Capítulo N° 33

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**Terminaciones y comienzos**

La visita de Lauren fue más tranquila de lo habitual. El Príncipe Julian comenzaba a resultarle desconcertante y agradable a Lauren, para bien o para mal.

Generalmente Julian le platicaba acerca de sus responsabilidades, y cómo acababa echando de menos a su padre, quien tenía un país al que cuidar. Pero esta vez, Lauren se había quedado sentada en la ventana mirando hacia fuera. A veces, su expresión se tornaba triste y en un instante reducía sus ojos y sus labios se apretaban haciendo que Julian tuviera miedo de acercársele. Parecía que una tormenta se estaba formando dentro de su mente y no estaba dispuesto a profundizar los porqué. 

Julian Vio el pecho de su padre como apenas se levantaba hacia arriba y luego hacia abajo. Solía toser y el príncipe odiaba la brusquedad con que lo hacía. Pero ahora su padre sólo respiraba a través de su boca apenas abierta. Se veía pálido y más demacrado día a día. Julian pensaba amargamente cómo era posible, tener tanto poder sobre la vida de su pueblo y ninguno sobre la vida de su propio padre.
Pasó una hora y Lauren aún no decía nada. Él miraba su expresión atormentada, tomándose un momento para estudiarla. La conocía desde que ambos eran bebés. Ella había crecido y se había vuelto tan hermosa, sabiendo que en algún momento, le agradaría a su padre para que se casara con ella, especialmente teniendo en cuenta cuán cerca estaba éste en los negocios del Duque Jauregui. Sus asesores tenían distintas opiniones sobre la cuestión. Algunos deseaban que se casara con Lauren, algunos deseaban se fuera del país para que se uniera a una mujer más adinerada, pero tampoco eran las opciones que a él le gustaban. Miró a Lauren, que aún se encontraba perdida en sus pensamientos. El príncipe se dijo que se casaría con Lauren antes que con alguna extraña.

Julian: El Duque vendrá hoy? – Preguntó.

Lauren alzó la vista, viéndolo como si no lo reconociera. Julian le dedicó una débil sonrisa y luego miró a su padre.

Lauren: El Duque?... oh, mi padre -  meneó la cabeza y salió de sus cavilaciones - Ya ha pasado una semana?

Julian: No...Pero mi padre no muestra mejoría - dijo.

Lauren: Mi padre hizo todo lo posible en los primeros días de la enfermedad de su Majestad. Sólo el tiempo y Dios dirá si se recuperara.

- Julian suspiró y sus hombros se relajaron. Era cierto, en las primeras etapas de la enfermedad de su padre, el duque pasó noche tras noche en el Palacio. Pero mientras pasaba el tiempo, se hacía evidente que nada de lo que el Duque hiciera, ayudaba.

Michael Jauregui, había prometido visitar semanalmente para ver cómo iba la recuperación del Rey, pero Julian, esa tarde, pudo ver la desesperación en los ojos de Michael.

Julian: Así que no puede... no puede hacer nada más? - Suplicó el príncipe. 

Sus ojos Azules brillaban y era demasiado orgulloso para derramar lágrimas y Lauren sintió lástima por él. Ya había perdido a su madre ahora estaba a punto de perder a su padre. Por primera vez no lo vio como a una piedra o un príncipe, lo vio como a un niño asustado, aterrorizado de todo por no querer quedarse solo. Ella conocía esa sensación muy bien cuando Camila.....

Julian aclaró su garganta y miró hacia otro lado. Rodeó la cama, frotando sus ojos, tratando de ocultar su debilidad.

Julian: Tal vez deberías irte - Sugirió el príncipe - Yo...Tengo que atender asuntos, asuntos políticos

- Lauren se puso de pie y en lugar de hacer lo que le ordenó el príncipe, desafió su sugerencia y ocupó su lugar al lado de él. Miró y pudo ver que la parte inferior de sus ojos estaban mojados, pero no iba a mofarse de él. Su corazón estaba demasiado convulsionado y se había endurecido y necesitaba reconfortarlo y así lo hizo. Ella sabía que era una actitud inapropiada, pero corrió su mano sobre su cabeza del chico, a través del oscuro cabello desarreglado. Julian se sorprendió por su mansedumbre, pero cuando lo hizo otra vez, se dio cuenta de cuánto extrañaba tener a alguien que lo consolara. No estaba seguro si era una estrategia para ganar su corazón pero no le importaba. Se inclinó hacia un lado mientras ella le acariciaba su cabeza. Si la chica regularmente mostraba este tipo de compasión hacia él, no le importaría casarse con ella.



Una Caja Musical me Llevo a TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora