Capítulo N° 32

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Conductor: Señorita Camila! - El hizo un alto, y los brazos de la castaña cayeron a los lados en completo estado de shock.

Conductor: No puedo creer lo que mis ojos ven! ¡ Eres Tú! Dijo sorprendido.

Camila:  Yo... - comenzó a decir, pero su mirada estaba paralizada en la ventana del carruaje. Confiaba en que nadie supiera de ella algún día. Hubiera sido feliz, si hubiese sido la Duquesa, su gracia siempre la ignoró y le sería indiferente.

Lauren: Por qué has parado??!!- No había escuchado esa voz durante un año. Camila dio una paso atrás. Lauren retiró la cortina y sacó su cabeza hacia fuera, mirando al conductor del coche. Camila dejó caer su canasta.

Sinu: Las flores - Exclamó su madre, pero sus palabras cayeron en oídos sordos.

Conductor: Mire quién es, señorita! - El conductor del coche dijo emocionado, apuntando a Camila.

La castaña deseaba desesperadamente desaparecer. Hubiese dado cualquier cosa por ser invisible, pero Lauren apartó la mirada a donde él señalaba. Exteriormente, no cambió su expresión, pero Camila no podía creer lo que veía. No sabía qué hacer, debía ella inclinarse? Debía fingir no reconocerla? La mandíbula de Lauren de repente se contrajo cuando la ira inundó su cuerpo. Sus ojos se redujeron. Sus manos se sacudieron al ver a Camila. Ella jamás había sentido tanto odio en su vida. Por otro lado Camila, parecía aterrorizada al ver a la ojiverde.

Lauren: Fuera del camino, campesina!! - Dijo en voz baja y peligrosa. Su voz goteaba veneno y desprecio.

Lauren: Y tú - se dirigió al conductor del coche - ¿Cómo te atreves a detenerte? Solo paras cuando yo te lo ordene.

 - El conductor del carruaje abrió la boca para protestar, al señalar que ésta era la sirvienta que ella misma atesoraba hace un año, pero algo en los ojos Verdes de Lauren le hicieron permanecer en silencio e instar, nuevamente a los caballos.

Lauren lanzó su cabeza hacia atrás y sus puños se apretaban tan fuerte por la furia. 

Camila estaba petrificada. Lágrimas brotaron de sus ojos. Ella no esperaba eso. Ella sabía que Lauren estaba herida pero nada la había preparado para eso. La castaña se agachó para ayudar a su madre a recoger las flores que rápidamente volaban con el fuerte viento.

Sinu: ¿Estás bien? - Su madre preguntó, fijándose en ella distraídamente y en la dolida expresión de su hija. Camila tuvo su atención y meneó la cabeza.

Camila: Estoy bien, mamá - Mintió.

Se lo merecía. Pero esta vez no podría mentirse a sí misma. Lauren claramente la odiaba y no había ninguna manera de cambiar eso.

Lauren se sentó en el carruaje y recogió sus pensamientos. Estaba muy despierta y seguía paralizada por su encuentro. El ver a Camila le trajo toda la fuerza de su angustia y luchaba por recuperar el control de sus emociones.

"No me equivoqué", pensó mientras inhalaba y exhalaba con fuerza. Ayer había tenido un mal presentimiento.

Una Caja Musical me Llevo a TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora