Quizá, nacemos llenos de sentimientos y, conforme crecemos, los vamos perdiendo poco a poco, hasta quedarnos vacíos. Mientras el taxi se movía por la ciudad, los pensamientos de JongDae estaban revueltos, solo podía estar seguro del vacío que comenzaba a formarse en su pecho. No podía terminar de creer lo que sus ojos habían visto en el sótano. Su cerebro se negaba a creer las conclusiones que él mismo sacó.
No, no, ¡no! Se repetía a sí mismo una y otra vez. Él estaba enamorado de un hombre increíble. MinSeok era inteligente, atractivo, algo serio tal vez, pero no era un asesino.
No es un asesino. No es un asesino. No es un asesino. Pensaba, mientras bajaba del taxi. Cuando llegó a la puerta del pequeño departamento que rentaba, sus ojos ya estaban inundados. Su corazón dio un vuelco. La puerta estaba abierta.
—¿SooYun? —gritó, mientras entraba.
Todo parecía estar en orden en la pequeña sala. Sin embargo, el corazón de JongDae comenzó a latir diferente, como si le avisara que algo andaba mal.
—¡¿SooYun?! —gritó de nuevo. Esta vez, un gemido ahogado lo guió hasta la habitación.
JongDae corrió, con las lágrimas atascadas en sus ojos y su corazón acelerado, corrió. En l habitación que compartía con su esposa, todo parecía flotar en un pesado silencio. El tiempo se había detenido, lo único que se movía eran las vibraciones de los quedos gemidos de SooYun. Uno tras otro, como si un pedazo de vida se fuera con cada uno de ellos y, al mismo tiempo, como si tratara de aferrarse a ella con el sonido de su propia voz.
—¡SooYun! —JongDae rompió el hechizo con un grito desgarrador, y corrió hacia la cama, donde se encontraba su mujer.
El cuerpo deshecho de SooYun estaba inmóvil, su sangre parecía brotar por todos lados. Sus ojos abiertos, miraban hacia la nada, hacia un mundo desconocido para los vivos. Las sábanas revueltas debajo de ella, absorbían poco a poco el líquido carmesí.
—¡SooYun! ¡¿Qué pasó?! ¡Háblame! ¡¿Quién te hizo esto?!... ¡Aguanta, por favor!.... ¡Auxilio!
JongDae no dejó de gritar Su corazón destrozado así se lo exigía.
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Llamando a todas las unidades. Se reporta un asesinato en Guryong.
Llamando a todas las unidades. Se reporta un asesinato en Guryong
El detective Park mira a KyungSoo y levanta una ceja. El subordinado asiente un par de veces.
Acaban de regresar a Seúl. Un asesinato parece una interesante bienvenida. Mientras conduce hacia uno de los barrios más pobres de la ciudad, el detective Park se pregunta si su némesis: Oh SeHun, ya estará ahí.
Para su sorpresa, pocas unidades atendieron al llamado. Hay dos patrullas, con las torretas encendidas, estacionadas afuera del humilde complejo de apartamentos. Casi todos los vecinos están afuera, estirando el cuello para atrapar cualquier destello de información, sin atreverse a cruzar la cinta amarilla con la que acordonaron el lugar. El vehículo de la morgue se yergue solemne cerca de la entrada, como si esperara respetuosamente la carga que pronto tendría que transportar.
—¿Qué pasó aquí? —pregunta ChanYeol, azotando la puerta del auto al bajar. Luce su destellante placa colgada en su cuello. Quiere darse ese aire de autoridad incuestionable, al ponerse ambas manos en la cadera. KyungSoo lo sigue de cerca.
—Una víctima femenina, entre veinte y veinticinco años. Múltiples heridas con arma blanca. Es posiblemente un crimen pasional. Se encontró a su esposo cubierto de sangre, sosteniendo el cuerpo de la víctima —informó un policía bajito, cuya expresión exagerada, se asemejaba a la de un personaje de anime.
Los paramédicos salieron del departamento, cargando una camilla con el cuerpo cubierto por un plástico blanco, que comenzaba a mancharse de sangre.
—El esposo ha sido identificado como Kim JongDae, empleado del LOTTE Mart...
Casi como si pudiera verlo, un foco se encendió sobre la cabeza de KyungSoo.
—¡Jefe!... ¿Usted cree que sea nuestro hombre? —preguntó el más bajo, mientras se inclinaba hacia ChanYeol, como si no quisiera que lo escucharan.
—Puede ser... Oficial, ¿en dónde está el sospechoso?
—Se encuentra en el hospital, detective. Tuvo que ser tratado por un ataque de nervios. Cuando llegamos, no dejaba de gritar el nombre de su esposa. Preguntaba por su bebé —el policía hizo una mueca diferente—- Lo sedaron y lo llevaron al hospital.
—Bien. Revisemos la escena —ChanYeol extendió un mano, para invitar al policía a que entrara primero.
—Es extraño. No pudimos encontrar muchas pistas. No hay puertas ni ventanas forzadas. Los vecinos dicen que no escucharon nada, hasta que el señor esposo comenzó a gritar. Todo parece estar en perfecto orden... —mientras hablaba, tanto ChanYeol como KyungSoo, inspeccionaba cuidadosamente cada rincón—. A excepción de las sábanas, no encontramos rastro de sangre en ninguna otra habitación.
—Necesito que me entregue un reporte de la autopsia en cuanto la hayan terminado. Y quiero un reporte detallado de la escena del crimen también. Averigüen si la pareja tenía o tiene un hijo, debemos mantener al menor salvo, si es que lo hay. Iremos a interrogar al sospechoso.
Una vez dadas las indicaciones, el detective Park y su subordinado, subieron al auto.
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El jardín de almas
Mystery / Thriller¿Por qué hacía lo que hacía?... No lo sé. Simplemente, encontraba placer en hacerlo. El poder me intoxicaba. Yo era Dios y ellos me pertenecían. Yo era su creador y su destructor. ...