Capítulo 27

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Todo parecía volver a la normalidad. Zoe y Azlyn volvían a ser las chicas que parloteaban acerca de cualquier cosa a mí alrededor. Neil dejó de evitarme y a pesar de que aún seguía sin hablarme, ya no me apartaba la mirada e incluso en un par de ocasiones me dirigió una sonrisa.

Otra persona cuya actitud había cambiado, fue nuestro glorioso presidente escolar Ethan Lodge. Antes nuestras miradas se cruzaban para retarnos, para intentar minimizar al otro con los ojos. Pero ya no lo hacíamos, nuestros ojos habían dejado de encontrarse. Era como si después de una terrible guerra ninguno hubiera vencido. Pero eso estaba por verse.

Desde el preciso instante en que Ethan Lodge puso un pie en Landon Marshall, hasta la actualidad, había pasado de todo. Intenté ingresar al club de artes dramáticas y me rechazaron por no tener talento. Me inscribí como candidata para la presidencia escolar, engatusé a una chica de segundo año para que fuera mi asistente, hice una campaña, y luché con todas mis fuerzas solo para darme cuenta más tarde de que no servía para eso. Renuncié.

Lo hice cuando fui consciente de que no servía para ayudar a los demás. Aún seguía pensando en aquel chico de mechas azules en el cabello. El año escolar estaba por acabar y él y los chicos que asesinó no lo vivirían.

Cada vez que pensaba en él sacudía la cabeza e intentaba desplazar ese pensamiento con otros más irrelevantes, lo hacía así pues me era muy duro pensar en que yo pude haber hecho algo por él pero no fue así. Me quedé de brazos cruzados, como todas los demás del instituto Marshall y fui testigo de su caída.

Pero a pesar de eso, yo seguía preocupándome por mi promedio perfecto, por mi guerra nerd con Lodge. Yo seguía pensando en el discurso de graduación que siempre era dado por el mejor promedio. Quería pensar en eso, quería desviar mi sentimiento de culpa hacia eso.

En una ocasión hablé con mamá sobre eso, ella dijo que no debía sentirme así, no era más que una adolescente, mi deber era estudiar, crecer, madurar. Puede que tuviera razón, pero si analizaba mi comportamiento desde que conocí a Lodge, había hecho todo lo contrario. Intenté engatusarlo a él para que renunciara y me dejara la presidencia. Fui un poco dura con Neil al principio solo porque no estaba entre mis prioridades un chico. Incluso fui muy dura con Azlyn al principio, y lo fui porque era muy opuesta a mí. Porque no le interesaban las mismas cosas que a mí y por eso la juzgué.

Por lo que pudiera decir que yo también había cambiado. Caí en la cuenta de mi inmadurez y de mis actos inescrupulosos por conseguir una meta que de nada servía si no se conseguía limpiamente. Yo era una deshonra para los de mi gremio, yo ya no quería ganar la guerra nerd.

Los exámenes finales pasaron sin pena ni gloria, al menos así fue para los mejores promedios. Estudié, los presenté, los aprobé con buenas calificaciones. Ayudé a Zoe y Azlyn a estudiar para los que debían repetir y los pasaron, no con un promedio brillante, pero sí con la suficiente nota como para poder optar para cualquier universidad promedio.

Un día de intermedio de semana me llamaron a la sub-dirección. Allí, sentado frente a la segunda al mando del instituto Marshall estaba Ethan. Tomé asiento en la silla junto a él y la sub-directora habló.

—Como sabrán, el discurso de graduación lo da siempre nuestro mejor promedio. Heather ha mantenido un promedio magnifico desde su primer día en nuestro instituto, pero luego de revisarlo muy a fondo, noté que tienes algunas materias con ciertas fallas. Matemáticas, por ejemplo. Así como deporte. Eso te ha bajado un poco el promedio. No demasiado —agregó cuando vio mi cara de sufrimiento—. Pero sí lo suficiente como para que Ethan con un solo año escolar aquí lo haya superado.

No lo miré. Tragué saliva y seguí mirando a la sub-directora que revisaba unas carpetas.

—Ethan, también tienes problemas con deportes y un poco en lengua. Pero los mateatletas y el consejo escolar te han ayudado a subir esas carencias. —Lo sabía, lo supe en el mismo instante en que me enteré que se había unido a los mateatleas. Ellos daban mucho crédito y de paso la presidencia. ¿Cómo fue que seguí manteniendo esperanzas de ganar? Yo con mis tutorías no lograba equilibrar mis carencias en matemática y deportes—. Ethan, queremos que des el discurso en la graduación. ¿Está bien?

—Claro, será un placer —contesto él moviéndose en su silla. Aunque seguía sin mirarlo, podía imaginar esa sonrisa engreída en su rostro. La sub-directora me miró entonces.

—No quiero que pienses que no ha servido de nada todo tu esfuerzo. Has sido nuestra mejor alumna y es un orgullo para Marshall tenerte aquí. Pero somos justos. Ethan arrastra excelentes calificaciones de sus viejas escuelas, y aunque tú también las tienes. El de Ethan es un poco más alto.

—Está bien, lo comprendo. —¿Era necesaria esta humillación? Eso era lo que en verdad quería decir.

—Bien. Es una alegría tenerles a ambos aquí. Heather, ya que eres la segunda mejor promedio. —La segunda, segunda. No había merito en eso señorita sub-directora. Usted debería saberlo, ya que también era segunda en Marshall. ¿Dónde está el director? Riéndose detrás de una taza de café mientras usted trataba con dos adolescentes que se arrojaron baldes de pintura hace solo un par de semanas—. Nos encantaría que te encargaras de la fiesta de graduación. ¿Qué te parece? —Me parece que sería feliz si me dejara golpear a Lodge por un rato.

—Pensé que las animadoras se encargaban de eso.

—Sí, así es. Cuando alguna se presenta voluntaria. Este año nadie lo ha hecho —Excelente, yo solo era la única opción que había, escuché una risita y a pesar de que supe que ella también lo escuchó tanto la subdirectora como yo ignoramos la risita que se le escapaba a Ethan.

—Bien, lo haré gustosa —acepté. Preparando mí última gran revancha contra Ethan Lodge. Ladrón de todos mis tesoros intelectuales.


La guerra nerdDonde viven las historias. Descúbrelo ahora