Capítulo #20

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Era extraña. La forma en que una persona no hacía más sino que disgustarte y luego se convertía en el motivo de tu dolor. Era extraño porque no debía ser así, no se suponía que fuera así. Ethan Lodge era mi enemigo, él era mi contrincante, solo eso y nada más. Pero entonces, ¿por qué sentía que no quería estar allí? ¿Por qué sentía que la garganta se me cerraba y me imposibilitaba hablar?

Carraspeé y ellos por fin detuvieron su asqueroso intercambio de babas y gérmenes. Azlyn sonreía, Lodge no tanto. Tenía la expresión de un niño que es atrapado en medio de una travesura.

—Ther, Ther —exclamó Azlyn con su sonrisa estúpida. Últimamente tenía la costumbre llamarme así, y hasta el momento se lo había tolerado. Más que todo por Zoe, después de todo ellas eran compañeras de piruetas—. Ahí estas, justo hablábamos de ti. —Alcé las cejas y clavé mi mirada en Ethan, una pequeña sensación de asco se estaba presentando.

—¿En serio? Porque no parecía que hablaran. —Azlyn carcajeó, ¿de verdad no se daba cuenta de mi molestia?

—Pues fue antes de eso. Vine a preguntarle si te había visto y pues, una cosa llevó a la otra.

—¿De verdad? —dije con una sonrisa hipócrita—. ¿Así de fácil?

—¿Qué quieres, Heather? —preguntó él mientras tomaba asiento en una silla frente a un escritorio, me rehuía la mirada y no pasó desapercibido para mí el tono de su voz y la forma de llamarme. Heather, ¿ya no era solo Jones?

—El director dice que tú eres el encargado de asignar los horarios a los tutores. —Caminé hasta él y puse mi planilla sobre la superficie del escritorio—. Así que vengo por mi horario.

—¿Tutores? —inquirió Azlyn. Se paró detrás de mí y miraba por encima de mi hombro. Si alguna vez hubiera estudiado boxeo o algo similar, juro que la hubiera hecho papilla—. ¿No es muy aburrido?

—Sí, de hecho lo es —estuvo de acuerdo Ethan y sentí que los ojos comenzaban a picarme.

—¿Puedes darme el maldito horario? Tengo clases en diez minutos.

—Lo siento, estoy muy ocupado. Tendrás que venir después por él. —Respiré y conté mentalmente hasta diez. Sabía que eso no iba a ser fácil, pero ahora, con Azlyn parloteando alegremente detrás de mí y lo que acababa de presenciar, parecía que nuestra pequeña guerra estaba adquiriendo un tinte distinto.

—¿Sabes que un presidente escolar no es inmune? —expresé, logrando que Ethan alzara la vista y me mirara con extrañeza—. Solo tienes que cometer una falla Lodge y... puf. —Chasqueé los dedos—. No solo te destituyen, sino que quedara en tu expediente. Las universidades tienen muy presentes ese tipo de detalles, ¿cómo los llaman? Ah sí, insignificantes. —Esbocé una sonrisa y me giré solo para toparme con una sonriente Azlyn—. ¿No deberías estar en práctica?

—No, te estaba buscando.

—¿Para qué?

—No lo sé. Zoe me pidió que te buscara, dice que es de vida o muerte. —Largué un suspiro y caminé hacia la puerta, antes de irme giré el rostro y dije.

—Luego de clases pasaré por mi horario. Espero que lo tengas listo, presidente.


***


Conseguí a Zoe cinco minutos antes de que sonara la campana. Venia corriendo por el pasillo. La falda de su uniforme de porrista se balanceaba a su andar. Abrió los ojos cuando me vio y me detuvo tomándome por los brazos.

—Te estaba buscado. Pasó algo que no planeé, pero te pido que te lo tomes con calma. Que respires y no me odies. Yo no tengo la culpa.

—Cálmate —dije deteniendo su flujo de palabras que no tenían ningún sentido para mí—. ¿Qué pasa? —Ella hizo esa carita de niña inocente que colocaba cada vez que me metía en un problema. Perfecto, lo que me faltaba.

—Tienes una cita con Neil hoy en la tarde. Di que sí, por favor, di que sí. Necesito que digas que sí.

