Capítulo Nº 51

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**Un breve respiro**


Incluso hasta en la muerte, su cara lucía tan hermosa como siempre, quizás incluso más. Había una cierta calma en su expresión. Parecía tranquila, como si aceptara incondicionalmente su destino. El Duque vió como sus hombres envolvían el cuerpo en una fina ropa de cama. Ella había estado usando un simple vestido, monótono y barato hecho de telas comunes, como le correspondía a una mujer que estaba en exilio. Parecía como si simplemente hubiese estado dormida; si no fuera por la mancha roja oscura que había a partir de su estómago y el corte que hacia arriba corría hasta su mentón, habría pensado en sacudirla para que despertara. Cuando sacaron un paño blanco que llevaba sobre la cara, divisó un medallón de madera simple que colgaba alrededor de su cuello. En ese instante él se dio cuenta. Pues Había sido imposible para el olvidar aquel collar que colgaba alrededor del cuello de su ahora difunta esposa, era el mismo que llevaba la noche en la que él mató a su amante.

Sentía ganas de gritar o arrojarse de la torre más cercana. Pero miraba a su alrededor. Era como si todo el mundo estuviera atento a cada uno de sus movimientos, esperando a ver si se volvía loco. Las antorchas estallaron a través de la noche y en todo el país, donde los sirvientes intentaban salvar lo que quedaba de la tierra arruinada. Estaba muy consciente del grupo de campesinos que trabajaban la finca, estos llevaban manchas de carbón en sus rostros que apenas eran iluminados por la luz que cada uno de ellos llevaba en sus manos. Sus ojos se centraron en ellos. Habían estado trabajando más de dos décadas en sus tierras, y podía ver la inocencia en sus miradas. Pero no podía evitar preguntarse si tal vez ellos habían jugado un papel en la destrucción de sus tierras y en el asesinato de su esposa. Su temperamento se vio ensanchado, y caminó a paso firme hacia la dirección de los campesinos, su mano la apoyo a un lado de su espada recién templada.

- Su alteza! - Era la voz de su mayordomo que le llamaba. No estaba muy lejos, no lo suficiente para que cualquiera pudiera entender su intención. Se detuvo sobre los escalones que conducían hacia el grupo de campesinos y se volvió hacia él.

- ¿Sí? - Preguntó con sus ojos chispeantes de rabia.

- Su alteza, es demasiado tarde como para que salgamos esta noche. Los caballos necesitan descansar - Cuando el Duque dio la vuelta, el grupo de campesinos ya estaban en camino hacia sus casas. Se dio la vuelta y sus manos cayeron inútilmente a sus costados.

- Qué hay de los caballos de aquí del establo? - Preguntó, ya adivinando la respuesta.

- Se han ido, su alteza. No fueron amarrados y huyeron durante el incendio - Michael asintió con la cabeza y el mayordomo le ordenó a los sirvientes restantes que terminaran de reorganizar los espacios que no habían sido tocados por el desastre.

- ¿Desea que comencemos de una vez con la limpieza de la finca? - Preguntó el hombre.

Michael comenzó a dar vuelta y a examinar los daños que había en el lugar. Sabía lo que veía. La tierra todavía ahumaba por la destrucción. Tardaría años para reparar el daño hecho, y no estaba seguro si estaría vivo para ver la restauración de la zona.

- Déjalo - Respondió - Limpiáis y reparáis tanto como lo necesitéis para sobrevivir. Estoy muy cansado y será una larga jornada para llegar a casa mañana - Eso era todo lo que quería decir, no podía ayudar, pero añadió... - Cuando regrese, se discutirá el próximo paso - Siguió al mayordomo hasta el pequeño dormitorio reservado para él. La cama, aunque vieja y arrugada, era un espectáculo de bienvenida. Cuando se acostó, un pensamiento loco, entró en su cabeza. Cerró los ojos y se durmió pensando todavía: "Por lo menos no estará lejos de mí".

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Lauren estaba durmiendo cuando Camila despertó a su lado en la mañana. Habían logrado de alguna manera, poder dormir juntas durante la noche, cansadas de correr bajo la lluvia. Camila, algo mareada se sentó y miró a su alrededor. Cuando se dio cuenta de cuán comprometedora era su posición, salió de la cama rápidamente, aunque con delicadeza para evitar que Lauren despertara. Sus ropas estaban todavía húmedas del día anterior. Aunque sus recuerdos le envió un agradable escalofrío a la columna vertebral, se preguntó cuán imprudente Lauren había sido. Mordió su labio. Estaban determinadas a ser capturadas si Lauren continuaba de aquella manera tan descuidada.

Una Caja Musical me Llevo a TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora