JongDae estaba concentrado supervisando la descarga de un camión afuera de la bodega, cuando BaekHyun llegó corriendo hasta él.
—¡JongDae! —el chico se detuvo frente a él y se agachó un momento para recuperar el aliento.
—¿Qué pasa, BaekHyun? ¿Estás bien? ¿Ocurrió algo en tu departamento?
BaekHyun negó con la cabeza mientras respiraba pesadamente.
—Ya están... ya están entregando... las invitaciones.
JongDae lo miró extrañado.
—Cada año... Cada año hacen una fiesta de año nuevo... Sólo los... los mejores empleados estarán invitados...
—Estás muy entusiasmado al respecto —JongDae rió por un momento, luego regresó a su labor.
—Nunca me han invitado... —replicó BaekHyun, quien ya comenzaba a recuperar la compostura.
—¿En serio? Bueno, quizá si estuvieras trabajando en tu área, en lugar de estar aquí conversando conmigo, te invitarían.
—¡Tss! Ni en un millón de años. Ya me resigné. Pero, si te invitan a ti, puedes llevar a un plus one. —BaekHyun sonrió como un niño inocente a punto de pedirle un caramelo a sus padres.
—Acabo de entrar a trabajar aquí, ¿qué te hace pensar que me invitarán? —JongDae volvió a reír, mirando a su compañero.
—Pues, eres el favorito del jefe. Es el chisme del día en toda la tienda. La encargada de la cafetería dice que los vio ayer, riendo como colegialas.
La expresión amigable de JongDae se convirtió en el reflejo de la amenaza pura. Todo su cuerpo se tensó a causa de las palabras que salían de la pequeña boca de BaekHyun.
—¿De qué demonios estás hablando? —JongDae lo tomó del brazo con fuerza y lo llevó a un lado, donde los empleados que descargaban el camión no pudieran escucharlos—. ¿Estás loco? ¿Por qué esparces rumores así? ¿Acaso no sabes cuánto puedes afectar la imagen de los demás?
—¡Me lastimas! —BaekHyun logró soltarse del fuerte agarre del otro. Su ceño fruncido y sus labios formando un puchero, le dijeron A JongDae que lo había lastimado de verdad—. ¿Por qué estás de tan mal humor, ah? Yo sólo repetí lo que me dijeron.
—¿Y eso no es esparcir rumores? —el rostro siempre amigable de JongDae, se convirtió en uno más hostil—. Deja de decir esas cosas, por favor. No quiero perder mi trabajo. Además, el jefe no es el monstruo que todos creen. Es un hombre honorable que no merece estar metido en chismes baratos.
La mirada de Baekhyun estaba llena de insinuaciones, pero decidió guardar silencio y despedirse para regresar a su puesto de trabajo. JongDae prosiguió con su labor como si nada hubiera pasado, aunque en el fondo se sintió culpable por haber maltratado a su compañero. Cuestionó sus propias acciones, y no pudo evitar sentirse algo asustado por ellas. Proteger el honor de aquel hombre que apenas conocía, como si al lastimarlo a él, lo lastimaran también.
Esa noche, mientras JongDae se cambiaba en los vestidores para irse a casa, MinSeok apareció. Fue lo suficientemente sigiloso como para hacer que su empleado saltara asustado al verlo.
—Lamento haberte asustado —el castaño le sonrió con amabilidad, aunque sabía que sus palabras no eran sinceras.
JongDae se puso la camisa rápidamente y saludó a su jefe con una reverencia. A pesar de que su corazón latía rápidamente, procuró mantener una apariencia relajada.
ESTÁS LEYENDO
El jardín de almas
Mystery / Thriller¿Por qué hacía lo que hacía?... No lo sé. Simplemente, encontraba placer en hacerlo. El poder me intoxicaba. Yo era Dios y ellos me pertenecían. Yo era su creador y su destructor. ...