Capítulo 96

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Sora suspiro mientras un tanto sonrojada miraba a las dos personas sentadas frente a ella.

Está trataba en un vago intento de bajar su falda y luego centraba su vista había el muchacho que se veía un tanto embobado.

- ¿Por qué me hacen hacer esto? - tratando de bajar la falda y un tanto sonrojada, Sora volvió a mirar al chico y a la niña que pareciera que la estuvieran juzgando con la mirada.

- ¿Tu que opinas? - Aoi miro volteo su vista al chico quien se veía levemente sonrojado.

La niña al ver ese acto lo miro un tanto asqueada y volvió a ver a la chica. Está en verdad estaba vistiendo un uniforme escolar de secundaria, estilo marinero. Aún así, Sora se veía completamente avergonzada vistiendo así.

Aoi tomó una de la galletas que habían sobre la mesita de cafe que estaba en su casa y una vez metiendosela a la boca.

—¿Por qué te da tanta vergüenza? — Aoi finalmente preguntó al no comprender en verdad el motivo de lo que estaba sucediendo, era cierto que habían muchas cosas que ella no comprendía del actuar que tenían los dos adolescentes con el que ella convive.

—Solo... que... algo me dice que no debería usar esto— Sora se rasco ligeramente la mejilla mientras trataba de ver a otro lado.

Aoi inclino la cabeza al no comprender el significado de aquellas palabras, si bien era cierto que si pensará el otro lado de la moneda, sobre la edad real de Sora, eso sería un pensamiento cuestionable, pero sin duda eso hace tiempo había quedado fuera de juego.

— Esta bien, solo tienes catorce... Ya no  eres una vieja — A pesar de que si quedaba fuera de juego, el chico disfrutaba hacer enojar a Sora con eso, sin embargo, esa vez su reacción fue  bastante diferente.

Más calmada.

—No es eso.

Aoi miro por un segundo a Sora, y luego acotó:

— ¿Aún escuchas eso? — Un tanto indiferente, la niña preguntó siendo inmediatamente callada por la mayor.

Sora había tratado de ocultarle eso a Souta, la verdad era que en ese momento ella estaba haciendo alusión a una supuesta voz que "susurra" en su oído.

— Bien, lo siento

Souta las observó un tanto dudoso, él ya había perdido el hilo de la conversación, pero algo había aprendido al estar con ellas de una mala manera.

Hay cosas que es más fácil no preguntar, en especial si se trata de mujeres.

Con eso en mente este suspiro y miro la hija de inscripción de una escuela secundaria, eso había sido el inicio de que Sora vistiera esa ropa.

Él lo había logrado, que ella entrará nuevamente a la escuela.

Sora al ver como el chico se centro en ver la hoja esta se acerco a sus espaldas para hacer lo mismo y leerla sobre su hombro.

—Aún me sorprende que usaste chantaje.

—Bueno, era la única opción.

La chica al escuchar eso asintió levemente y de una manera peculiar se cómodo un mechón de cabello detrás de su oreja.

Cuando Aoi vio tal gesto se quedó por un momento en blanco, si bien era una seña cualquiera pero ella a la única persona que la veía acomodarse el cabello de tal manera era nada más que su "verdadera" madre, esta ante ese shock dejó caer la galleta que se iba a meter a la boca.

—¿Qué pasa? —Souta dejó de prestarle atención a Sora.

La niña miro al chico y se levantó de manera brusca para luego caminar a la puerta y cerrarla de forma golpeante.

Sora y Souta se quedaron viendo por unos segundos. Al no comprender la razón de aquella reacción.

—Esto... ¿Souta ya  puedo quitarme esta ropa?

Sora aun un poco sonrojada vio al estopefacto chico, mientras se acomodaba lo que estaba vistiendo.

— Si... — De una manera muy vaga el muchacho aceptó.

Por otro lado, se encontraba una solitaria niña sentada en la banca de un parque mientras observaba a un grupo de niños jugando.

Está se quedó por un buen tiempo viendo como los chicos jugaban a un simple juego de atrapar sus sombras, algo similar a "las traes"

Aoi suspiro y apoyo su cabeza sobre sus manos y solo continuó viendo el juego del que no sería participe.

— ¿Estas sola?

Al escuchar una vos desconocida, Aoi levantó la vista, ahí había un chico de unos doce años, ojos verdes, cabello rubio castaño, que se quedo mirándola un tanto extrañado.

Aoi miro hacia otro lado ignorandolo completamente.

—¿Puedo sentarme? — Era notorio que el chico trataba de simpatizar con la niña, aún asín esta levemente dijo "Sí"

El chico se sentó en una orilla de la banca y se quedó mirando a la apenada niña, este miro al frente al otro grupo de niños y sonrió.

—Yo soy Ryu... — El muchacho se quedó esperando una reaccion— Bueno así me dicen.

Aoi volteo a ver al chico levemente y miro al chico que le devolvió una sonrisa.

— Me llamó Aoi.

—¡Miraste! — El muchacho exclamó mientras se acerco a Aoi, esta se inclino levemente para atrás y luego de ver al muchacho que al ver que había captado su atención hizo una supuesta cara gracioso.

La chica en eso se cubrió la boca para finalmente comenzar a reír.

Ryu se alejo satisfecho y la señaló.

—  Te reiste — El niño se levantó y se coloco frente a la niña para ofrecerle la mano.

Aoi lo miro extrañada, tanto la mano del chico como el rostro de este.

—¿Por qué no es triste? — Este agregó al poder leer a través de la expresión de la niña.

— Ver a alguien solo ¿no es triste?

— Lo es.

Aoi aún así no lograba comprender la razón de Ryu, pero de algo estaba segura, que el niño no tenía mala intención, más bien la manera en que sonreía solo parecía ser de lo más lo más puro.

— Dejame ayudarte.

Aoi al escuchar eso se rio para si misma y asintió para aceptar la oferta del chico para acompañarlo.


Mi Pequeña Hermana Mayor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora