*** La reina y el peón ***
Se sentía extraña al principio después de seis años de estar fuera. Ni siquiera era el hogar que ella recordaba. La casa era más grande, aunque no mucho. Lo primero que vio era que habían tres camas. Camila entendió, que las dos primeras camas eran compartidas entre sus hermanos. La parte de abajo era el espacio de trabajo de su padre, pero se dio cuenta de que las herramientas eran más nuevas.
- Parece que has hecho bien, padre - Ella dijo, tratando de romper el silencio. Habían pasado seis años desde que escuchó su voz por última vez. Durante esos seis años, él albergaba algo de culpa por haber hecho lo que hizo. Su hija ya había crecido y aun lo llamaba padre, eso era algo que no esperaba su corazón soportase. Él asintió con la cabeza y murmuró un - Sí - y volvió hacia abajo su mirada al madero donde trabajaba. Sin previo aviso, su padre se tendió en el suelo y puso su cabeza en el mismo. Camila puso su mano sobre su boca, sorprendida.
- Camila... lo que hice hace seis años... fue imperdonable.
- Por favor, no, papá.
- No merezco tu perdón.
- Padre.
- Las cosas...No me imagino lo que la vida ha sido para ti - Dijo. Camila se puso de pie y lo levantó del suelo. Ella se agachó y lo miró a los ojos y sonrió. Buscó sus ojos, estaban confundidos en cuanto a por qué estaba siendo tan amable con él.
- Padre - Ella dijo - Por favor, siéntate - Lo guiaba a la silla donde pudo sentarlo, ella se cruzo de brazos y le miraba a sus ojos - Cuando me dejaste... - Cerró los ojos - ella...Me salvó - Los ojos de su padre se ampliaron tanto como los de su madre. Sus hermanos se acercaron más para escuchar la historia. Ella miró a su alrededor.
- Sa..salvó? ¿Qué quieres decir? - Su madre tartamudeó.
- Una chica me compró del Conde York - Ella dijo - Me compró aunque él no quería venderme. Ella me recibió y me hizo su sirvienta personal. Me salvó de él. Yo me crié bien alimentada, bien tratada y lejos del Conde - su padre la miraba con la boca abierta. Camila miró hacia abajo y mordió su labio. Extrañaba a Lauren. Aunque estaba con su familia, todavía había un sentimiento de pérdida en su pecho.
- Tenemos que agradecerle mucho a esta chica y a su familia. ¿Cuál es su nombre? - Camila miró otra vez a su padre.
- Lauren Jauregui.
Becky sabía que la familia Jauregui tenía conexiones más cercanas al Rey que su propia familia. Ella sabía que tenía una ligera ventaja pues atraía las miradas, pero podría haber sido la más bonita en el país, pero Lauren existía y la superaba en belleza además resaltaba simplemente debido a la influencia de su familia. Había sido establecido desde su nacimiento, que Becky tendría que casarse con el príncipe. Su madre le decía todas las noches antes de irse a la cama que pronto estaría a cargo de todo. Y entonces, Lauren Jauregui y su familia, tuvieron que ir a la corte, salvaron al hijo del rey y ganaron un favor inimaginable con él.
Pronto estaba trabajando duro todos los días para ganarse siquiera un poco de atención del príncipe, mientras que los padres de Lauren tenían que forzarla para que pasara tiempo con éste. Era como si no le importara la corona. Iba a cambiar, sin embargo; ella sabía algo que si le importaba a Lauren. No importaba a dónde fuera o la compañía que tuviera, siempre mantenía a Camila cerca. Camila era la única persona con la que Lauren nunca mostró más que un interés pasajero. Ella y Lauren desde que eran "amigas" siempre se reunían y Becky nunca había visto a Lauren sonreír tanto como cuando estaba con Camila. Era evidente, aunque era algo insólito e inadecuado, Camila fue más que una sirvienta para Lauren. Becky iba a usar eso para su beneficio y no había mayor ocasión para eso que ahora.
- Hola, Duquesa Jauregui - Becky saludó vistosamente.
- Eres tan amable por haber venido. Pero recuerda, Lauren está castigada por sus acciones. Si la visitas a menudo, ella olvidará su castigo - La Duquesa siempre hacía sentir incómoda a Becky. Estaba claro que todo signo de bondad hacia la chica, era totalmente fingido. Ella era falsa de la cabeza a los pies y Becky lo veía a través de la fachada. Ella estaba segura de que, dada la oportunidad, la Duquesa la lanzaría a un precipicio si pudiera.
- Estoy segura de que es un castigo más que entretenido - Becky se rió cortésmente. La Duquesa sonrió con un dulce gesto enfermizo.
- No seas tonta. Tu presencia siempre será bienvenida.
- Estoy segura que es así - Becky pensó para sus adentros pero ella asintió y la Duquesa hizo un gesto mientras subía por las escaleras.
- Si tienes el tiempo y la energía, por favor enseña a Lauren a comportarse más como tú; como una dama adecuada.
- Voy a hacer mi mejor esfuerzo.
