You (Jainico).

25.-

POV Omnisciente

El pequeño moreno acompañó al señor Navarro a la casa, con Nick para matarlo o torturarlo. Encadenaron al alfa de la ex manada del pequeño vampiro y el híbrido sacó de un escondite secreto en el sótano varias dagas, causando que el moreno estuviera curioso pero que no preguntara sobre eso.

-Yo voy a estar en el living.-Dijo Nicolás, observándolo por unos segundos para después intentar salir del sótano, pero el señor Navarro lo detuvo.

-No pude responderte ahí, porque fue un conjunto de emociones y pensamientos el que tenía, pero... yo también te amo.-Dijo Jaime, siendo completamente sincero con él, mirándolo fijamente a los ojos.-Y realmente quiero volver contigo pero te he hecho sufrir tanto que... quiero conquistarte.

El pequeño moreno se sonrojó un poco y le dio un leve beso en los labios.

-Ya hablaremos de eso.-Dijo el moreno, notando el ligero brillo con el que Jaime lo miraba.-Primero encárgate de matarlo.

-Con gusto.-Dijo el enojón, todavía no dejándolo ir.-Pero primero quiero un buen beso, cariño.

El pequeño vampiro sintió como el señor Navarro lo acorraló contra la pared, sin causarle dolor, y lo besó, ocasionando que le correspondiera de inmediato, sabiendo que los dos querían volver a tener ese gesto de amor.

Habían extrañado tantas cosas del otro.

Esas leves caricias, los besos, esas miradas casi cómplices, todo en realidad.

Cuando se separaron, unos minutos después, los dos tenían sonrisas en sus caras, todavía pudiendo sentir los labios del otro.

-No te demores.-Dijo Nicolás, en un tono casi delicado y dulce, provocando que el señor Navarro asintiera y le volviera a dar un leve beso en los labios.

-Anda antes que no te deje ir.-Dijo Jaime, por fin soltándolo, causando que el pequeño moreno riera para después salir del sótano, haciendo que el enojón lo observara irse para luego tener una pequeña sonrisita en sus labios.

El pequeño moreno fue al living y seguía con aquella sonrisa, causando que sus amigos estuvieran algo curiosos.

-Bueno, no es por nada, Nico, pero te ves feliz.-Dijo Manuel, gustándole que fuera así.

-En este momento lo soy.-Dijo Nicolás, haciendo que Manuel sospechara de algo.

-Y... se puede saber por qué?.-Preguntó Edgar, queriendo saber para estar feliz igualmente con el pequeño vampiro.

-Jaime me besó y dijo que me amaba.-Dijo el moreno, completamente rojo mientras se tapaba con un cojín la cara, provocando que todos sonrieran algo enternecidos y felices de que por fin hayan vuelto.

-Entonces volvieron a ser pareja?.-Preguntó Castiel, muy feliz por sus amigos.

-Dijo que me había hecho sufrir mucho y que quería conquistarme.-Dijo el pequeño moreno, ya siendo un tomate en ese momento, no queriendo que vean su cara por la vergüenza.

-Hazte el difícil no más.-Dijo Gabriel, tomándose un momento para luego seguir hablando.-Aunque igual bésalo.

-Entonces en qué me hago el difícil?.-Cuestionó el pequeño vampiro, dejando que vieran sólo sus ojos.

-Espera... no han tenido... sexo?.-Preguntó Gabe, algo sorprendido.

En realidad nadie sabía lo que había pasado el día de luna llena, de hecho, creían que el moreno y el enojón tenían una vida sexual activa.

-No puedes hacerle una pregunta así.-Dijo Sam, casi retando a su novio, causando que Gabe lo mirara.

-Sólo creí que sí habían tenido, no es mi culpa.-Dijo Gabriel, dando una excusa para que Sam no lo retara.

-Te sientes incómodo cuando piensas en tener sexo?.-Preguntó Manuel, hablando en serio.

-Si me estás preguntando si soy asexual, no es así.-Respondió Nicolás, muy decisivo en aquello.-Simplemente no estoy seguro. Acaso saben lo intimidante que es para mí que Jaime tenga tanta experiencia? Tiene más de mil años y yo... no he tenido nada de nada.

-Nada de nada? Ni siquiera una paja a mano...

-Nada.-Dijo el moreno, algo sonrojado por aquel pensamiento, interrumpiéndolo.

-Nico, en realidad no hay nada de qué avergonzarse, el Jaime va a entender...

-Qué voy a entender?.-Preguntó Jaime, limpiándose las manos para luego dejar el trapo en la cocina.

-Que el Nico se haga el difícil.-Dijo Gabriel de inmediato, sabiendo que el moreno no quería hablar de eso.

-Espera... no más besos para mí?.-Cuestionó el enojón, apareciendo al instante al lado de su pequeño vampiro, colocando su brazo sobre los hombros de este y acercándolo más a él.

-Ellos querían que me hiciera el difícil contigo.-Dijo Nicolás, tomándose un momento para luego seguir hablando.-Yo quiero seguir besándote.

-Están juntando muchas razones de por qué los tengo que matar.-Dijo Jaime, advirtiéndoles, con una pausa.-Lo conquistaré pero yo quiero mis besos.

-Miren, si se van a colocar tan dulces, me avisan, porque no quiero tener diabetes.-Dijo Crowley, haciendo gestos de que iba a vomitar por aquello, causando que la mayoría riera.

-No estaban tristes porque no estábamos juntos? Ahora van a tener que soportarlo no más.-Dijo el enojón, dándole un leve beso en la frente a su novio.

Nadie dijo nada, sólo observaban como el pequeño moreno admiraba al híbrido y como este lo miraba con un ligero brillo en los ojos.

Crowley les hizo gestos a todos los de la manada, menos a Jaime y Nicolás, en donde les decía que se fueran para que tuvieran más privacidad estos.

La mayoría asintió y desaparecieron de ahí, aunque ni el pequeño moreno ni el híbrido se habían dado cuenta de eso.

-Quiero llevarte a millones de citas.-Dijo Jaime, siendo completamente sincero con él, provocando que el pequeño vampiro estuviera sorprendido.-Quiero remendar todo lo que te hice sufrir.

-Jaime, ya lo remendaste con sólo decirme que me amabas.-Dijo Nicolás, tomándose un momento para luego seguir hablando.-Creí que ni siquiera me querías.

-Te amo mucho, cariño.-Murmuró el enojón, con una pausa.-Como nunca he amado a alguien.

El pequeño moreno lo observó por unos segundos y habló.

-Yo también te amo demasiado.-Dijo el moreno, siendo honesto con su híbrido.-Pero si vuelves a terminar conmigo, te voy a sacar la chucha y no te dejaré ir.

-Te doy permiso para eso.-Dijo el híbrido, teniendo una ligera sonrisa en sus labios para después acercarse aún más al moreno.

Se miraron por unos segundos para que después el enojón lo besara, provocando que el pequeño moreno le correspondiera.