No estallé como era evidente que Zoe estaba esperando que hiciera. Sino que lo pensé un instante. Una cita con Neil. No era como si la idea me entusiasmara pero lo que mis ojos acababan de ver, por otro lado, me hacía creer que la idea no era tan mala, pero entonces un pensamiento me golpeó.

—Un momento, ¿cómo es que de repente tengo una cita con Neil? —Zoe me haló hasta la pared y me contó una pequeña historia que se tenía bien guardada.

Resultaba que entre tanta práctica de animadoras y partidos jugados, Zoe se había enamorado de un marcador de cabellos negros y sonrisa encantadora, según sus palabras. El sujeto en cuestión era muy amigo de Neil, y también un tonto pero eso ya formaba parte de mi opinión, pues él fue quien sugirió una cita doble. Como Neil no tenía novia y sí un claro interés en mí —que yo pensaba ya no tenía—, Zoe sugirió la idea de que fuera yo.

Y así fue como terminamos en medio del pasillo, con Zoe haciéndome un puchero para que yo aceptara. Si ella supiera lo que pasaba por mi mente, no se esforzaría tanto por suplicarme. Pues en mi mente estaba muy fresca la imagen de Ethan y Azlyn. ¿Desde cuándo a Azlyn le gustaba Ethan? Pero más importante, ¿por qué él la besó? ¿Dónde quedo todo lo que me dijo el día después de nuestro beso?

—Cuenta conmigo —dije y la boca de Zoe fue ensanchándose en una enorme sonrisa poco a poco.

—¿De verdad? Ay te amo, lo sabes ¿verdad?

Eso me hizo sentir mal, pues si acepté ir a aquella cita fue por un sentimiento puramente egoísta. Quería demostrarle a Ethan que no me importaba lo que hiciera con su estúpida vida. Aunque si lo hacía y mucho.


***


Cuando salí de clases fui por mi nuevo horario para las tutorías. No entré de inmediato, tomé una bocanada y me preparé mentalmente para enfrentar a mi enemigo después de lo de la mañana. Tampoco toqué esta vez. Casi esperaba volver a verlo pegado a la cara de Azlyn, pero no fue así, en cambio, estaba recogiendo todas sus cosas.

—Ah, ahí estas —dijo al verme, rebuscó en una gaveta y sacó una hoja—. Tu horario. —Lo tomé sin decir palabra y le eché un vistazo. Solté una risa.

—Ocupaste todos mis recesos.

—Perdón, ¿eso es una queja? Si no te gusta entonces quizás no seas buena para el puesto.

—También me diste a los niños de primer curso. Excelente. —Mi voz estaba cargada de ira y sarcasmo. De verdad tenía tantas ganas de abofetearlo.

—¿Esa es otra queja? —Alcé la vista. Por primera vez, Ethan Lodge presidente escolar, no tenía su sonrisa de autosuficiencia en el rostro, por el contrario, parecía enfadado.

—No, solo un comentario.

—Bien, en ese caso, que te diviertas enseñando. No enseñes matemática, por favor —agregó tomando su mochila y dándole la vuelta al escritorio. Antes de irse me susurró al oído—. Te dije que no esperaras compasión y no solo me refería a la parte académica. Suerte, Jones.

Acababa de hacer una clara referencia a la conversación que tuvimos el día del tiroteo antes de que este pasara, cuando yo le confesé que el beso solo ocurrió para que él renunciara a la campaña.

Me volví con incredulidad, ¿qué quería decir con eso? ¿La guerra volvía a comenzar de cero y más ruda que antes? Pero más importante, ¿estaba usando a Azlyn para molestarme? ¿De verdad el integro Ethan Lodge llegaría a ese extremo? Eso era algo que jamás hubiera visto venir. Estaba a punto de llamarlo idiota en mi mente cuando recordé que yo acepté una salida con Neil solo para molestar a Ethan, así que: ¿Qué moral tenía para mofarme?

Miré mi horario denuevo. Adiós recesos, adiós paz, hola paciencia. Y que empiece la nueva partiday esta, está la iba a ganar.

La guerra nerdDonde viven las historias. Descúbrelo ahora