Clara se excusó y desapareció en una de las habitaciones. En lugar de subir las escaleras como la Duquesa se esperaba, Becky salió hacia la parte de atrás y buscó inmediatamente el establo. Asomó la cabeza y miró a su alrededor. Parecía que estaba vacío. Caminó con paso prudente.
- Hola? - Ella habló - ¿Hay alguien aquí? - De repente, un hombre saltó del heno rugiendo y agarró a Becky alrededor de la cintura. La castaña gritó y cuando el hombre se dio cuenta quien era, se quedó aterrorizado y saltó.
- Disculpe, señorita! No tenía idea! - Becky abrió los ojos y miró a su agresor. No era otro mas que el mozo problemático, Austin. Cruzó sus manos delante de ella y se calmó un poco. Se veía asustado de ella, acertadamente así era, evidentemente pertenecía ésta a una de las familias más influyentes en el país. Y al tocarlo y asustarlo como ella lo hizo...
- Por favor, perdóname - Dijo - He tenido bastantes problemas con el encargado del establo. Él me dijo que si tenía que...
- Es suficiente - Becky le ordenó mientras alisaba su vestido y tiraba lejos los pedacitos de paja de su vestido - No voy a preguntar qué intentabas hacer o que creías que era. Tengo preocupaciones más urgentes.
Austin había estado mirando a sus pies durante la mayor parte del tiempo. Se preocupaba que si miraba de una forma extraña a Becky Watson, terminaría descuartizado. Pero ahora que parecía no estar en ningún peligro, la miró.
Había oído historias de su belleza; eran casi legendarias. La señorita Jauregui no era difícil de mirar, pero cuando él miró hacia arriba, su rostro se iluminó y contuvo su aliento. La había visto apenas, el día anterior cuando le preguntó por el conductor del carruaje. Pero había estado demasiado triste y distraído para prestar atención a lo que tenía al frente. Su cerebro había registrado ya lo hermosa que era y ahora que lo sabía, se sentía atraído hacia ella. Su rostro era pálido y suave, todo lo contrario de su propia piel que estaba Bronceada y seca. Sus ojos eran marrones como un mar de chocolate en calma. Su forma era frágil y llevaba un aire de gracia, delicadeza y serenidad que carecía Lauren.
Lauren era un puñado de fuego cuando había que enfrentarla. La señorita Becky, por otra parte era genial y muy recatada a pesar del susto que le había dado. La chica, incómodamente bajó su mirada.
- Estaba buscando al conductor del carruaje. ¿Por casualidad sabes dónde está? - le preguntó, metiéndose un mechón de su cabello detrás de la oreja. Austin meneó la cabeza y perdió el control de su estupor. Miró al suelo.
- No, señorita. Vive en una pequeña casa de campo un poco más allá del bosque - Austin respondió - Probablemente estará ahí - Becky asintió con cortesía. Austin nunca había conocido a alguien tan hermosa como ella.
Becky entró un poco hacia el bosque antes de que ella haya sido vista por alguien más, y caminó hacia la solitaria cabaña. Estaba hecha de madera pero parecía apenas lo suficientemente grande para dos personas. Cuando llamó en voz alta, la castaña temía que se derrumbara el techo sobre su cabeza. Sin embargo, tocó suavemente a la puerta. Tomó un momento antes de que abrieran la misma.
- Se puede? - los ojos del hombre se ampliaron.
- Señorita Becky! Creo que no, por favor. Oh, qué digo, es un desastre - Se detuvo y aclaró su garganta - Disculpe mis modales. ¿En qué puedo ayudarle? - Becky plantó sus pies firmemente. Vio el lío de ropa y platos sucios detrás de él y decidió que sería mejor para su salud hablar desde afuera. Él sonrió.
- Entiendo que llevó usted a la señorita Camila Cabello con su familia, ¿es correcto? – Becky preguntó. El hombre la miró.
- Sí, señorita - Becky no quiso reconocer su mirada perpleja claramente con una respuesta. En cambio, prosiguió con su pregunta.
-¿Podrías decirme dónde están? - le preguntó.
- No, señorita. Pero ¿por qué? - Dijo.
- ... Es una cuestión de negocios personales - Becky respondió crípticamente. El hombre rascó su cabeza - Si fueras tan amable... - Becky discretamente sacó un pequeño monedero de su vestido y lo puso en sus manos. Los ojos del hombre se abrieron como platos.
- Puedo dibujarle un mapa, señorita - Dijo y entró apresuradamente por una pluma y un trozo de pergamino - Por favor, entre.
- No gracias – Becky se estremeció del asco cuando vio una rata escapar por la ventana - Estaré bien aquí.
.......................Con Camila
ESTÁS LEYENDO
Una Caja Musical me Llevo a Ti
FanfictionEn una época donde el mundo era gobernado por reyes, nació en una familia noble una hermosa niña llamada Lauren Jauregui hija del duque. Teniendo como destino desde su nacimiento comprometerse en matrimonio con el hijo del rey. Camila Cabello una n...