Viviendo con El

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🌸 Narra Karol 🌸

Eran las cinco de la tarde. Regresaba a la residencia después de un día demasiado agitado. Sentía que mi día no podía ser peor.

Sentí que alguien me seguía, pero lo ignoré. Seguí caminando un poco más, pero seguía esa sensación.

Así que volteé y vi a un hombre detrás mío, que llevaba una capucha y me impedía ver su rostro. Me giré y seguí mi camino más de prisa. Él aceleró igual que yo. ¡¿Por qué lo hacia?!

Empezé a correr, tenía mucho miedo. Él empezó a correr detrás de mí. Tenía que llegar lo más pronto a la residencia.

Karol: ¡¿quién eres?!

Iba a correr con más velocidad pero me cogió del brazo y me detuvo.

Karol: ¡suéltame!! - tratando de ver su rostro.

Hasta que se sacó la capucha y me miró amenazante. La sangre se me congeló y la respiración se me iba. No podía creer que era Daniel, mi ex ¿qué hacia acá?

Karol: ¿tú? ¿qué haces aquí!?

Dani: ¿qué? No te alegra verme - con una sonrisa irónica.

Karol: claro, que no idiota, suéltame.

Dani: hey, tranquila, no te voy a soltar porque tengo unas cosas que decirte y también preguntarte.

Karol: yo no quiero escucharte!

Dani: lo harás, si no quieres que te pase nada... ¿Por qué me terminaste?

Karol: ¿en serio me estás preguntando eso!? No puede ser - me agarré la cabeza - eres un estúpido. Tu sabes muy bien lo que hiciste.

Dani: si, si sé pero quería que te des cuenta que por una cosa estúpida mira lo que me has hecho...

Y si, estaba muy descuidado. El Daniel musculoso había bajado de peso demasiado, el bronceado perfecto se había convertido en una cara pálida, el brillante cabello se había convertido en uno despeinado y maltratado. Estaba muy diferente.

Karol: ¿una cosa estúpida? ¡me engañaste! ¿te parece poco?

Dani: mira, todo lo que soy ahora es por ¡tu culpa! Era feliz contigo y tu me arrebataste esa alegría cuando decidiste mudarte para acá. Me dejaste solo. Ahora me las vas a pagar... Y como un día dije

(Capítulo 39, ¿ahora entienden de quién se trataba?)

no pararé hasta verte muerta!

Me soltó con fuerza contra una pared, se cubrió la cabeza y salió corriendo.

Todo me había llegado muy de golpe, sentía que el corazón me palpitaba a mil por hora.