Capítulo #28

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El baile de Sadie Hawkins era muy conocido y temido por la mayoría. Su premisa era muy simple: las chicas invitaban a los chicos. Pienso que el temor que infundía radicaba en su forma de romper las conductas sociales establecidas. En los bailes comunes, en las citas, cuando te gustaba una persona; los chicos siempre invitaban. Pero romper aquella tradición y decirle a las chicas: ustedes lo harán, hace que todos se sientan un poco perdidos.

Me maravillé pensando o imaginado qué sentirían los chicos cuando son ellos los que acostumbran invitarnos. Me causaba gracia ver como las chicas se paseaban en grupos, susurrando entre sí, mirando a los especímenes masculinos del instituto Marshall.

¿Cómo encajaba el hacer un baile con temática Sadie Hawkins en mi revancha contra Lodge? Muy simple: nadie lo iba a invitar. Desde el episodio con nuestra foto colgada en el blog de André y luego su posterior confesión con mis amigas, no había tenido muy buena vida social. Azlyn, que era la que podía invitarlo, no lo quería ver ni en pintura. Zoe invitaría a su jugador de futbol Joshua y sabía, que yo no lo invitaría ni en un millón de años.

Así que esa fue la razón por la que decidí colocar esa temática cuando se me encargó los preparativos para la fiesta de graduación y fue la explicación que tuve que darles a dos airadas animadoras.

Zoe y Azlyn me acorralaron en mi casillero, haciéndome ver como las colocaba en la penosa situación de invitar a un chico. Yo me reí y les expliqué mis motivos. Ellas guardaron silencio un instante y Zoe dijo finalmente.

—Entiendo que lo que Ethan hizo no estuvo bien, ni yo misma lo hubiera esperando de un chico que parece tan correcto en todo lo que hace. Pero pensé que esa guerra ya había acabado. Pensé que ya lo habías superado, Heather.

—Claro que lo hice —contesté con una sonrisa maliciosa—. Pero no podía perderme la oportunidad de hacer esto. Quiero decir, nadie lo va a invitar. Sera tan penoso para él. —Parecía una villana de telenovela, riéndome por un plan que aún no se concretaba.

—Sí, ¿pero sabes lo difícil que es invitar a un chico a salir?

—No ha de ser tan difícil. Además, así nos pondremos en los zapatos de ellos por un par de días.

—¿A quién vas a invitar tú? —quiso saber Azlyn que había permanecido en silencio. No estaba segura de qué pensaba ella con respecto a mi plan, aunque a juzgar por su silencio, quizás quisiera ver sufrir a Lodge también. Antes de contestar me encogí de hombros y luego algo brilló en mi cerebro.

—Neil, quizás, pudiera funcionar.

—Eso si no lo invita otra antes, recuerda que es jugador.

Debí haber tenido presente la advertencia de Zoe.

***

Sí, debía haberla tenido presente. Me regodeé tanto en el hecho de que todo estaba resuelto, de que ya nadie pensaba mal de mí por mi supuesto doble juego que dejé pasar los días. Vi a Neil muchas veces, él me sonreía e incluso en un par de ocasiones quiso saber si ya tenía planeado a quien invitar. No sé qué me sucedió, en esos momentos cuando coincidíamos en algún pasillo y él hacia su obvia insinuación, debí hacerlo, pero no lo hice.

Me concentré en otras cosas, me concentré en vigilar a Lodge, en ver como nadie se le acercaba para invitarle. Me concentré en el propio baile. Fijar la temática no era lo único por hacer, también debía acomodar mesas, sillas, decoración. Me concentré en mis notas el día que llegaron y duré varios días en un vaivén de emociones por ellas. No era malas notas, con ellas podía aspirar a la universidad que quisiera, pero aun así, eran las notas que me daban el segundo lugar. Fueron las notas que me mandaron a preparar una fiesta de graduación cuando debería estar escribiendo un discurso.

El día que por fin caí en la cuenta que el baile se acercaba, ya era un poco tarde. Neil bebía de un envase de agua frente a su casillero. Con una mochila negra pendiendo de su hombro, mejillas sonrosadas por el ejercicio y su cabello despeinado. Le sonreí, le saludé y él hizo lo mismo. Pero cuando hice la pregunta, casi segura de que no tenía nada que perder, él titubeó, primera señal. Se pasó una mano por el cuello mientras desviaba la mirada, arrugó los labios en aquella mueca que daba a entender que su respuesta no sería agradable.

—Pensé que no me ibas invitar —eso fue lo que dijo, lo cual no terminaba de ser una respuesta. ¿Tan difícil era decir sí o no?

—¿Qué te hizo pensar eso? —dije, aferrando la correa de mi mochila—. Era obvio que lo haría, ¿a quién más invitaría si no? Entonces, ¿quieres ir? —Ahí estaba de nuevo aquella mueca, esa en la que me desviaba la mirada y se frotaba alguna parte del cuerpo, en esta ocasión, la barbilla.

—Es que ya me invitaron. —Sus ojos se engancharon a los míos—. Lo siento, estaba esperando que lo hicieras, pero como no lo hacías

—¿Le dijiste que si? —Él junto los labios y asintió. Perfecto, ¿acaso yo no podía idear un plan en el que no saliera perjudicada? ¿Qué clase de villana era?

—¿Quién te invitó? —No hizo falta que contestara. Como un viejo deja vu, Azlyn apareció a mi espalada y con una sonrisa dijo.

—Pues yo, ¿quién más? —Me giré a verla, tenía que ser una broma, pero no, no lo era—. Lo siento Heather, pero no tengo con quien más ir. No te ofendas —agregó mirando a Neil, con aquella sonrisa angelical tan de ella—. Espero que no te moleste, esperé a que lo invitaras, pero como no lo hacías, Neil y yo pensamos que sería buena idea, ¿cierto? —Miré a Neil, que a su vez me asintió.

Así que como era natural, fingí total desinterés. Asegurando que no había problema, que encontraría a otra persona. Aunque había algo, algo que me decía que Azlyn se estaba vengando. La cosa era, ¿lo hacía realmente o yo me estaba volviendo paranoica? Viendo guerras en donde no las había, porque hasta donde yo creía ya había quedado claro que lo ocurrido con Ethan no fue mi culpa.

Pero parecía que no importaba, no importaba que tan distante estuviera de Ethan Lodge, las cosas que planeaba para fastidiarlo, siempre terminaban fastidiándome a mí.


La guerra nerdDonde viven las historias. Descúbrelo ahora