue cuando lo supe, días después de que Ethan Lodge fuera anunciado por los altavoces como nuevo presidente escolar. Días después de que la temporada de fútbol comenzara. Ahí, de pie en el pasillo, observando la puerta del aula de tutoría lo supe. Nunca antes me había preocupado por otros, y eso no me estaba saliendo muy bien. ¿Ya no tenía identidad? ¿Me sentía perdida? Si, así era, pero algo tenía que hacer al respecto. Por lo que me armé de valor y me presenté en la dirección para convertirme en tutora.
Le echaron un vistazo a mi expediente y a mis calificaciones. Todo estaba en orden. Solo tenía que esperar que pasaran las navidades y el año siguiente estaría dando clases a los chicos de los cursos menores con peores calificaciones. Pero no todo podía ser color de rosa.
—Para algo escogemos a un presidente estudiantil, señorita Jones. —Me recordó el director cuando yo le aseguré que no hablaría con cierta persona sobre mi ingreso al mundo de los tutores—. No tienes más opción.
No la tenía. Debía ir a ver a Ethan Lodge para que él me colocara en un horario y en una sección. No había más alternativa.
Así que con la planilla de ingreso firmada y sellada por dirección, me dirigí hacia el aula de la junta escolar. Casi podía verlo esbozar su sonrisa de autosuficiencia. Recordé lo que me dijo luego de que fuera elegido presidente escolar
«No te gusta luchar, Jones. No peleas por lo que quieres. Solo esperas que las cosas vengan a ti con los brazos abiertos.»
Me iba a colocar en los horarios más difíciles y con los niños más complicados. Pensé mientras mi mano giraba el pomo de la puerta y la abría.
En ese instante, cuando me enfrentaba a la horrorosa imagen que me recibió me pregunte «¿Quién eres, Heather Jones? ¿Eres la chica que se rinde o la que pelea por las cosas que quiere? ¿Qué es lo que quieres?» No lo sabía, pero lo que si sabía, era que no quería estar ahí. No cuando Ethan estaba muy concentrado en besar el tonto rostro de Azlyn y ninguno de los dos se percataba de que una chica con una planilla de ingreso para los tutores académicos los espiaba de forma perfectamente visible.
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La guerra nerd
Teen FictionExistía en la preparatoria Landon Marshall una tradición o más bien creencia realizada por los estudiantes de último año. Esa creencia condenaba a todo aquel que no la llevara a cabo a la maldición de un futuro miserable. Por eso, año tras año, los...