Capítulo 5

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 Souta entre gruñidos se dirigió a su habitación, el sentimiento de molestia y engaño lo invaden, a pesar de todo, Souta sabía a la perfección que Chifuyu le había mentido descaradamente.

—Maldición— El muchacho que se había acostado sobre su cama para así ordenar sus pensamientos, Souta pasó largos minutos meditando inútilmente sobre todo lo ocurrido,al final con el pasar del tiempo, este cayó rendido ante el sueño.

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—Está será tu nueva casa— Un pequeño chico que se encontraba alrededor de los doce o trece años , miraba con curiosidad y atención a lo que pronto se convertiría en su hogar, por otro lado una joven que estaba alrededor de sus veinte, miraba con una sonrisa como el chico entraba poco a poco a la vivienda.

El muchacho dirigió su vista hacia la joven de cabellos castaños rubio. .

—Hermana, viviré aquí... ¿contigo?.

La que parecía ser la hermana mayor del pequeño se agacho un poco para estar a su altura y de manera dulce le consultó.

— Souta acaso ¿no quieres vivir con tu hermana? — la mirada en los ojos verdes de la joven mostraban seriedad, el niño se había percatado de eso y negó con la cabeza.

—¡Sí, quiero! — al finalizar esa frase, el muchacho abrazo a su hermana mayor y está también le devolvió dicho abrazo, murmurando:

—Sólo somos nosotros.

Souta en ese entonces no podía comprender a grandes rasgos lo que en verdad estaba sucediendo, sobre el porqué Chifuyu a pesar de que no había mostrado ninguna evidencia de algún sentimiento que se le catalogaría como tristeza, el aire que la rodeaba y la vista en sus ojos, era lo mismo que ver a una persona ahogándose en un diluvio.

Ese día marcó el principio de lo que se convertiría en la actual vida de los hermanos Kabuchi.

El crepúsculo había comenzado a emerger y junto a eso dar inicio a lo pronto sería la noche

Un celular que se encontraba sobre un velador, que este se encontraba a un costado de la cama de donde estaba Souta durmiendo. El celular comenzó a producir un sonido algo molesto para el sueño del muchacho. De mala manera, Souta había comenzado a despertar y girando su vista hacia el mueble donde estaba el celular, lo cogió solo para poder ver consecutivos mensajes de su amigo Kaito.

[Oye, al final ¿como te fue?]

[Vamos Souta, contesta]

[Oye, Souta]

[Oye]

Y así una cadena de mensajes similares, Souta se quedó un rato mirando su celular, el muchacho no tenía mucha intención de responder.

No había manera de que si le contara la verdad este se la creyera.

Souta abrió la aplicación de mensajería para simplemente responderle "Sin comentarios" él sabe que al dar esa respuesta, su amigo no seguirá insistiendo o al menos hasta que ellos se volvieran a ver.

El chico se quedó un rato mirando la pantalla del aparato, sin poder reaccionar de manera correcta la hora que este marcaba no concidianta con la noción del tiempo del adolescente.

Souta se levantó frenéticamente y decidió mejor observar hacia el exterior, efectivamente la hora que marcaba su celular era la correcta.

—¿Cuánto tiempo me dormí? —haciendo esa boba pregunta, se apartó de la ventana para salir hacia el exterior de su cuarto y bajar las escaleras. No había sonido, toda la casa se encontraba completamente en silencio.

Souta sigilosamente bajo la escalera, preguntándose en donde se encontraba su hermana.

El muchacho al llegar a la planta baja de la casa, comenzó a encender las luces, pero no había rastro de Chifuyu por ningún lado.

—Chifuyu.... — él la llamó, sin embargo no hubo respuesta alguna, este comenzó a adentrarse aún más en la vivienda pero aún no aparecía la mocosa.

Souta rendido ante la búsqueda y con un sentimiento de preocupación, se sentó en el comedor. El paso un tiempo reflexionando, este había afirmado que sería mejor hermano de lo que había sido Chifuyu, sin embargo, no había pasado un día en tal situación y al parecer ya había metido la pata.

—¿Que voy hacer?— este continuaba cuestionando sobre lo que debería hacer en esa situación, ella no es una niña, pero si saliera a la calle luciendo en su estado actual, se podría encontrar con todo tipo de personas.

Souta al solo pensar lo peor, se levantó rápidamente, con la idea de salir a buscarla pero en el l momento de llegar a la puerta. Este pudo ver una niña pequeña sujetando una caja de lo que sería probablemente de una alguna pastelería.

Souta se le quedó viendo paralizado.

—Volví... — La pequeña tímidamente dijo esa palabra, mientras a su vez miraba la expresión de preocupación a su hermano.

—¡Eres una tonta! —Al recobrar los sentidos Souta grito esas palabras, sorprendiendo así a la niña que se encontraba de pie en la entrada.

—¿¡Cómo se te ocurre salir así!?—Por el tono de voz con el que le había gritado el chico, dejó en evidencia lo que realmente sentía.

Chifuyu al percatarse de eso y que en verdad su hermano se encontraba preocupado por ella, esta al ver eso sonrió suavemente y bajando la vista para disimular, le respondió.

—Lo siento —.

Souta al ver tal acción se había comenzó a tranquilizar.

—¿Qué traes ahí? — El chico dijo señalando hacia la caja que estaba sostenido la infante.

—Un pastel— Dijo Chifuyu sin dudarlo.

—¡Ayer compraste uno! ... pero... — La voz de Chifuyu su iba perdiendo impacto, aun así ella prosiguió con sus palabras.

—Por mi culpa se desperdició — Chifuyu tenía muy claro eso, ella era como dice Souta; una inútil.

Souta se acercó a la pequeña y tomó la caja que está sujetaba, dando media vuelta para dirigirse a la cocina y eventualmente al comedor.

— Tengo hambre, así que apresúrate — la niña se rió silenciosamente y siguió a su hermano "mayor".  

Mi Pequeña Hermana Mayor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora